Si tienes en cuenta las siguientes pautas, disfrutarás más de tus platos y tu organismo te lo agradecerá

No solo sirve para degustar mejor la comida, sino que comer despacio reporta una serie de beneficios para nuestro organismo que, si se tienen en cuenta, harán replantearse el tiempo que se dedica a la ingesta de cada plato. El hecho de tomarse con calma cada comida permite, según un estudio del centro biomédico de expertos en obesidad y nutrición (Ciberobn), reducir de forma notable la presencia de grasa en sangre, controlando de esta forma el nivel de triglicéridos en el torrente sanguíneo. Los triglicéridos se tratan de los principales constituyente de grasa corporal en los seres humanos y, si bien son una forma del organismo de guardar energía, es recomendable mantenerlos a niveles estables para no sufrir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Ahora bien, ¿por qué comer rápido supone un peligro para la salud? Los propios expertos de este centro lo explican muy bien. El hecho de comer un plato en muy poco tiempo retrasa la sensación de saciedad, por lo que el individuo continúa comiendo aunque ya tenga sus necesidades nutricionales y energéticas cubiertas. Esto implica una subida de la cantidad de grasa en el organismo, ya que la ingesta de una gran cantidad de energía en tan poco tiempo supone para el hígado un estímulo a la hora de producir grasas.

El tiempo recomendado para comer

Teniendo en cuenta todo esto, ¿cuánto tiempo debería dedicar a cada comida? La cifra es veinte minutos, y tiene una explicación científica. Esta tiene que ver con el tiempo de recepción de la señal por parte del cerebro que indica que ya uno está saciado. En caso de acabar con la comida en un tiempo inferior, el cerebro no tiene tiempo para recibir esta señal, por lo que el organismo no es consciente de que ya ha cubierto sus necesidades nutricionales y el sujeto sigue con la ingesta de alimentos. Para fundamentar este punto, los investigadores del Ciberobn realizaron un cuestionario a una serie de participantes sobre sus conductas alimentarias, y los clasificaron en función de la velocidad con la que comían en las comidas principales.

Este estudio permitió dividir a los participantes en tres grupos: ingestión lenta, media y rápida. Según los resultados arrojados en esta prueba, pudieron comparar los niveles de grasa en sangre y determinaron que las personas que dedican 18 minutos o menos a la ingesta de alimentos tenían un 59% de posibilidades de presentar triglicéridos altos, lo que implica un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por ello, es recomendable tomarse la comida con calma no solo para paladearla, sino para el bienestar del organismo. 

Alimentos para controlar las grasas

El tiempo que se dedica a la ingesta de comida es el primer paso para mantener a raya los triglicéridos, pero hay otras formas de evitar que el nivel de grasas en sangre aumente. Como no podía ser de otra forma, los alimentos juegan un papel clave en la lucha contra este enemigo adiposo. Por ello, existe una serie de productos que son muy eficaces a la hora de nivelar el exceso de triglicéridos.

Los frutos secos crudos y sin sal son uno de los alimentos que existen como fuente de grasas cardiosaludables. No solo se trata de un producto que ayuda a controlar las grasas en sangre, sino que cuenta con numerosos beneficios, como el retrasar el envejecimiento o ayudar al sistema inmunológico, además de ser una fuente de vitamina E, como los productos listados en este artículo. El aceite de oliva y el pescado azul forman parte de este selecto club de alimentos con grasas cardiosaludables. El atún, las sardinas o la dorada son alimentos que, con solo dos raciones a la semana, ya dejan notar sus efectos antiinflamatorios y anticoagulantes, junto a la reducción de triglicéridos que producen estos alimentos. Para disfrutar de este tipo de productos, le proponemos unas ricas sardinas a la brasa.

Las legumbres y las frutas también son clave a la hora de reducir el nivel de grasas en sangre, y forman la base de una dieta sana y equilibrada. Las primeras pueden ser consumidas hasta cuatro veces por semana, acompañadas de verduras, y cuentan con un alto aporte de fibra, que retrasa la absorción de las grasas. Las segundas presentan una gran variedad de productos cada temporada, y se trata de un alimento cuyo consumo recomendable es de tres piezas al día como mínimo, y si es posible que sean variadas, para complementar las vitaminas que aporta una pieza de fruta con las que aporta otra.

Para luchar contra los triglicéridos, es necesario tener en cuenta una serie de pautas. Desde el momento en que uno se sienta en la mesa, se debe comer con calma para no caer en conductas dañinas para nuestro organismo. Por otra parte, existen numerosos alimentos que favorecen la lucha contra las grasas presentes en nuestro torrente sanguíneo, y todos ellos forman parte de una dieta sana y equilibrada. Además de las propias recomendaciones nutricionales, hacer ejercicio físico moderado y controlar la ingesta de alcohol también son consejos para mantener a raya los triglicéridos.