#Pasóme, la historia oral del desprecio al asturiano

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

La manifestación por la oficialidad
La manifestación por la oficialidad TM

Los usuarios de Twitter recopilan episodios de discriminación en la escuela, hospitales o ante la administración por usar la llingua

03 ene 2019 . Actualizado a las 16:26 h.

Está la historia de un anciano, ingresado en el hospital, que en los últimos momentos de su vida tuvo que ver cómo el personal sanitario se burlaba de él por decir que tenía que «dir a mexar»; casos de golpes, 'multas', y castigos con limpiar la clase por decir palabras en asturiano en el colegio, la mayor parte de ellos durante la época de la dictadura, pero también hay narraciones de padres acomplejados que pedían a sus hijos que se esforzaran por hablar en castellano para que no les llamaran «paletos» como a ellos, desprecios vividos ante una ventanilla de la administración y muchos, muchísimos, episodios de gente mayor que vivió acomplejada porque usar su lengua era «hablar mal». Han sido recogidos en tuiter, reunidos con la etiqueta #pasóme y en la noche del domingo se convirtieron en tendencia en la red social en Asturias.

«Después de hacer algunos hilos decidí dar visibilidad a este relato pensando en los grupos que niegan que en Asturias hay un conflicto lingüístico», explicó Víctor Suárez, autor de la iniciativa quien destacó que a raíz de publicar algunas de sus vivencias se encontró con que empezaron a acumularse las historias de decenas de personas, algunas vividas en carne propia, otras escuchadas de sus padres y abuelos, y también los comentarios de habitantes de otras comunidades con lengua propia que se sintieron representados por muchas de las situaciones narradas.

«No se trata de victimizarnos sino de contar una realidad que está ahí», destacó Suárez quien resaltó cuántos de los mensajes se referían a malos tratos en el colegio y al complejo impuesto a generaciones durante décadas, por eso afirma que «con la oficialidad vamos a saldar una deuda con gente que murió pensando que hablaba mal». Y no es una hipérbole. Entre las historias recogida en #pasóme está el caso de niños enviados al logopeda por hablar en asturiano, también hay historia de ancianos a los que se les intentó diagnosticar «un problema neurológico porque decían palabras sin sentido y resultan que eran palabras en asturiano», explica Suárez.

El autor de la iniciativa destacó que los casos de incomprensión y desprecio se suceden en diferentes ámbitos, algunos especialmente sangrantes como en la sanidad, pero también han sido frecuentes a la hora de relacionarse con la administración y, especialmente, a lo largo de muchos años, en la escuela.

Hay también espacio en el hashtag para algunas historias positivas, momentos en los que «gente de fuera de Asturias, profesores, que permitieron exámenes en asturiano, o que pedían que les hablaras en asturiano para ir haciéndose al vocabulario», señaló Suárez; están recogidos con otra etiqueta añadida #cosesguapes. Aunque hayan sido minoría.