Agentes especiales contra el veneno en los montes

Claudia Granda REDACCIÓN

ASTURIAS

Agentes del Seprona rastrean los montes del Principado en busca de cebos envenenados, con la ayuda de un Guía canino del Servicio Cinológico (Madrid).Agentes del Seprona rastrean los montes del Principado en busca de cebos envenenados, con la ayuda de un Guía canino del Servicio Cinológico (Madrid)
Agentes del Seprona rastrean los montes del Principado en busca de cebos envenenados, con la ayuda de un Guía canino del Servicio Cinológico (Madrid) GUARDIA CIVIL

El Principado impartirá formación especializada a los Agentes del Medio Natural con el fin de erradicar el uso ilegal de cebos envenenados

25 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los daños que el lobo causa a los ganados asturianos son cada vez mayores. Y los dueños de las reses no están dispuestos a  continuar con esta situación. La presencia de grandes depredadores en zonas de ganadería extensiva y sus ataques a las cabañas son la principal causa del uso ilegal de cebos envenenados. Así lo afirma la Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias en su última publicación en el BOPA. Pero no son estas especies las más afectadas. Los perros y las aves carroñeras son los peor parados. Un problema generalizado al que la administración ha decidido poner freno.

Para que el problema no continúe creciendo, el gobierno regional ha elaborado el Plan de Acción contra el uso ilegal de veneno del Principado de Asturias con el cual se desarrollará la «Estrategia Nacional contra el uso ilegal de cebos envenenados en el Medio Natural» aprobada por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza en el año 2004. Su finalidad: erradicar el uso de veneno en los montes. Para ello crearán una Red de Avisos de Envenenamiento Ilegal de Fauna centralizada en los Agentes del Medio Natural, a los que se les impartírá formación especializada, periódica y actualizada con el fin de optimizar las labores de rastreo, detección y persecución de los delitos. Esta labor será coordinada por los técnicos responsables  en la Dirección General de Biodiversidad. Contarán también con la ayuda de una Unidad Canina especializada durante todo el año para aumentar la capacidad de localización de estos cebos envenenados.

Se elaborará también Plan de Vigilancia específico que ayudará a orientar la actividad de inspección, así como una base de datos centralizada que recoja información detallada de cada caso de envenenamiento. El seguimiento de estos sucesos, así como la creación de la base de datos es fundamental para prevenir los hechos que, en su mayoría se centralizan en la mitad sur del Principado, zona en la que conviven un mayor número de lobos y reses. 

Pero las investigaciones no se centrarán únicamente en el monte. Detectar el origen y las vías de adquisición de los tóxicos utilizados en los envenenamientos es fundamental para la prevención y disuasión de la actividad. Los principales productos utilizados para dañar a la fauna son compuestos cuya comercialización está prohibida, como la estricnina, detectada en el 63,4% de los cebos analizados entre 2001 y 20017, y el aldicarb. Para ponerle coto a la adquisición de estas sustancias ilegales se creará un registro de usuarios de productos con potencial para ser usados como veneno, así como se propondrá la comercialización de productos clasificados como muy tóxicos bajo supervisión facultativa competente y con indicación expresa de la cantidad a adquirir o aplicar. 

Educación ambiental contra los cebos tóxicos

Frenar este tipo de actividad no solo depende de los Agentes del Medio Natural o de Seprona. Educar e informar sobre las vías correctas de actuación es crucial para erradicar los cebos envenenados de los montes. Se propondrá la creación de acciones de educación ambiental dirigidas a escolares y a otros grupos sociales de interés que podrán impartirse en Parques Naturales del Principado y centros de interpretación. Una Red de Municipios contra el Veneno implicará a la sociedad rural en la lucha activa contra esta actividad ilegal. 

Las cifras

 Durante el 2001 y el 2017 fueron procesados por la administración un total de 190 expedientes, de los cuales 91 fueron confirmados como envenenamiento ilegal de fauna silvestre. Se vieron afectados, al menos, 95 animales ed 16 especies. Los más perjudicados fueron los perros, 28 individuos (29,5%). Entre la fauna silvestre destacan el buitre leonado (22,1%), el zorro (13,75) y el lobo (10,5%). En cuanto a las especies catalogadas como amenazas se encuentran cinco alimoches, dos ejemplares de nutria, un águila real, un oso pardo y un quebrantahuesos.

Además, los datos indican que la mayoría de los casos analizados se concentraron en los meses de marzo y abril (43,5%), mientras que los meses con menos episodios de envenenamiento fueron agosto y septiembre. El 83,7% de los casos de envenenamiento ilegal se detectaron durante el invierno y la primavera.