Asturias busca consenso político y empresarial para afrontar el terremoto energético

Juan M. Arribas / Agencias REDACCIÓN

ASTURIAS

Central Térmica de Lada 2
Central Térmica de Lada 2

Un pleno extraordinario abordará el viernes la futura descarbonización. Los empresarios alertan de los riesgos: pérdida de empleo, de inversión, encarecimiento de la energía, fuga de compañías a otras regiones.

10 jul 2018 . Actualizado a las 17:17 h.

La posibilidad de un frente común de todos los grupos parlamentarios de la Junta para exigir una transición energética justa se puede plasmar el próximo viernes. Ese día, un pleno extraordinario abordará de forma monográfica la crítica situación que se abre en la región con este proceso, en estos momentos uno de los más graves problemas que afronta Asturias. Paralelamente, los empresarios han defendido hoy también la importancia de las centrales eléctricas de carbón, que tendría un fuerte impacto en la industria transformadora, en el precio de la energía, que aumentaría el riesgo de deslocalización de empresas y la pérdida de empleo y de inversión. Un panorama negro que se cierne sobre la región

La sesión en la Junta, convocada fuera del periodo de sesiones, fue solicitada por los grupos parlamentarios de PP, IU y Foro e incluirá una comparecencia inicial del jefe del Ejecutivo asturiano, Javier Fernández. Para José Agustín Cuervas-Mons, del PP, más allá de las posturas conocidas de cada grupo ante este proceso, lo más interesante del pleno del viernes es que por primera en lo que va de legislatura que el presidente va a comparecer por una petición de este tipo.

La propuesta de la ministra Teresa Ribera sobre la descarbonización será una «muerte súbita» para el carbón que amenazará, además, el tejido industrial asturiano, ha asegurado hoy el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, ante los planes que baraja el Ejecutivo socialista. «Lo que nos propone la ministra es la muerte súbita de las centrales térmicas y, como consecuencia, una reconversión dura de nuestro sector industrial, inaceptable para Asturias», ha afirmado el diputadode IU, para quien todo lo que no pase por aumentar los plazos a al menos diez años, será condenar a esta región a un nuevo trauma industrial. En su opinión, no basta con que el Gobierno de Asturias y la Federación Socialista Asturiana se opongan a este nuevo modelo, sino que es preciso «articular una mayoría social y política».

El portavoz de Podemos, Emilio León, ha insistido también en la necesidad de conseguir una transición justa y que permita a Asturias estar a la cabeza en la defensa del empleo en las cuencas mineras. Para el diputado de la formación morada, ésta puede ser la última oportunidad de que Asturias cuente con empleo sostenido.

Para los socialistas el objetivo también pasa por conseguir en pleno del viernes una posición común en defensa de los intereses de Asturias para defender ante el Gobierno central la necesidad de esa transición «justa» que no renuncie a ninguna de las fuentes de generación de energía de que dispone España.

Según el presidente de Foro, Pedro Leal, es preocupante que este proceso de descarbonización al final vaya a ser un proceso de desindustrialización y generación de paro y pobreza.

El frente empresarial

Varios dirigentes empresariales han defendido hoy en Oviedo la importancia de las centrales eléctricas de carbón para garantizar un servicio estable y mantener el precio de la energía, cuyo incremento tendría unas consecuencias negativas para la industria y el empleo. El encuentro ha contado con las ponencias del presidente de la patronal asturiana, Belarmino Feito; el miembro de la Comisión de Expertos sobre Transición Energética y expresidente de Carbunión, Óscar Lapastora; el presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Laureano Lourido, y el consejero director general de EDP España, Javier Sáenz de Jubera. Además, ha contado con la presencia de representantes de organizaciones empresariales de Asturias, Aragón, Castilla y León y Galicia.

El propósito de esta jornada ha sido ofrecer «datos reales» para tratar de «concienciar del problema» que supondría la descarbonización con el planteamiento actual, y de la necesidad de un proceso de transición energética «justa», que no debe hacerse «precipitadamente», ha explicado Feito.

Un proceso que no sólo afectaría al Principado, sino que tendría un enorme impacto en la industria transformadora nacional, que es una «gran consumidora de energía», y que está convencida de que el modelo actual tendría una repercusión importante en el precio.

Un incremento en el precio que conllevaría un alto riesgo de deslocalización y pérdida de inversión en la región, que no puede ser compensado con un «bálsamo» como el de los fondos mineros, cuya experiencia refleja que «no es el camino a seguir», ha apuntado.

El presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Laureano Lourido, ha alertado de las grandes pérdidas que ocasionaría la decisión de prescindir del carbón en su área, en puestos de trabajo directos e indirectos, y que en unos años podrían dejar al puerto gijonés de El Musel «en negativo».

Algo en lo que ha coincidido el presidente del grupo industrial leonés Lamelas Viloria, que ha resaltado que la incidencia de la descarbonización en la zona de Villablino y El Bierzo sería «mucho mayor que en Asturias», y que acabar con el carbón supondría una pérdida de población importante para la comarca.

Todos los ponentes han coincidido en que existe un modelo de transición energética que cumpla con los objetivos de reducción de emisiones y que incluya el carbón, y que se trata de un modelo necesario para garantizar la viabilidad del servicio.

Lapastora ha incidido en que no se podrían conseguir dichos objetivos manteniendo «todas las térmicas actuales» y con la baja hidraulicidad que se dio en el año 2017, pero sí sería viable manteniendo las centrales que han realizado inversiones para reducir sus emisiones y cerrando el resto.

En este sentido, ha apuntado que hoy en día «no es posible» garantizar el suministro eliminando los combustibles fósiles, ya que los ciclos combinados de gas que existen en este momento «no servirían para respaldar el sistema».

Por su parte, Sáenz de Jubera ha señalado que las centrales térmicas de carbón hoy en día son «vitales» y ha rechazado que se cierren «por decreto» porque ello conllevaría una subida del precio de la electricidad.

Sin embargo, ninguno de ellos ha negado que el futuro pasa por una descarbonización, aunque han matizado que debe ser un proceso gradual y lógico, en el que se ha de prescindir del carbón de manera paulatina.

Sobre este asunto, Sáenz de Jubera ha hecho hincapié en que no tiene «ninguna duda» de que el progreso tecnológico hará que el escenario en el año 2050 sea «totalmente distinto» y que probablemente el cien por cien de la energía que se consuma sea de origen renovable.

Sin embargo, actualmente ese escenario no existe, por lo que es necesario contar con un respaldo energético, procedente de combustibles fósiles, que garantice la viabilidad, el suministro y unos precios razonables de la energía.