Los glaciares de Picos de Europa van por libre

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

Estado actual de los neveros de Picos de Europa.Estado actual de los neveros de Picos de Europa
Estado actual de los neveros de Picos de Europa Universidad de Oviedo

Un estudio demuestra que el tamaño máximo de los neveros no coincide con la última glaciación. Mientras Europa estaba cubierta, en la cordillera el hielo era más sólido pero menos extenso

12 ene 2018 . Actualizado a las 10:43 h.

La evolución de los glaciares de la cordillera Cantábrica no coincide con la del resto de Europa. Es más parecida a los de Pirineros pero tiene poco que ver, por ejemplo, con la de los Alpes. Hace 20.000 millones de años, durante la última glaciación, mientras el hielo cubría todo el continente, los neveros del norte de la península ya estaban en retroceso. Eran más gruesos pero de menor extensión. La cercanía del océano habría provocado que se registraran niveles de humedad más elevados antes del periodo crítico, con nevadas más intensas que incrementaron también la extensión. Cuando llegó el frío, las precipitaciones se redujeron y la superficie se acortó, pero las capas se conviertieron en más sólidas.

Estas es la conclusión a la que ha llegado un estudio capitaneado por investigadores de la Universidad de Valladolid y que ha sido publicado en un monográfico de la revista especializada The Geological Society. El trabajo también ha contado con la contribución de científicos de la Universidad de Cantabria y de Aberdeen (Reino Unido). Las pruebas sobre el terreno se realizaron tanto en Picos de Europa como en la Montaña Palentina. Los expertos utilizaron diversas técnicas, entre ellas el carbono 14, que permite determinar la edad de los materiales. Otro camino fue analizar la materia orgánica que se halla en los paleolagos -espacios ocupados por antiguos embalsamientos de agua- y que contribuye a establecer correlaciones temporales, porque cada forma de vida tiene que desarrollarse en unas condiciones climáticas determinadas. 

Ciencia sobre el terreno

La tesis que sostiene este artículo es que la máxima extensión del hielo en la cordillera Cantábrica se produjo 40.000 años antes que en el resto de Europa. Si la última glaciación tuvo lugar hace 20.000 años, en el norte de la península el pico máximo fue hace 60.000. «En el momento en el que se registra más frío, los glaciares cantábricos son más cortos pero de un grosor mayor», explica a la agencia Dicyt Miguel Serrano, investigador del departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid. La hipótesis es que las mayores nevadas se produjeron todavía en periodos más cálidos. Esos glaciares eran más grandes pero poco consistentes. Con la llegada del frío se endurecieron pero también se contrajeron.

Además del carbono 14 y de la materia orgánica, estas conclusiones se extrajeron gracias a los sistemas de información geográfica, conocidos como SIG y mediante la fotointerpretación. Con estos métodos se hallaron cosas que no son perceptibles a simple vista, como el momento en el que dejó de acumularse el hielo y comenzó a fundirse. Para confirmar esta información es necesario la topografía. Así se recurrió a un programa desarrollado en la Universidad de Aberdeen por el doctor Ramón Pellitero, doctor por la Universidad de Valladolid.

Estudios complementarios

El equipo de Enrique Serrano trabaja además en la zonas limítrofes con los glaciares. Analiza la presencia de hielo sobre otros terrenos y también el llamado permafrost, que son los suelos helados permanentes, que en España ya solo se pueden encontrar en la alta montaña. En Picos de Europa todavía se conservan algunos pero su tamaño es cada ver más reducido. Serrano ha explicado a Dicyt que localizarlos y analizar su desaparición es un modo directo de ver el cambio climático. Su idea es que sabiendo qué ha pasado en el futuro para poder ver qué puede suceder en el futuro. 

Existe de hecho una red de científicos que se dedica a estudiar el permafrost y que comparten los datos de todo el planeta. Es una herramienta para entender el cambio climático y la evolución de las condiciones. Esta red se llama Internacional Permafrost Associaton. Sus primeras investigaciones ya han sido publicadas en la revista Quaternary Science Reviews