¿Se podría repetir un caso similar al de Mina Conchita?

Pilar Campo REDACCION

ASTURIAS

Mina Conchita / RTVE
Mina Conchita / RTVE

La intervención de material sustraído en la explotación de Cerredo reabre el debate sobre las condiciones de vigilancia en las minas

24 may 2018 . Actualizado a las 13:13 h.

La Guardia Civil de Ibias logró en la madrugada del pasado domingo, día 20, interceptar una furgoneta cargada de material presuntamente sustraído en la explotación minera de Cerredo cuando circulaba por la carretera AS-15, en el término municipal de Degaña. Los tres ocupantes, pertenecientes a un clan familiar rumano, mantenían oculto el material, compuesto fundamentalmente de baterías, cables, enchufes y cargadores, entre productos de chatarrería. Un caso que reabre el debate sobre la seguridad en las minas.

La falta de control que se detectó en Mina Conchita, ubicada en la zona occidental asturiana, propició el robo de la dinamita Goma 2, las puntas y los tornillos que el exminero Emilio Suárez Trashorras facilitó a la célula islamista para confeccionar las bombas que hicieron estallar en los trenes el 11 de marzo de 2004, en Madrid. El atentado causó 192 muertos y 1.856 heridos. El exminero fue condenado a 34.715 años de cárcel y, a partir de ese brutal atentado, las medidas de seguridad se extremaron.

Controles «al milímetro»

¿Podría repetirse un caso similar al de Mina Conchita en la actualidad?  Jorge Fernández Cuesta, coordinador general de la Asociación de Vigilantes de Seguridad Privada de Asturias (Avispa), no duda un minuto en responder con una negativa tajante. Cree que la probabilidad de que se vuelvan a dar circunstancias parecidas es prácticamente nula. «Desde los lamentables sucesos que ocurrieron en Mina Conchita se controla al cien por cien tanto por parte de la seguridad privada, que tiene las funciones de vigilancia, como en las competencias que tiene en este caso Intervención de Armas de la Guardia Civil», asegura.

El coordinador general de Avispa está convencido de que todas las medidas de seguridad se cumplen y descarta que puedan reproducirse situaciones como las que provocaron una de las mayores masacres terroristas.  «Lo que ocurrió en aquel momento en Mina Conchita ahora sería muy difícil que se repitiera. Un robo, un desvío o un hurto de ese tipo de material sería muy improbable, porque está todo controlado al milímetro», asevera.

Los agentes de la Guardia Civil realizan controles «exhaustivos y rigurosos», según aprecia el responsable de Avispa. «Van por el libro. En los casos que conocemos donde se manejan explosivos, como por ejemplo en Salave, en Tapia de Casariego, hay unas condiciones de seguridad totales y absolutas», ratifica.

Las inspecciones y la custodia

A estos controles se suman las inspecciones que se realizan de forma periódica. «Cada 15 ó 20 días hay inspecciones. Una al mes, mínimo», indica. Se efectúan igualmente reconocimientos de la identidad de la tarjeta personal de los vigilantes que «tienen que estar acreditados como vigilantes de explosivos», apostilla. También se analizan minuciosamente los libros de registro, «tanto la entrada de explosivos como la de los detonadores, que van aparte, o cuando hay descargas de material que se realizan con transportes especiales custodiados por vigilantes de seguridad armados», explica Jorge Fernández Cuesta.

El coordinador general ensalza la labor de vigilancia de los agentes «El puesto de la Comandancia más cercana a la explotación es la encargada de realizar ese control, que se hace de forma estricta. Además, hay una supervisión de la Comandancia de Oviedo o de la Comandancia de Gijón, dependiendo de dónde esté ubicada la explotación», señala.

En su opinión, no se repetiría un caso similar, «ni por falta de vigilancia por parte de la seguridad privada que está contratada, ni por falta de control de la Guardia Civil. Obviamente tiene que haber seguridad privada en todos los sitios donde se manejen explosivos, no sólo en explotaciones mineras, sino también en canteras o en fábricas de explosivos».

El descontrol de Mina Conchita

El responsable de Avispa reconoce que, en el año 2004, cuando se perpetraron los atentados del 11-M, en las explotaciones mineras como la de Mina Conchita «antes había más descontrol. Y eso que la legislación actual es la misma que había antes, cambiando cuatro palabras o cuatro comas», reconoce.

A su juicio, aunque todos los medios siempre son mejorables, las dotaciones de plantilla son suficientes. «La empresa de seguridad no puede escatimar el número de operativos y este tema se lleva a rajatabla, de tal modo que si hay tanta superficie tiene que haber tantos controles, de acceso, de salida, de explosivo, etcétera. No se puede ahorrar un dinero y contratar a menos personal para resolver la situación. El control es riguroso y exhaustivo», recalca.