Un asturiano con piernas de hierro: más de 200 kilómetros en 24 horas

Natasha Martín REDACCIÓN

ASTURIAS

Nicolás de las Heras en el Campeonato de Europa de Timisoara
Nicolás de las Heras en el Campeonato de Europa de Timisoara

El avilesino Nicolás de las Heras, a sus 53 años, ha sido capaz de marcar un nuevo récord nacional en el Campeonato de Europa de Ultramaratón, donde quedó en un merecido 4º puesto

17 jun 2018 . Actualizado a las 13:16 h.

Nunca es tarde para marcarse grandes retos. Y si no que se lo pregunten a Nicolás de las Heras, un avilesino de 53 años con las piernas de hierro que ha sido capaz de estar 24 horas corriendo, sin apenas pausas, sumando una distancia de 257 kilómetros, a un ritmo de 5 minutos y 33 segundos por kilómetro, en el Campeonato de Europa de Ultramaratón disputado en Timisoara el pasado mes de mayo. Su hazaña le llevó a un merecido 4º puesto en la competición y a superar el hasta entonces vigente récord nacional, que se situaba en 249 kilómetros. Lo más sorprendente de su tesón es que el asturiano, lejos de lo que se pueda creer, no lleva tantos años corriendo como para ser protagonista de lo que muchos ya han calificado como «heroicidad».

En su paso por el programa de Chema Martínez de la COPE, De las Heras explicó todo lo que hay detrás de su gran logro, desde su entrenamiento, a ritmos, pasando por el ingrediente que nunca puede faltar en pruebas de gran exigencia: concentración. Si bien, sus reacciones son humildes. «No esperaba ver el impacto que ha tenido todo en redes sociales», cuenta. «También me siento sorprendido por el récord. Cuando estaba allí no me parecía que estuviera haciendo algo extraordinario, simplemente seguí haciendo lo que hice durante mis años de entrenamiento». Por eso se define como un «corredor popular», más que profesional.

Pero el principio de la historia no es ese. De las Heras se inició en el deporte en la Asociación Atlética Avilesina cuando era un joven de 15 años. «No tenía unas condiciones especiales pero entrenaba muchas horas y muchos días», explica. El esfuerzo le llevó a proclamarse campeón de España y desde entonces se dio cuenta de que con sacrificio se pueden llegar a hacer grandes cosas. Tras ello, «dejé el deporte, empecé a estudiar y hacer mis cosas», cuenta.

La semilla ahí plantada no germinaría hasta muchos años después. A los 32 años se inicia en la montaña de la mano de su mujer. Poco a poco se anima a participar en las primeras carreras y logra terminar la Travesera Integral de Picos en 21 horas y 17 minutos, «casi el último», comenta, pero era lo que esperaba. En ese momento una chispa se encendió en su cabeza. «Me di cuenta de que se pueden superar grandes retos», y con 45 años empezó a correr, de verdad.

Su rutina

De las Heras se ríe del mito que sobrevuela sobre los corredores de largas distancias. «Piensan que me paso la vida corriendo pero no es así. Tengo un trabajo, tres niñas, me levanto a las siete para hacerles el desayuno. Mi vida es intensa», sostiene.

Para evitar llevar al cuerpo a un estado de estrés inaguantable, el avilesino divide sus entrenamientos de manera que no pierde en calidad y es capaz de mejorar sus ritmos. «Nunca hago dobles sesiones ni entrenos en ayunas», explica. «Lunes y miércoles los dedico a entrenos de calidad. A series de hora y media o dos horas. Martes y jueves hago un descanso activo. Y viernes o sábados hago una tirada larga de unos 60 o 70 kilómetros. Los domingos hago un rodaje de hora y media o dos horas». En total, sus piernas recorren unos 120 kilómetros a la semana, aunque para esta gran prueba llegó a los 140 semanales.

La clave del éxito

Nicolás de las Heras no duda a la hora de señalar que la clave para estar 24 horas corriendo sin sufrir más se lo debido fue la concentración. Antes de esta gran prueba ya se había sumergido en otras de duración similar. «Hace un año corrí 100 kilómetros en Vecindario (Gran Canaria). Acabé reventado», pero valió la pena: quedó Campeón de España. Quiere más. Se fija en las 24 horas de Barcelona, donde consigue la increíble marca de 217 kilómetros. «Acabé muy, muy mal. Vamos, que casi me tenían que llevar en silla de ruedas al aeropuerto», comenta divertido. Pese a su estado físico, consigue la 4º mejor marca nacional y la Selección Española se fija en él. Le quieren para el Campeonato de Europa de Timisoara. De las Heras se prepara entonces con más profundidad. «Decidí centrarme en lo que había fallado en Barcelona: fortalecí mis piernas y traté de mejorar los ritmos», mantiene.

La gran carrera

En la línea de salida De las Heras se siente «como una hormiga entre gigantes», pero no vacila. «Buscaba hacerlo lo mejor posible dentro de mis posibilidades y disfrutar, quizás quedar el 20 o el 30», explica. A su favor tenía una concentración extrema y se pone a correr a un ritmo de 5:10 o 5:15 (5 minutos y 10 segundos por kilómetro). Durante las 24 horas que duró la hazaña apenas tuvo que parar. «El seleccionador nacional, Eduardo Gómez López, estaba ahí y nos asistía constantemente: agua, geles, barritas... no faltaba nada», cuenta.

Llega la hora 12 y De las Heras estaba en un segundo puesto, «pero sigo con el mismo ritmo», mantiene. «Sabía que no iba a quedar en podium, detras tenia al 5º del mundo, sabes que te va a ganar». La hora más crítica se cierne sobre el final. «El seleccionador nacional nos estuvo guiando durante 10 horas para cazar al corredor esloveno (que iba a 3:30), que nos sacaba 20 o 30 kilómetros. Se los recortamos», relata. «A la hora 23 mi esfuerzo mental por cazarle estaba muy por encima del físico y, cuando lo tuve a 500 metros, espabiló y ya no le pude coger». A la hora 24 todo termina y De las Heras suma 257,745 kilómetros. Nuevo récord de España.

Tras su grandísima hazaña, la recuperación fue mucho mejor de lo esperada. «Tengo las piernas muy bien», cuenta. Ahora, sus objetivos se sitúan en el Campeonato del Mundo del año que viene. Si bien, no evita mencionar una reivindicación: «La Federación Española nos apoya, pero necesitamos más, que nos reconozcan. Mi récord no aparece en la página de la federación. No queremos pedir en los despachos, lo vamos a pedir corriendo, dando zancadas para que nos escuchen».