La escasez de médicos y docentes pone en guardia a la zona rural

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

un alumno en un aula, clase, vacía

Educación negociará con los sindicatos un acuerdo para que las interinidades en centro alejados puedan durar más de un curso. Sanidad tiene pendiente abrir la bolsa de alta disponibilidad

20 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cubrir las vacantes de médicos y profesores en la zona rural asturiana, sobre todo en las alas, es complicado desde hace tiempo. Pero en los últimos años se ha convertido en una tarea casi imposible. La docencia y la sanidad son dos mundos laborales muy diferentes, con sus propias normas de interinidad y con unas necesidades dispares. Sin embargo, tienen en común que pocos profesionales dan el paso adelante de irse a cubrir vacantes en colegios, escuelas, hospitales o centros de salud alejados de la zona central, donde viven el 80% de los asturianos. Así que la Administración se las está ingeniando para tratar de conjugar la calidad de los servicios públicos y las políticas de fijación de población con la carrera de los profesionales. La Consejería de Sanidad tiene aprobada una bolsa de alta disponibilidad, que premia a los que responden rápido y a los que eligen puestos poco apetecibles por la ubicación del destino o por la escasa duración del contrato. Sin embargo, no se ha puesto en marcha. Ahora negocia en el Consejo Interterritorial, con el ministerio y el resto de comunidades, otra serie de medidas alternativas. Educación ha sido el segundo departamento en sumarse a esta política. Ya cuenta con un acuerdo para incentivar la cobertura de los puestos y centros de especial dificultad, pero ahora pretende ir un paso más allá. Su idea es negociar con los sindicatos un nuevo convenio que mejore la estabilidad y que permita a un interino pasar más de un curso en el mismo puesto. Hasta cuatro está barajando.

La estrategia, en ambos casos, es bonificar de algún modo a los profesionales que están empezando, que son los que no cuentan con una plaza en propiedad pero aspiran a ser funcionarios. En su caso, no se trata tanto de acceder a complementos económicos como a contratos más largos o a méritos que les sirvan cuando se presenten a un concurso-oposición. En resumen, supone tener alguna ventaja en el futuro. Esa es la visión para los profesionales. Pero la Administración también vende las ventajas para los usuarios, ya sean pacientes o alumnos. Que un profesor pueda pasar hasta cuatro años en un mismo colegio de educación básica implica que un alumno puede pasar todo el segundo ciclo de Infantil o tres cuartas partes de la etapa de Primaria con un mismo maestro, sin cambiar, cada año. Esto permite poner en marcha programas educativos complementarios y también realizar un seguimiento personalizado. Las ventajas en los centros de salud y hospitales son muy parecidos. Que el médico de familia o el especialista no roten continuamente permite poner cara y diagnósticos a las cartillas sanitarias. 

Las ventajas están claras. Pero hay muchos aspectos que analizar antes de lanzarse en su aplicación. Primero deben contar con los agentes sociales. Lo segundo es tener claro el presupuesto. Cuánto va a costar a las arcas regionales. La crisis poco a poco va quedando atrás pero los funcionarios todavía están reclamando la recuperación de condiciones previas a 2012, así que hay muchos condicionantes por el medio.

La idea de Educación

El consejero de Educación, Genaro Alonso, lanzó la idea esta misma semana en la Junta General del Principado. Quiere conseguir que los interinos pasen más años en un mismo puesto, incluso hasta esos cuatro. Es, por el momento, una idea. La administración indica que lo primero es hacer un análisis riguroso de la situación, de dónde exactamente se necesita dar más estabilidad al profesorado. También tiene que realizar un estudio con los costes que esto puede acarrear. El paso fundamental sería abrir una negociación con los sindicatos para alcanzar un acuerdo con el visto bueno de todas las partes.

Tienen un punto de partida. Ese es el acuerdo por el que se establecen los puestos docentes calificados de especial dificultad en el Principado. Los incentivos que recoge es que los funcionarios tendrán como mérito para el concurso de traslados el tiempo que han pasado de manera ininterrumpida en una plaza de difícil desempeño y en el caso de los interinos lo deriva al acuerdo especial de interinos. Lo que sí establece son listados de esos centros en los que se bonifica. Son los cinco centros de educación especial, las siete unidades de educación especial en centros ordinarios, el aula educativa de la cárcel y las dos aulas hospitalarias de Oviedo y Gijón, las seis aulas de Inmersión Lingüística, las seis escuelas-hogar que permanecen abiertas, los colegios públicos de educación básica -que son los que tienen los dos primeros cursos de Secundaria-, y los puestos docentes en entornos geográficos alejados del área central, que aglutina desde colegios a los Cra (centros rurales agrupados). En total, casi 60. Salvo los centros de educación especial, las aulas de inmersión lingüística, hospitalaria y carcelaria, el resto se encuentran en concejos periféricos. Muchos se hallan en Cangas del Narcea, Somiedo, Allande, Tineo, Boal, Ibias, Vegadeo, Ribadedeva, Peñamellera Baja,...  Hay un criterio más, que depende de los informes que periódicamente realice la propia administración. También se bonificará el destino en centros públicos en los que más de un 25% de los alumnos requieran de apoyos.

