La Hunosa minera queda reducida a la mínima expresión

Carmen Liedo

ASTURIAS

Saliendo del Pozo Santiago
Saliendo del Pozo Santiago

Los pozos recién paralizados en Laviana y Aller suman entre plantilla y contratas medio millar de trabajadores que encaran 2019 con la incertidumbre sobre su destino y la reorganización de tareas

31 dic 2018 . Actualizado a las 19:22 h.

La vida fértil de los pozos Carrio y Santiago, ubicados en los municipios de Laviana y Aller, respectivamente, ha culminado. Con el fin de año ha llegado el fin para estas dos explotaciones mineras que durante décadas han dado el sustento a los cientos de trabajadores que picaron el carbón de sus entrañas. Pero el no haber sido rentables es algo que la Unión Europea no perdona, y tal y como se estipuló en la Decisión 787 allá por finales de 2010, los pozos no competitivos tendrían que cerrar, a lo sumo, el 31 de diciembre de 2018. Y el día ha llegado. El pasado viernes se sacaba del interior de estas explotaciones los últimos vagones de mineral y a partir del miércoles los trabajadores tendrán que cambiar el chip porque lo que tocará a partir de ese día será recuperar material y desmantelar, labores previas al abandono y clausura de los pozos. Según el preacuerdo alcanzado hace diez días entre sindicatos y Hunosa, esos trabajos no durarán menos de dos años con el objetivo de garantizar el empleo a una plantilla todavía abundante, sin embargo, la sensación entre los mineros de estos pozos es ya de «tristeza», porque saben que ha terminado la cuenta atrás del fin de la minería y comienza otra para el cierre definitivo de estas explotaciones.

Aunque durante los últimos años Hunosa ha ido menguando las cifras tanto de Santiago como de Carrio en vista de la ineludible clausura de estos dos centros de trabajo, lo cierto es que ambas explotaciones todavía son el mayor centro de trabajo de los respectivos municipios en los que se ubican. En concreto, el pozo de Aller todavía cuenta con una plantilla del entorno de los 325 mineros, entre los trabajadores propios (275) y los de contratas (50) y de su interior se extrajeron durante este 2018  más de 100.000 toneladas de carbón. Por la mitad estuvieron las cifras de Carrio este año. Con una plantilla total de 160 mineros (unos 120 de Hunosa y 33 de contratas) se sacaron unas 50.000 toneladas de mineral. Parte de los trabajadores de uno y otro pozo fue personal trasladado del pozo María Luisa cuando de éste, cumpliendo con el calendario que se marcó en 2012, se dejó de sacar carbón hace ahora justamente dos años. El caso es que entre Carrio y Santiago suman cerca de medio millar de trabajadores y de su interior se sacaron este 2018 unas 150.000 toneladas de carbón.

La incertidumbre ahora para el personal de estos dos pozos es saber cómo se van a reorganizar las tareas a partir de este mes de enero. Aunque los sindicatos llegaban con Hunosa a un principio de acuerdo para mantener el empleo durante los próximo dos años, pendiente quedó de negociar el destino de los trabajadores, cuántos quedarán para las labores de recuperación de material y maquinaria, lo cual dependerá de las características de cada pozo, cuántos serán trasladados y cómo serán reubicados teniendo en cuenta que el único pozo que quedará activo para la extracción de carbón será el área Sueros del pozo Nicolasa, según el mismo preacuerdo logrado in extremis hace diez días. Otros centros de trabajo que continuarán con actividad será el lavadero de El Batán, en Mieres, y la central térmica de La Pereda, la cual se abastecerá del combustible que salga de Nicolasa.