La economía asturiana despega en el extranjero

S.D. MACHARGO / L. FERNÁNDEZ / L. ORDOÑEZ REDACCIÓN

ASTURIAS

Puerto de Avilés.
Puerto de Avilés. PACO RODRÍGUEZ

Los empresarios de la región señalan que las empresas con mercado internacional consolidarán su expansión en 2018. El consumo local tardará más en remontar

31 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El despegue de la economía asturiana pasa por el extranjero. Los principales empresarios de la región reconocen que las compañías con mercado internacional vivirán un 2018 en franca expansión. Los que dependen del consumo interno avanzarán mucho más despacio. Sin embargo, la esperanza es que el Principado se enganche al vagón de la riqueza nacional. Así lo reconocen 14 promotores del sector de la tecnología, banca, transporte, obra pública, el turismo y el comercio consultados por La Voz de Asturias. Todos coinciden en señalar que la recesión comienza a quedar atrás pero ninguno lanza las campanas al vuelo. Si alguna huella ha dejado esta última crisis, es la de la prudencia a la hora de realizar valoraciones. Son conscientes de que queda mucho camino por recorrer y de que el empleo y los salarios son dos motores imprescindibles. Un único motivo para la incertidumbre: Cataluña y la crisis secesionista. En una economía global todo tiene su efecto hasta en el pueblo más remoto de Asturias. 

Pablo Junceda (Banco Sabadell-Herrero)

Pablo Junceda, director general del Banco Sabadell-Herrero, augura buenas expectativas para el próximo año. Junceda espera que Asturias pueda mantener el ritmo de crecimiento y se muestra optimista respecto a que la región «se incorpore al vagón intermedio de la economía nacional». «Esto puede parecer raro pero es una buenísima noticia porque siempre hemos ido en la parte de atrás y ahora, con el trabajo de todos, estamos mejorando», apostilla. El directivo del Sabadell-Herrero saca pecho de la forma de actuar de la clase empresarial y explica que «las compañías y el sector industrial hemos demostrado, una vez más, que en época de dificultades, lejos de bajar los brazos, hemos utilizado la crisis para reforzarnos».

Jacobo Cosmen (Alsa)

«Soy optimista en las expectivas por la generación de actividad que está avanzando a más». Son palabras de Jacobo Cosmen, de Alsa. Piensa que habrá más demanda de formación, más movilidad de universitarios y que el crecimiento de la renta servirá también «para que crezca la actividad en el turismo». Cosmen es partidario del «optimismo dentro de la moderación», porque está convencido de que la línea de crecimiento se mantendrá.

Sabino García (TSK Ingeniería)

El presidente de la ingeniería gijonesa TSK, Sabino García, cree que no a todo el mundo le va ir igual de bien en 2018. García diferencia claramente dos mundos, los servicios y el consumo por una parte y el resto por otra. A su juicio, como los servicios y el consumo dependen del cliente local, su recuperación es mucho más lenta. Sin embargo, las grandes empresas y las compañías con un mercado internacional consolidado esperan grandes resultados para 2018. TSK ya está presente en 26 países y García explica que su objetivo es consolidar todo el camino ya andado y aprovechar cualquier oportunidad que se presente. «Los servicios van a tardar más en superar esta crisis», vaticina. 

Pedro Luis Fernánez (Federación Asturiana de Empresarios)

Solo Cataluña puede enturbiar el inicio de 2018. Eso es lo que considera Pedro Luis Fernández, que apura sus últimos días al frente de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade). Utiliza un símil aeronáutico, «sopla el viento de cola necesario», para explicar que 2018 llega con muy buenas expectativas. Cree que las empresas son más eficientes, que la industria crece de manera sólida, tanto en España como en el Principado, y que las grandes compañías tiran de las pequeñas, quizá las que han atravesado mayores dificultades. El presidente de Fade reconoce que es fácil mezclar previsiones y sentimientos, cuando se habla de recuperación, pero en este caso piensa que hay una base sólida para hacer ese mix. Ahora lo que hace falta es «generar empleo y de más calidad», admite, porque se necesita «reactivar el consumo».