Este acuerdo lleva en vigor desde agosto de 2016, es decir, que está a punto de cumplir los dos cursos de vigencia. Sin embargo, los listados de especial dificultad se actualizan todos los años. El último es del 10 de octubre de 2017. De hecho, este curso hay 30 centros que escolarizan un porcentaje superior al 25% de alumnado con necesidad específica de apoyo educativo.

El acuerdo de interinos docentes que rige en la actualidad se remonta al año 2014. Ese documento ya deja una puerta abierta. Establece que las partes firmantes «se comprometen a estudiar la viabilidad de planificar, de manera excepcional, la posible extensión de los nombramientos durante más de un curso escolar del personal funcionario interino que preste servicios en aquellos centros educativos que sean calificados como de difícil provisión».

Educación reconoce que tendrán que volver a negociar para revisar el acuerdo de interinos y conseguir que haya una duración más continuada de los contratos siempre de manera voluntaria, es decir, siempre que el docente esté de acuerdo. Para dar cabida a este planteamiento también hay que tener en cuenta ese listado de centros. Su pretensión es no dejar pasar esta oportunidad. Fuentes de la administración explican que el objetivo es dejarlo atado antes de que finalice la legislatura. Esto supone que cuentan con un año de margen. Los sindicatos parecen recelosos. Algunos consultados por LA VOZ dicen haberse enterado de estos planes por los medios y lamentan que nadie les haya llamado. No parece que las conversaciones vayan a comenzar en un buen clima. 

Los problemas en Sanidad

Para los médicos es distinto. En su caso aquellos que no son funcionarios pueden ser eventuales o interinos. Unos ocupan una plaza existente que no tiene propietario y los otros cubren bajas o refuerzos. En la sanidad ha habido menos oposiciones y la inestabilidad es muy superior. A esto hay que añadir que en el plazo de una legislatura van a jubilarse 800 médicos, lo que ha colocado a la red pública asturiana en una auténtica encrucijada. La Consejería de Sanidad está comenzando a moverse para resolver este problema agudo. Organizaciones como el Sindicato Médico (Simpa) creen que llega tarde. El portavoz de Atención Especializada, José Antonio Vidal, señala que la clave está en que no hay médicos, así que ya es complicado cubrir hasta las vacantes del área central. Peor lo tienen aún las alas. 

Existen, no obstante, dos hilos de los que tirar para empezar a cambiar cosas. Cuando el año pasado se crearon las bolsas de facultativos especialistas para ordenar la gestión y premiar los méritos, se dio luz verde a una bolsa de alta disponibilidad, donde se puntuaba más aquellas plazas menos atractivas, las que duran apenas un día o las más alejadas. Vidal indica que no se ha llegado a poner en marcha y que sería una buena manera de compensar. Al mismo tiempo, explica que hay otro acuerdo firmado con el Principado que también puede suponer un incentivo. Se trata de la movilidad de los interinos, que pueden aspirar a una mejora. La explicación es sencilla. Antes un interino ocupaba una vacante pésima y ahí tenía que quedarse, aunque fuesen saliendo otras que se adaptasen mejor a sus gustos o a sus necesidades. Ahora eso ya no sucede. «Antes había mucho miedo a un contrato periférico porque era muy difícil volver», afirma.

La percepción que tienen los médicos es que ese recelo con la zona rural ha bajado un poco. Pero ahora el problema es otro. Las jubilaciones han adelgazado la plantilla y las vacantes de difícil cobertura ya están incluso en el área central. Faltan sobre todo médicos de familia y pediatras. Sanidad, junto con el resto de comunidades autónomas y el ministerio, está tratando de buscar una solución conjunta, con medidas comunes. Las negociaciones están en marcha y pueden cristalizar pronto. La idea es identificar las especialidades deficitarias y esos puestos de difícil desempeño que cuesta cubrir en cada comunidad. Se habla de la necesidad de coordinar las categorías profesionales entre territorios para evitar fugas, hacer un estudio riguroso por especialidades, actualizar los datos de temporalidad para desarrollar la oferta pública de empleo (ope) o valorar la situación de las incompatibilidades del personal adscrito al sistema público. 

El Simpa cree que los estudios previos son muy necesarios. Vidal reconoce que las áreas de más difícil cobertura son las de las alas, es decir, la I, II y VI, con cabecera en Cangas del Narcea, Jarrio y Arriondas. Pero señala que hay otros aspectos a tener en cuenta. Algunos centros de salud del área IV alejados, como pueden ser los de Somiedo. Entiende que es necesario, fundamentalmente, planificar la bonificación pensando en los más jóvenes, aunque la medida pueda ser extensible a cualquiera. Solo parte de una premisa irrenunciable. Tiene que ser voluntario. Nunca impuesto. Está convencido de que es posible alcanzar un acuerdo. Vidal destaca el talante dialogante del actual equipo.