El «megalodón» de los campanos

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Ramón Leiro

Un madrileño pesca en Galicia un salmón que pesa el doble de lo habitual

23 may 2019 . Actualizado a las 13:17 h.

No todos los días uno tiene el honor de pescar el campanu, y mucho menos si este espécimen tiene proporciones colosales, megalodónticas. Este fue el caso de Virgilio Alonso González, un madrileño que se hizo con el primer salmón del río Lérez, en Galicia. Su captura sorprendió no solo por los 21 días que tardó este río en soltar este pez, sino por el monstruoso tamaño del mismo: un ejemplar de casi once kilos de peso, concretamente de 10,837 gramos. «El más grande que se recuerda en la historia de este río», destacaba Virgilio Alonso González, quien lleva 30 años practicando la pesca del salmón.

La veda del campanu en Asturias se abrió hace más de un mes, en concreto el 14 de abril. Ese día se capturó el primer salmón de la temporada en el Cares. El ejemplar, de 5 kilogramos de peso, alcanzó los 10.000 euros en la subasta de la Feria de Cornellana. Eso supone que, con la mitad de peso que el gallego, se pagó el kilo a 2.000 euros. A ese precio, Virgilio Alonso se hubiera llevado un buen pellizco a Madrid.

Ninguno de los campanos asturianos de este año se aproxima al que echaron a tierra en el río Lérez. Tampoco el del Narcea, que se capturó solo unos minutos más tarde que el del Cares. En la Bouza, la caña de Manuel Fernández Velasco enganchó un ejemplar de 4,325 kilos. Basta con comparar las fotos de estos dos campanos para darse cuenta de la diferencia de tamaño. El del Eo lo capturó por primera vez una mujer, Marta Geada. Su ejemplar fue algo más grande pero no llegó, ni de lejos, a esos 10.837. En concreto, pescó un salmón de 89 centímetros y 6,960 kilos.

Un avión desde Madrid para capturar el campanu

Virgilio Alonso, que ahora ha alcanzado esta notoriedad por el tamaño del campanu, comparte afición con su esposa. «Yo tenía una reunión de trabajo aquí este lunes. Mi mujer cogió un avión en Madrid, la recogí el lunes en Santiago. Vino expresamente para pescar en el coto de Bora, en Pontevedra. Pedimos los dos permiso, lo que pasa es que lo pesqué yo», bromea al otro lado del teléfono. Virgilio conoce perfectamente el Lérez, a fin de cuentas «es un río al que nos desplazamos desde hace muchos años» y, de hecho, el enorme ejemplar que capturó en esta ocasión «es el segundo campanu que cojo aquí. Nos hemos desplazado desde Madrid a Pontevedra para pescarlo», remarca entre risas.