Los alumnos asturianos, justo en la media española en resolución de problemas en grupo

La Voz / EFE

ASTURIAS

M.Moralejo

El informe PISA que evalúa por primera vez el trabajo en equipo asigna a los estudiantes del Principado 496 puntos, los mismos que al conjunto del país, ligeramente por debajo de la nota internacional. Las chicas vuelven a superar a los chicos en esta competencia

21 nov 2017 . Actualizado a las 09:48 h.

Los alumnos asturianos están justo en la media española la hora de realizar trabajos en equipo y resolver problemas en grupo. Así lo recogen los datos del primer informe PISA dedicado a evaular este ámbito concreto de las competencias estudiantiles realizado en el 2015 y difundido hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que por primera vez ha prestado atención a la capacidad de los alumnos a la hora de coordinarse para resolver los conflictos que surjan y velar porque cada miembro responda a la labor acordada. España obtiene una media de 496 puntos -los mismos que Asturias-, ligeramente por debajo de la media de 500 del conjunto de 51 países evaluados, 32 de ellos miembros de la OCDE y otros 19 asociados. Esta puntuación se sitúa, a su vez, por debajo de la media obtenida en las evaluaciones individuales en ciencias, matemáticas y lectura realizadas por PISA y revela otro dato: las alumnas son más avezadas en esta competencia que sus compañeros varones.

Las dos comunidades en las que los alumnos se desenvuelven mejor en grupo son Madrid (519 puntos) y Castilla y León (517) mientras que las peor situadas son Andalucía (483) y Extremadura (474). El País Vasco (484) y Canarias (484) también resultan poco puntuados. Por lo que respecta a la comparativa internacional, el listado total referente a la resolución de problemas en grupo, Singapur (561), Japón (552), Hong Kong (541) y Corea (538) son los que obtienen mejores resultados, frente a Túnez (382), Brasil (412), Montenegro (416) y Perú (418).

Las chicas, mejores

Al igual que en el resto de países, donde las estudiantes fueron mejores que sus compañeros, con 515 y 486 puntos, respectivamente, en España esa diferencia de género también se constata, con 508 y 485. La OCDE refleja que aunque los chicos son más eficientes al completar una tarea y encontrar la información necesaria cuanto antes, las chicas muestran un comportamiento más cooperativo y mayor entusiasmo.

De media, según ese documento, las estudiantes superan por 29 puntos a sus compañeros, una diferencia que se eleva a más de 40 puntos en Australia, Finlandia, Letonia, Nueva Zelanda y Suecia, y que se reduce a menos de diez en Colombia, Costa Rica y Perú. En total, las chicas obtienen en la OCDE 515 puntos en la materia, frente a los 508 de los chicos.

El informe contrasta con evaluaciones individuales en conocimientos específicos, según las cuales las chicas son mejores en lectura, pero peores en matemáticas y ciencias. La OCDE apunta que la nota obtenida en distintos países en estas tres materias no siempre va asociada a un mejor puesto en esta ocasión, y precisa que países como EE.UU. (520) superan las expectativas.

Implicación de los padres

Entre los actores que influyen, adquiere un peso importante la implicación de los padres en la escuela y en casa y la relación del estudiante con sus profesores y el resto de alumnos. El sistema español, según explica el analista de PISA Alfonso Echazarra, se beneficia de que el alumno atraviesa menos cambios de centro a lo largo de su educación, por lo que los vínculos mencionados son mayores. A cambio, le falta conseguir que ese entorno personal positivo se vea reflejado en una mejor capacidad de los estudiantes para trabajar en grupo. La educación española, según Echazarra, fomenta más la memorización, una interacción «bidireccional» entre profesor y alumno y una distribución de las clases en las que cada uno está en su propia mesa. «Hay que perderle el miedo a trabajar en equipo», recalca el experto.

El informe PISA no ofrece un capítulo detallado por países, pero su comparación general destaca que los padres españoles se sitúan a la cabeza de los que acuden por iniciativa propia a discutir con los maestros la evolución de sus hijos, con un porcentaje del 57 %, 10 puntos más que en la OCDE. España sigue además la tendencia general de que los hijos de inmigrantes obtengan peor nota que sus compañeros nativos. Si los españoles sacan 502 puntos, tres más que la media de la OCDE, los inmigrantes bajan a 473, cuatro más.

La OCDE destaca, de todas formas, que a pesar de que el entorno social del alumno tiene un peso destacable, este factor depende de los países: de media, los hijos de inmigrantes obtienen un resultado 36 puntos inferior, pero en Macao (China), Singapur y Emiratos Árabes Unidos son mejores que los nativos.

La actividad física influye

Entre los factores evaluados en total se incluye la actividad física. La organización apunta que aunque quienes hacen deporte dos o más días a la semana superan en unos 20 puntos a los que no, cuando pasan de cuatro días su resultado empeora. Los que juegan a videojuegos tienen un resultado final 32 puntos inferior que aquellos que no, mientras que la conexión habitual a internet o redes sociales va asociada con una mejora de siete puntos. Pero, ante todo, la OCDE se ha prestado a este ejercicio colectivo ante la evidencia de que en un mundo que cambia cada vez más rápido, y en el que es necesario trabajar con gente de distintas culturas e ideas, hay que saber dotar a los alumnos de las herramientas para trabajar en grupo. «Aunque el concepto de examen colectivo choca con la cultura tradicional y supone cierta injusticia, ese es el día a día», concluye Echazarra, que anima a fomentar ese tipo de actividades grupales tanto dentro como fuera de clase. 

El extensivo estudio de la OCDE advierte que solo el 8 % de los alumnos examinados puede solucionar problemas en un entorno de cooperación complejo, porcentaje que en Singapur sube al 21 % y que ronda el 15 % en Australia, Canadá y Nueva Zelanda.