El carbón, piedra de toque de los retos de Sánchez con Asturias

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

Panorámica tomada desde la Campa de Torres del Parque de Carbones y de la central térmica de Aboño, en las proximidades del puerto de El Musel de Gijón.
Panorámica tomada desde la Campa de Torres del Parque de Carbones y de la central térmica de Aboño, en las proximidades del puerto de El Musel de Gijón. JLCereijido

El debate interno en el PSOE sobre la transición energética y el cierre de las térmicas o la financiación autonómica marcarán el mandato del presidente

02 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mencionó en el debate previo a la moción que «a Asturias le vendrá bien un administración socialista» en La Moncloa. Sobre el papel, y si la situación la describiera alguien que haya sido ajeno a todo lo acontecido en el planeta en los últimos dos años, la coincidencia de color político en el gobierno central, el autonómico e incluso en la capital asturiana debería abrir un camino de rosas en el entendimiento entre administraciones, pero hay varias cuestiones que amenazan con sacar espinas en ese sendero. Pedro Sánchez presidente de España se sentará con Javier Fernández presidente de Asturias siendo ambos protagonistas de una de las mayores divisiones vividas en la historia del socialismo español pero, pese a lo que pudiera parecer, las discrepancias relevantes que están en el horizonte no tienen su origen en esa disputa.

Fernández está de retirada, Adrián Barbón será candidato además de secretario general y el sector crítico con el sanchismo no quiere dar ya ninguna batalla interna, el partido quiere llegar a las elecciones autonómicas, pero sobre todo las municipales, plenamente apaciguado. La clave es el futuro del carbón, y no sólo lo que quepa esperar de las explotaciones asturianas, ya bastante marginales, sino la mucho más importante cuestión de la política energética y su transición, los plazos para el cierre de las centrales térmicas, algo sobre lo que el partido en Asturias y en España no ha terminado de aposentar una posición meridiana.

Sobre el atril del Congreso, Sánchez se criticó la posición mantenida por el gobierno del PP y los incumplimientos del Plan del Carbón y para con las comarcas mineras. Cuando tome posesión de su cargo, Sánchez tendrá en sus manos desbloquear la llegada de los fondos mineros retenidos durante las dos anteriores legislaturas, más de 300 millones de euros, que tuvieron que ser reclamados desde Asturias por sentencia judicial y cuya paulatina devolución se había firmado por convenio sin que llegara a concretarse todavía. Podrá también buscar en cumbres europeas aliados entre los estados miembros de la Unión para retrasar el fin de la minería (fijado para este 2018) o, al menos, como reclama el Principado, para que las explotaciones rentables no tengan que devolver ayudas recibidas. Pero la cuestión no es tanto el carbón nacional, o los cupos para su quema, sino el recorrido de las mismas centrales térmicas a medio plazo. Más desde que Iberdrola despertara todas las alarmas anunciado el cierre anticipado de Lada con enormes repercusiones en la economía regional, no ya en el sector minero que representa un porcentaje mínimo, sino en el de las importaciones, el transporte y la garantía de suministro eléctrico a la gran industria de la comunidad.

Adrián Barbón fue hasta su triunfo en las primarias a Secretario general de la FSA presidente de ACOM, la asociación de comarcas mineras de España. Su sucesor, el también socialista Alider Presa, alcalde alcalde del municipio leonés de Igüeña reclamó una reunión con el nuevo presidente con urgencia confiando en que Sánchez exponga su «hoja de ruta» para el sector del carbón, las comarcas mineras y las centrales térmicas. El gobierno asturiano, con un acuerdo pactado con otros partidos y con los agentes sociales, desde la patronal a los sindicatos mayoritarios, reclamó al Gobierno del PP (que recibió bien la propuesta) que entre las condiciones para evitar que una compañía cierre una planta esté además de la garantía del suministro eléctrico, los incrementos de costes energéticos, de manera que se garantice que la industria a la que suple no pierda competitividad.

Pero la apuesta del PSOE nacional no va por esa dirección y ha emitido varias señales que han despertado las suspicacias de ajenos pero sobre todo de propios en Asturias, en el partido y también en los sindicatos. En marzo, los expertos del grupo creado por el partido para la transición energética propusieron que se abandonaran las térmicas definitivamente a partir de 2020. Desde el Gobierno asturiano se reclamó al partido que desautorizaran esos postulados. La propia presidenta del PSOE, Cristina Narbona, que suena además en las quinielas como posible ministra de Medioambiente, afirmó a finales del año pasado que el cierre de las térmicas abarataría la energía, una declaración que  hizo que tuviera que salir el propio Adrián Barbón a calificarla de «error». Los roces sobre esta materia dentro del partido a un lado y otro de la cordillera no han sido pocos y esta será una cuestión que tendrá que definirse en los próximos meses a lo largo del mandato de Pedro Sánchez. 

Una financiación autonómica para todos

Otra de los asuntos relevantes que podría intentar desbloquear Sánchez (y se refirió de hecho a ello también en el debate del pasado jueves en el Congreso) es el de la financiación autonómica y también aquí tendrá que conjugar intereses contrapuestos dentro del propio partido porque las visiones sobre cómo debe diseñarse el nuevo modelo varían en función de los territorios. Desde Asturias se han tendido puentes para buscar una entente, fundamentalmente con territorios del noroeste como Galicia y Castilla y León pero al que también se han sumado Aragón, La Rioja o Castilla La Mancha, para reclamar que en sus criterios pese el envejecimiento y dispersión de la población y ante todo que prime la igualdad en la prestación de servicios fundamentales. Por eso desde Asturias hay una oposición frontal al principio de ordinalidad, un límite a la solidaridad entre territorios de manera que cuenten con más fondos aquellas comunidades en las que hay más capacidad de recaudación por contar con población de mayor renta. Y ese es precisamente el criterio defendido por comunidades del levante, como Valencia o Baleares, también apoyado por el PSC en Cataluña. Sánchez tendrá que hacer también equilibrios a la hora de abordar este asunto.

El AVE y Pajares

Buena parte de la munición con la que los partidos conservadores, tanto el PP como Foro, cargaron contra la moción de censura fue para mostrar su preocupación porque decayeran las inversiones previstas para el desarrollo de las obras de la Variante de Pajares incluidas en los presupuestos generales del Estado. Sin embargo, las cuentan aprobadas hace apenas unos días serán respetadas por Sánchez según declaró explícitamente en el debate toda vez que, además, ese respaldo era necesario en su estrategia para ganarse los votos del PNV con los que el Ejecutivo de Rajoy había cerrado importantes inversiones.