El Principado plantea el tercer carril de la «Y» solo para buses y taxis

Susana D. Machargo

ASTURIAS

Retenciones en la Y en sentido Oviedo
Retenciones en la Y en sentido Oviedo

El plan de movilidad propone aumentar la peatonalización de las seis principales ciudades y crear zonas 30 para ciclistas. Quiere convertir la N-634 en un gran bulevar

05 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cómo conjugar el intento de incrementar la capacidad para absorber el tráfico de la autopista Y (A-66) con las políticas de reducción del uso del vehículo particular? ¿Se puede invertir en una obra que trata de descongestionar una vía de alta capacidad para luego no utilizarla? El Plan de Movilidad del Área Metropolitana de Asturias que acaba de sacar a exposición pública el Principado trata de conjugar ambas ideas, la mejora de las infraestructuras con una movilidad sostenible. La propuesta consiste en construir el tercer carril de la Y ya previsto y reservarlo solo para autobuses y taxis, es decir, para el transporte colectivo. Esto obligaría a las principales ciudades regionales a habilitar carriles bus específicos en los accesos desde la autovía para darle continuidad. 

Esta es solo una de los planteamientos que se incluyen en este ambicioso documento que toca todos los ejes, desde el incremento de las peatonalizaciones a la construcción de bulevares en carreteras con circulación muy intensa, como la N-634 entre el polígono de El Espíritu Santo y Pola de Siero, o la AS-19, entre Avilés y Corvera. La idea es «pacificar» -un término que se repite a lo largo de todo el plan- y ganar espacio para los peatones, reducir emisiones y fomentar el uso del transporte público y la bicicleta.

Detalles de la propuesta

La ampliación de la autopista Y con un tercer carril, uno más en cada sentido, es una actuación programada desde hace tiempo y que ya está en marcha, al menos la fase preliminar de los estudios. Es, por tanto, algo que se ejecutará a medio plazo. Ante esta irrealidad inexorable, el plan metropolitano propone literalmente que «este tercer carril se destine exclusivamente al servicio público, es decir, a la circulación de autobuses y taxis». Con esta medida persigue dos objetivos fundamentales «aumentar la velocidad comercial, con la creación de un espacio segregado para el transporte público, y no aumentar la oferta viaria para el vehículo privado». No obstante, para que esa mejora de la velocidad sea real y no provocar embotellamientos en el acceso a las urbes, las principales ciudades tendría que habilitar sus propios carriles bus en los accesos. El documento reconoce que son un complemento importante que tendría que quedar recogido en los planes de movilidad que, por ejemplo, Oviedo y Gijón ya están elaborando.

Los autores de esta propuesta consideran que en el interior de Oviedo y Gijón  el carril bus es «fácilmente ejecutable, ya que básicamente se trata de cambiar sólo la señalización vertical y horizontal». En ambas ciudades plantean unos trazados que también sirven para enlazar con la autovía del Cantábrico, donde se ha definido otro carril bus. Si se ordenan de manera complementaria, se conseguirían «itinerarios de entrada y salida del centro que circularían completamente por carril bus». Si se logran encadenar los proyectos, están convencidos de que «restarían oferta al vehículo privado y redundaría en su menor uso».

No es la única tarea para las autoridades municipales. Para conseguir una movilidad sostenible se incluye la construcción de Park&Ride vinculados a Renfe y la habilitación de una red de puntos de aparcamiento vinculados al servicio de autobús urbano. Los conductores con abono mensual del consorcio de transportes podrían usar esa especie de lanzadera hacia el centro de las ciudades a coste cero y el resto a una módica tarifa que habría que determinar. Los planes de movilidad urbana de Oviedo y Gijón tendría que definir esa red de aparcamientos disuasorios. No lo explica con exactitud, pero el proyecto apunta que también tendrá que concretarse cómo y quién gestionará esos párkings. 

Descarreterización o pacificación. Los urbanistas usan términos de este estilo para contar proyectos de humanización de carreteras secundarias de mucho tráfico. Pretenden reducir carriles para reordenar los flujos circulatorios hacia las vías de mayor capacidad, trazar carriles bici, fomentar la movilidad a pie con mejoras para los peatones, construir aceras, áreas ajardinadas. Este tipo de planteamientos se prevén para varias zonas. Una de las más significativas la N-634, desde el polígono del Espíritu Santo (Oviedo) hasta Pola de Siero. Algo similar pretenden hacer en la AS-19, entre Avilés y Parque Astur.

Dentro de las ciudades, hay dos estrategias básicas encadenadas, extender las peatonalizaciones y las zonas 30. Pretende ganar terreno para las personas. Señala que esa peatonalización ya se ha implantado de manera amplia en Oviedo y Gijón, pero quiere que siga en Siero, Mieres, Langreo y, sobre todo, en Avilés. De esta ciudad dice que es donde se tiene que plantear de una manera más activa por su morfología urbana. Señala que la estructura de sus calles no permite una circulación fluida y con seguridad, además de que el centro es el que concentra más actividad. El plan indica que sería una manera de potenciar las zonas comerciales.  

En paralelo, se podrían extender las zonas 30, esos carriles de velocidad limitada y preferencia para las bicicletas. Sugiere que se implanten en redes que no son básicas, que estén bien señalizadas y, siempre que sea necesario, que se complementen con intersecciones en dos alturas, es decir, con cruces sobreelevados. Lo primero que tendrán que hacer los ayuntamientos, que son los que tienen competencia en esta materia, es definir la jerarquía de sus calles para ver dónde pueden marcar esas zonas 30.