Lamenta la falta de presupuestos regionales. Las inversiones serían un puntal interesante para la economía. Pero, aún así, observa que la construcción comienza a moverse, que se genera empleo y que vuelven a invertir. «Existe optimismo y motivos para tenerlo», concluye.

José Cardín (Grupo El Gaitero)

También es optimista José Cardín, presidente del Grupo El Gaitero. Su empresa ha crecido incluso en los malos momentos. Explica que en los últimos cuatro años ha registrado un crecimiento del 50%, así que para 2018 las expectativas son incluso mejores. Cardín extrae conclusiones favorables de la experiencia y también de la lectura de los índices de consumo. Los problemas económicos  parecen quedar atrás y se puede brindar por ello. ¿La crisis catalana puede suponer un empujón para la sidra achampanada asturiana? «No nos vienen ni bien ni mal. También hay mucho catalán que bebe sidra El Gaitero», responde con un requiebro a la pregunta. Su empresa es una exportadora nata y no pierde la oportunidad de hurgar en cualquier mercado. 

Álvaro Platero (Gondán)

El director general de Gondán, Álvaro Platero, está acostumbrado a rellenar la cartera de clientes día a día. En los astilleros es difícil encontrar nichos que garanticen obras a muy largo plazo. «Conseguimos los contratos uno a uno», insiste Platero. Acostumbrado a bregar en el mercado internacional, al que destina el 90% de su producción, es otro de los que mira con ojos golosos el 2018. Explica que los momentos más críticos ya han pasado y que ahora la salud de la economía no es mala. Detrás de la recuperación de la macro llega la micro. Esa bonanza alcanzará a todos. Gondán espera seguir trabajando al ritmo de los últimos años. No le ha ido nada mal y espera conservar ese balón de oxígeno que le ha concedido.   

Pelayo Roces (Hormigones Juan Roces)

«Empezamos a ver la luz al final del túnel», señala Pelayo Roces, director general de la empresa de prefabricados de hormigón Juan Roces. Lo explica con conocimiento de causa. Él es uno de los empresarios asturianos que ha tenido que girarse hacia el extranjero para soportar la crisis y lo ha hecho desde Santo Domingo. Reconoce que durante años solo se pudo trabajar fuera pero ahora cree que el sector de la construcción en Asturias «se está reactivando». Explica que hay «ciertos visos de alegría». Los encargados de transmitir ese nuevo espíritu, según Roces, son los promotores locales, medianos y pequeños, que se replegaron lo suficiente para resistir la recisión y que ahora «vuelven al mercado». Afronta este 2018 con un renovado optimismo, aunque el mercado exterior sigue siendo imprescindible, por el momento.

Constantino Martínez (Proasur)

Las características especiales de Asturias son un frente contra el que también hay que competir. Lo explica Constantino Martínez, presidente de Proasur: «Para 2018 hemos cogido una tendencia positiva en la que la actividad seguramente crecerá en Asturias aunque nos cuesta mucho, es así por el envejecimiento y la demografía negativa, ese es nuestro problema porque hay menos consumo si hay menos gente joven». La crisis ha sido, en sus palabras, «virulenta» y ha dejado huella. No obstante, las empresas respiran con alivio porque empiezan a «tener los números en negro, números positivos». Eso hace que afronten el 2018 con mejores perspectivas. «Ha sido una crisis en la que muchas pymes ha aguantado asumiendo el coste con el patrimonio y ahora estamos en vías de empezar a crecer», insiste Martínez.

Álvaro Alonso (Cámara de Comercio de Gijón)

«En lo que más insistimos es en que, para que las empresas puedan continuar en la recuperación económica que han iniciado con su trabajo y esfuerzo, las administraciones públicas deben favorecer ese empeño». El secretario general de la Cámara de Comercio de Gijón, Álvaro Alonso, reclama que los Gobiernos nacional, autonómicos y locales respalden la actividad de los promotores. La prioridad absoluta: los presupuestos. «La primera obligación, la del conjunto de partidos, es aprobar los presupuestos locales, nacionales y autonómicos, evitando cualquier tipo de postura cortoplacista y partidista», reclama con contundencia. Pero también profundiza en otras muchas necesidades. Los sectores industrial y turístico deben seguir contando con elementos que favorezcan un mix energético, con un precio estable y de calidad; se requiere de la apertura urgente de una moderna conexión ferroviaria con la meseta y de una política medioambiental responsable, que además cuide la imagen de Asturias como destino turístico del noroeste español. Esas son sus principales demandas.

