El poder mortífero del texu

L.F. REDACCIÓN

ASTURIAS

Todas las partes del árbol son venenosas y pueden provocar la muerte

03 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El texu siempre ha sido un árbol místico. La longevidad de la especie, que puede llegar a vivir más de 1.000 años, ha motivado la propagación de leyendas de todo tipo en torno a este árbol. Los astures veneraban al texu y, en la antigüedad, era considerado un árbol sagrado. De hecho, muchos de ellos se encuentran en las inmediaciones de ermitas y cementerios. Además, al tratarse de una especie mortalmente tóxica, se han extendido todo tipo de historias sobre su poder letal. 

La autopsia de la muerte de la joven letona Megijas Bogdanovica, de 20 años, revela la ingesta de semillas de texu y ha vuelto a poner en primera línea su toxicidad. Sus hojas son venenosas, su corteza también, sus raíces, su savia... todo es mortífero. Su única parte comestible es el arillo carnoso que recubre sus semillas, pero debido a la toxicidad de la especie, su consumo es arriesgado. Paradógicamente, y pese a su veneno, de esta planta se extrae un medicamento contra el cáncer.

Su toxicidad es extrema y la dosis mortal para un adulto se fija en el líquido resultante de la cocción de entre 50 y 100 gramos de la hojas en agua. Esa toxicidad es mayor en invierno que en verano y, en el caso de los niños, unas pocas hojas pueden resultar letales.

Síntomas de la intoxicación

El listado de efectos que produce la ingesta de alguna de las partes del texu es extensa, pero estos son los principales síntomas: vómitos, taquicardia, mareo, sequedad de la boca, labios azulados, calambres, dilatación de las pupilas y, finalmente, una parada cardiorespiratoria y la muerte. El veneno hace efecto rápidamente y puede provocar el fallecimiento en un periodo de entre 30 y 60 minutos.

El uso de los astures

La leyenda cuenta que los guerreros astures utilizaban el veneno del texu para suicidarse antes de ser atrapados y condenados a la esclavitud. También circulan historias que sostienen que untaban las flechas con ese veneno para provocar mayores daños en sus enemigos. 

El título de Monumento Natural sirve para proteger a los texos más ancianos de la región. En el Principado existen varios de estos títulos, como es el caso de los de Santa Coloma y de Lago (Allande), el de Salas, Bermiego (Quirós) o el Santibáñez de la Fuente (Aller).