Estas son las «animaladas» que perviven en Asturias

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

dani gayoso

Carreras de bueyes o burros, sueltas del gochu o circos con animales todavían forman parte del calendario festivo del Principado

15 mar 2019 . Actualizado a las 11:33 h.

Dice Equo que la sociedad asturiana todavía tiene dos varas de medir a la hora de enfrentar el maltrato animal. Los asturianos son intransigentes con todos aquellos espectáculos en los que sufren animales, siempre y cuando no estén ligados a la actividad ganadera, de gran arraigo en el Principado. Por eso se entiende que se movilicen contra los circos o las corridas de toros pero no tanto contra las carreras de bueyes o burros. El número de espectáculos ha descendido considerablemente en los últimos años, debido fundamentalmente a la presión popular. Pero algunas todavía persisten en el calendario festivo, sobre todo, del verano. A los ya citados se puede sumar la suelta y persecución del pato de Cuev, en Valdés, a punto de erradicarse, la suelta de gochos engrasados, las peleas de gallo en el occidente o los paseos en carros del país tirados por bueyes en algunos mercados o ferias.

Hay dos fechas marcadas en rojo en los próximos días. El próximo martes 28 de agosto se celebra en Ordiales (Siero) una carrera de burros dentro de las fiestas patronales. También hoy está prevista una competición de bueyes dentro del festival ganadero de San Agustín. Los colectivos ecologistas están a la espera de ver qué pasará este año con la suelta del pato de Cueva Valdés, que siempre coincide con el primer fin de semana de septiembre. En 2017, debido a la polémica que se creó, se organizó sólo una suelta de varios ejemplares que habían sido criados en un zoológico. Pero no hubo ningún tipo de persecución. Ahora están a la espera de ver si se mantiene esta nueva versión.

Sergio Fernández, coportavoz de la Red de Derechos Animales de Alternativa Verde por Asturias y de Equo, es uno de los activistas que vigila con lupa los programas. Fernández cree que la legislación ha avanzado pero todavía tiene mucho recorrido por delante. Considera insuficiente que nueve ayuntamientos se hayan declarado libres de circos con animales o que la erradicación de prácticas que implican el sufrimiento animal dependa de la buena voluntad de las comisiones de festejos. Asegura que ha llegado el momento de desarrollar la Ley de Protección Animal del Principado que data del año 2002.

Malos ejemplos

Las carreras o exhibiciones de bueyes han vuelto a la actualidad mediática por la denuncia de la prueba celebrada en Piedeloro (Candás) y por el informe realizado por la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y el Maltrato animal, que denuncia el sufrimiento al que se somete a los animales que participan en pruebas de tiro y de arrastre de piedra. El documento describe todo el proceso que tienen que atravesar y muestra fotografías de gran dureza en las que se pueden contemplar las heridas con las que terminan. Piedeloro tuvo cierta atención mediática, precisamente, porque Equo denunció su celebración. Pero Fernández explica que unas semanas antes se había celebrado en Fitoria y después, otro concurso similar, en Llanera. «Hemos hablado con gente que estuvo presente en el de Llanera y nos contó que una pareja de bueyes se negaba a andar y que su propietario la cosió a varazos. Cualquiera que haya visto esto tiene que estar horrorizado», lamenta. Por esa razón, se vuelca con la labor de divulgación. Para que todo el mundo sepa qué está pasando y se vea obligado a tomar partido.

Tienen ahora una oportunidad con el certamen ganadero de San Agustín. El programa anuncia para hoy domingo, 26 de agosto, dos concursos de arrastre seguidos. A las cinco de la tarde, con asturcones. Una hora después, con caballos. No hace ninguna referencia directa al de bueyes, aunque desde Equo sostienen que está oculto dentro del deporte rural.

Otra fecha clave es el próximo martes, 28 de agosto. Ese día se celebrará la carrera de burros de Ordiales, en Siero. Este tipo de pruebas tienen gran arraigo dentro de las celebraciones populares del concejo. Así, este año, también se celebró otra en Pañeda, en la que participaron tres adultos y dos niños. La misma competición tiene lugar en la festividad de Collao. En algunos casos, para incrementar la dificultad, las bases estipulan que los animales tienen que correr en sentido contrario, lo que puede incluso incrementar el estrés. Lo más frecuente es que se trace un recorrido en el prado de la fiesta y los caminos aledaños por el que montan los participantes. 

La suelta del gochu, que hasta hace unos años se organizaba en localidades como Fitoria o Sotrondio, parece estar prácticamente erradicada. No aparece en ningún programa de 2018 y en Sotrondio, tras la polémica de 2016, tampoco se preparó el año pasado. Este tipo de pruebas consisten en coger una cría de cerdo, engrasarla y soltarla. Los participantes tienen que intentar atraparlo. Gana el que lo consiga. 

El caso de los circos

Nueve ayuntamientos asturianos han prohibido ya la instalación de circos con animales vivos en su territorio y se han sumado a una red nacional que trata de sensibilizar al resto de las corporaciones. Son los Aller, Carreño, Caso, Castrillón, Corvera, Gijón, Grado, Llanes, Morcín, Oviedo y Parres. Hay, por tanto, todavía 69 concejos que lo permiten. El de Siero es uno de ellos y se ha visto presionado para que tome partido, ya que es una zona por la que pasan de manera cíclica este tipo de espectáculos. Cada vez que uno de estos espectáculos comienza a anunciarse, la polémica recobra actualidad.

Más residuales son las peleas de gallos en la franja occidental de Asturias, la que limita con Galicia. La última operación contra este tipo de prácticas se produjo hace dos años, pero en el oriente de Asturias. En concreto, la Guardia Civil desarrolló una operación conjunta en tres comunidades autónomas. Detuvo a 17 personas, entre ellas un menor, e intervino 217 gallos, valorados en más de 100.000 euros, en el marco de la operación Pugnator, en Cantabria, Asturias y Vizcaya. Durante los seguimientos previos, los agentes habían detectado en Cangas de Onís un criadero del denominado «gallo combatiente español». Sus criadores fuero dos de los detenidos. En una inspección posterior del Seprona con los servicios veterinarios del Principado, se intervinieron 179 gallos.

«Es solo cuestión de tiempo que, de manera definitiva, contemos con las leyes necesarias para que todos estos espectáculos que de una u otra manera implican sufrimiento animal terminen desapareciendo», explica Sergio Fernández.