Santiago Rodríguez Vega y Laureano Lourido

Los dos representantes de las autoridades portuarias de Aviles y de El Musel (Gijón) Santiago Rodríguez Vega y Laureano Lourido, coinciden en señalar que los puertos no son, en realidad, dinamizadores de la economía pero sí facilitadores y buenos termómetros de cómo es la actividad del territorio sobre el que se asienta. ¿Qué esperan Rodríguez Vega y Lourido del 2018? Ante todo, pocos cambios y un poco más de dinamismo. Si a la gran industria asturiana le va bien, a los puertos también. Lourido reconoce que 2016 y 2017 ya han sido buenos ejercicios y espera que en 2018 la tónica sea la misma. «Se espera un buen año, es verdad», reconoce, aunque tampoco precisa que nadie cree tampoco en algo espectacular. «A nosotros lo que nos corresponde es facilitar, prestar un servicio de forma eficaz. Modernizar las instalaciones, la forma de trabajo, la tecnología,...», apostilla Rodríguez Vega para ejemplificar la tarea en la que ambos están inmersos.

José Luis Álvarez Almeida (Otea)

Para el turismo 2017 ha sido un buen año y las previsiones consisten en que 2018 se mantengan esa misma tónica. Son previsiones, impresiones basadas en la tendencia y en el trato directo con el cliente. Sin embargo, el presidente de la patronal del sector (Otea), José Luis Álvarez Almeida, precisa que trabajan en un terreno muy volátil y que cualquier cambio en la situación política o económica, en España o en Europa puede afectar y dar al traste con los planes. No obstante, explica que Asturias tiene ingredientes suficientes para que la actividad turística siga creciendo. «Comenzamos a acertar con las campañas, otros sectores mejoran y eso empuja el consumo,...», explica.

No quiere hablar del techo del turismo en el Principado, aunque en los dos últimos años se están batiendo todos los récords de viajeros, pernoctaciones y también del peso del sector dentro de la economía regional, medida a través de la aportación al Producto Interior Brutos (PIB). «Lo importante es crecer y generar empleo. La aportación al PIB es importante porque puede ser engañosa. Si un año la gran industria registra buenos números, nuestra aportación puede bajaría mucho aunque continuásemos al alza. Es algo muy relativo», puntualiza Almeida, convencido de que en 2018 «se generará más riqueza».

Antonio Sabino (expresidente de la Cámara de Comercio de Aviles)

Antonio Sabino, empresario, expresidente de la Cámara de Comercio de Avilés y presidente de la Sociedad Económica Amigos del País de Avilés y Comarcas, también es de los que piensa que va a haber una Asturias de dos velocidades. La que tenga mercado internacional crecerá más que la que dependa del consumo local. «Aquellos que dependan de las exportaciones incrementarán más ese trabajo en el exterior. Los que dependen del gasto nacional podrán mantener o crecer ligeramente», argumenta. La razón que apunta es que los datos macroeconómicos han despegado «pero no así el nivel de consumo». Reconoce que el cliente, tras sufrir la virulencia de la crisis, «es más conservador y volverá a gastar su dinero, en todo caso, a largo plazo».

Ramiro Lomba (Sadei)

Si a España le va bien a Asturias también. Eso es lo que sucede cuando una gran parte de las transacciones económicas dependen del resto del país. El razonamiento procede de Ramiro Lomba, director de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), que espera que al Principado le vaya en 2018 «razonablemente bien» porque eso es lo que se estima que va a suceder en el resto del país. El único riesgo es Cataluña. La crisis secesionistas es la única incertidumbre que vislumbra en el panorama económico. Puede que haya inversores que prefieran no arriesgar a la espera de ver qué sucede. No obstante, se registra más estabilidad y eso siempre favorece el intercambio comercial.