Las aulas tardarán (al ritmo actual) 10 años en recuperar los docentes perdidos

S.D.M.

ASTURIAS

UGT y SUATEA critican las planificación para el próximo curso escolar, que contempla 56 plazas más

11 feb 2019 . Actualizado a las 14:35 h.

«El incremento de plazas en la plantilla docente para el próximo curso, finalmente ha sido de 56 plazas. A este ritmo, tardaríamos 10 años en recuperar los empleos perdidos desde el 2010 en la enseñanza pública asturiana». Esta es la queja lanzada por el sindicato UGT después de que la Consejería de Educación haya dado por cerrada la negociación con los sindicatos. Las organizaciones consideran la propuesta de totalmente insuficiente, porque no recupera los recortes provocados durante la crisis y porque mantiene la inestabilidad entre los profesionales y la asfixia de los centros. Eso es, al menos, lo que dicen UGT y SUATEA. En cambio, la Administración ha explicado que las 9.238 plazas que ha diseñado en total garantizan el personal necesario para atender el sistema.

La directora general de Personal Docente, Eva Ledo, ha insistido en que, al margen de esta plantilla básica, todos los centros públicos contarán con el personal necesario para atender las demandas del sistema educativo el próximo curso escolar, puesto que a estos docentes se sumará el personal funcionario de carrera e interino que resulte oportuno, una vez conocidos los datos reales de matrícula. El Principado ha explicado que esa cifra de 9.238 docentes surge del trabajo previo de planificación realizado con las direcciones de los centros, que ha permitido «determinar las necesidades reales de personal». La propuesta se ha elaborado teniendo en cuenta las estimaciones sobre la matrícula para el curso 2019-2020 y los acuerdos sindicales.

Esta versión no concuerda con la sindical. UGT señala que «las plantillas están muy ajustadas, con una excesiva carga lectiva que no permite ningún tipo de actuación que no sea la de impartir clase». Señala que en la negociación ha quedado claro que «con el profesorado que integra esta plantilla orgánica es imposible hacer frente a todas las necesidades educativas». Incluso asegura que el propio Principado ha reconocido que la contratación de interinos volverá a rondar el 25%, una cifra que queda muy lejos del objetivo del 8% que persiguen.

El problema que analiza UGT es que se perpetúan criterios anticuados que perjudican a la enseñanza pública Asturiana. Se incumplen los acuerdos de plantillas al no contar con una tutoría de la especialidad de Primaria para cada grupo, se reducen plazas de Infantil cuando se debería aprovechar la baja natalidad para bajar la ratio a 20 alumnos, se siguen convirtiendo plazas ordinarias en bilingües sin que existan criterios objetivos que lo amparen o se deja a centros sin especialistas en Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica. Por todas estas razones califica la decisión final de Educación de «inaceptable».

La propuesta de plantilla orgánica presentada por la consejería queda muy lejos de las aspiraciones de SUATEA. Este sindicato denuncia que no se revierten los recorte de la crisis y que esas 9.238 plazas finales «son claramente insuficiente para las necesidades detectadas puesto que existen en la actualidad en torno a un 30% de plazas ocupadas por profesorado interino». Expone que las propias direcciones de los centros han presentado multitud de alegaciones y lamenta que la administración tan solo haya tenido en cuenta siete. Las organizaciones sindicales defendieron como justas hasta un centenar. «Es un dato significativo, que muestra el nulo talante negociador de la consejería», argumenta.

El listado de deficiencias detectado por SUATEA es comparable al de UGT. Explica que no se atienden las necesidades de atención a la diversidad presentadas por los centros, se incumple la recuperación de las 18 horas lectivas en Secundaria para el próximo curso ya firmada y las 23 que se reclaman para Primaria, se pierden plazas en Educación Infantil, se mantienen las ratios actuales de alumnado por aula,... Afirma que este exiguo incremento de 56 plazas «ni siquiera cubre las previsibles jubilaciones de una plantilla envejecida».