«Tuve que sujetarle las manos cuando trató de presionar con el espéculo»

ASTURIAS

Vanesa Llaneza
Vanesa Llaneza

Tras la denuncia de Vanesa Llaneza por la actuación de un ginecólogo en el Valle del Nalón, ha recabado decenas de testimonios similares de mujeres y estudian presentar una demanda colectiva

31 mar 2019 . Actualizado a las 17:19 h.

Aquella revisión ginecológica debía de ser no una consulta cotidiana, quizá un mal trago después de una operación que no terminaba de sanar adecuadamente y que había prolongado por meses múltiples molestias. Un mal trago que quizá también lo hubiera sido un poco menos si le tocara con su ginecóloga habitual pero que no se encontraba aquel día. Con la llamada a la puerta 3 los nervios se volvieron precaución y algo de angustía por ver quién se encontraba al otro lado. Porque había precedentes de una mala experiencia anterior con esa misma pero lo que ocurrió después no fue un mal trago, ni tampoco un disgusto, ni un momento de angustia. Fue un episodio de violencia obstetricia, casi una pesadilla en la que la paciente terminó por impedir, sujetándole las manos al ginecólogo, que le impusiera un espéculo de forma forzada, pese a su negativa tajante, pese a que le explicara que tenía razones fundadas para negarse, a pesar de que ni siquiera se había tomado la molestia en leer su historial médico.

La historia de Vanesa Llaneza, exconcejal de Langreo, que denunció lo ocurrido esta semana en el Hospital Valle del Nalón despertó un enorme impacto en las redes sociales cuando hizo pública su denuncia y además de una oleada de solidaridad también que hayan sido varias decenas de mujeres las que se han puesto en contacto con ella para relatar casos similares, la mayoría padecidos por la mano del mismo especialista y en el mismo centro. Tanto que el lunes tendrán un encuentro para plantearse presentar una demanda colectiva en los juzgados, que se sumará a la queja formal ya presentada en el servicio de atención paciente.

Si Llaneza iba con precaución al cruzar la puerta 3 es porque con anterioridad ya había tenido un desencuentro en la misma consulta y con el mismo médico. «Esta persona ya me había tocado en diciembre, habían pasado cuatro meses desde una intervención, tenía muchos dolores, una distensión abdominal y problemas para orinar; al entrar me di cuenta de que no había leído mi historial y cuando le expliqué mi situación me hizo un comentario en plan 'seguro que en otras circunstancias, con tu marido o tu pareja no quejas tanto'. Ya me pareció mal pero pensé que todos tenemos derecho a tener un mal día».

No era sólo un mal día. Tiempo después, cuando llegada esta semana volvió a encontrarse de nuevo al ginecólogo en la consulta se topó con el episodio que ha despertado la indignación en las redes sociales. De nuevo su intención de usar el espéculo pese a explicarle que padece vaginismo y quitándole importancia a la hinchazón del abdómen.

La situación de parálisis y ansiedad tras intentar forzar el uso del instrumento. «Iba con mi hermana y cuando vimos quién era me dijo que mejor volvía otro día, pero mi salud había empeorado notablemente y no podía dejarlo pasar», explicó Llaneza. Le pidió que se desnudara de cintura para abajo, e insistió en la prueba del espéculo. «Le expliqué que tenía vaginismo severo y también por qué, porque además viene recogido con negritas en mi historial, porque cuando era muy joven fui víctima de agresiones sexuales continuadas. No me da vergüenza contarlo aunque tampoco es una cosa que vayas diciendo». Pero todo fue inútil, el ginécologo insistió, ella le sujetó para impedirlo y su reacción fue decirle «¡pero si esto es para niñas!».

«Yo creía que iba a dejar el espéculo y de repente veo que me lo está introduciendo; yo sujetándole las manos y encima en una postura que ya es denigrante de por sí, ahí presionando en una zona que es tan delicada». Fue un momento brusco en el que trató de forzar el instrumento, a continuación él optó por usar un bastoncillo para recoger una muestra mientras le decía «¿esto te dejarás, no? Sé una mujer. Compórtate como una mujer si quieres saber qué te pasa».

Vanesa Llaneza se considera una mujer fuerte y curtida en muchas circunstancias, también por su larga experiencia de tener que haber acudido en numerosas ocasiones a consultas ginecológicas «me considero fuerte pero me dejé hacer, temblando, con los nervios. La enfermera se portó muy bien conmigo, me cogió de la mano y me decía que estuviera tranquila, que yo no tenía la culpa, luego me ayudó a vestirme». A la salida, tras encontrarse con su padre que le esperaba, rompió a llorar y tuvo un ataque de ansiedad que tuvo que ser tratado en urgencias. Por la noche, de madrugada, «con el calentón» narró lo que le había pasado en Facebook «y a las siete y media de la mañana, cuando desperté ya tenía como 21 mensajes privados de mujeres contando que les habían pasado cosas parecidas y que me daban las gracias por dar el primer paso y contarlo».

Todos esos testimonios pudieran reunirse ahora en una demanda colectiva (Llaneza incluso ha dado a conocer una dirección de correo electrónico vanesallaneza68@gmail.com para recogerlos) y el lunes celebrará una reunión con su abogada para estudiar la posibilidad de llevar este caso y otro a los tribunales. «Lleva muchos años haciendo lo mismo o peor, porque nos han contado cosas alucinantes, madres que se han quejado de cómo trataron a su hijas con síndrome de Down, se han puesto en contacto conmigo mujeres que dicen que les amargó el embarazo y otras que relatan secuelas permanentes»; explicó Llaneza quien insistió en que un episodio así puede en su caso dar al traste con años de terapia para tratar su vaginismo producto de abusos.

Dada su experiencia como concejal también está estudiando solicitar un encuentro con el gerente del hospital para que se tomen medidas. «Al final lo que pasa es que muchas mujeres dejan de ir al ginecólogo porque el mismo personaje sigue ahí».