El «preso resucitado» se queda sin indemnización

La Voz

ASTURIAS

Familiares y amigos del interno de la prisión de Asturias al que los médicos dieron por muerto y que recobró ayer el conocimiento después de trasladarle al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia, conversan esta tarde en la entrada del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
Familiares y amigos del interno de la prisión de Asturias al que los médicos dieron por muerto y que recobró ayer el conocimiento después de trasladarle al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia, conversan esta tarde en la entrada del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). JLCereijido

Instituciones Penitenciarias rechaza la petición de 50.000 euros de Gonzalo Montoya y pide la modificación del protocolo de actuación para que se realicen electrocardiogramas a los internos de forma obligatoria

20 jun 2019 . Actualizado a las 19:47 h.

Gonzalo Montoya Jiménez, el interno de la Prisión de Asturias que fue dado por muerto en enero de 2018 y recobró el conocimiento antes de que se le hiciera la autopsia, se queda sin indemnización. Instituciones Penitenciarias ha solicitado el archivo de la reclamación de responsabilidad patrimonial contra la administración planteada por su defensa, que pedía 50.000 euros por daños morales y los perjuicios físicos y psíquicos causados al interno, que en estos momentos se encuentra en libertad tras cumplir las penas pendientes. En el mismo expediente administrativo, Instituciones Penitenciarias se pronuncia a favor de la modificación del protocolo de actuación para que, en lo sucesivo, obligatoriamente se realice a los internos electrocardiogramas y evitar así que se repitan situaciones como la vivida por el recluso.

El joven fue declarado muerto, el 7 enero de 2018, por dos facultativos de la cárcel tras ser hallado inconsciente en su celda durante el recuento matinal de presos y posteriormente fue certificado por la médico forense que acudió a la prisión para proceder al levantamiento del cadáver. El preso fue introducido en una bolsa de plástico de las utilizadas habitualmente para el transporte de cadáveres y trasladado en un vehículo funerario al Instituto de Medicina Legal y, cuando iba a ser colocado en la mesa de autopsias, comenzó a emitir sonidos. Tras la sorpresa inicial al comprobar que estaba vivo, fue trasladado de inmediato al hospital, donde permaneció ingresado diez días.

El abogado Iván Cortina, que defiende a Gonzalo Montoya, ha confirmado a Efe que ha presentado alegaciones al expediente administrativo porque al diagnóstico erróneo se suman las manifestaciones realizadas por algunos testigos, que son funcionarios de prisiones, que mantuvieron que la atención al interno no fue «especialmente minuciosa». Las manifestaciones de estos funcionarios vienen recogidas en las conclusiones de la información interna elaborada por el Centro Penitenciario de Asturias, donde estos testigos dicen que no se utilizó ninguno de los desfibriladores portátiles que ahora se ha confirmado que «sí existían dentro de prisión», ha señalado Cortina. El abogado está pendiente actualmente de la resolución administrativa que se adopte y ha asegurado que, en el caso de que se cierre el asunto, acudirá a la vía jurisdiccional contenciosa.

La denuncia penal contra la cárcel que estaba investigándose en el Juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo ya quedó definitivamente archivada, tras desestimar la Audiencia Provincial el último recurso el pasado mes de mayo. La Audiencia Provincial consideró que la certificación errónea de la muerte de G.M, tenía un fundamento médico «sólido» por la falta de constantes vitales y el consumo previo de sustancias tóxicas.