Botulismo: la última alerta alimentaria viene en lata

G.V

ASTURIAS

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Los casos se han registrado en Castilla y León aunque el producto también se distribuyó en Asturias

31 ago 2019 . Actualizado a las 10:30 h.

En medio de la crisis por la listerioris, sale a la luz una nueva alerta alimentaria. 

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha activado un aviso sanitario por un brote de intoxicación alimentaria provocado por toxina botulínica. El foco se pone en el atún en conserva en aceite de girasol de la marca DIA.

Cuatro personas enfermaron en Castilla y León después de ingerir una ensaladilla rusa casera elaborada con esa marca de atún. El producto fue distribuido por la plataforma DIA a establecimientos de Asturias, Castilla y León, Cataluña, Aragón, La Rioja, Murcia, Navarra, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, donde se ha procedido a la inmovilización y retirada de los productos afectados. 

La ingestión de alimentos contaminados por toxina botulínica produce botulismo, una enfermedad que se caracteriza por el desarrollo de alteraciones vegetativas como la sequedad de boca, náuseas y vómitos, y por una parálisis muscular progresiva.

DIA ha retirado más de 3.400 latas de un producto que ha sido fabricado por la conservera gallega Frinsa del Noroeste aunque no se llegó a comercializar en esa comunidad. 

Mientras, Frinsa Frinsa asegura que es «imposible» que la lata de atún en aceite de girasol en la que se ha encontrado toxina botulínica esté «contaminada» debido a sus procesos de fabricación. Destaca que el resto del lote de más de 3.400 conservas se encuentra en estado óptimo.

¿Qué es el botulismo?

El botulismo es un trastorno poco frecuente, que puede ser grave. Incluso mortal. Se produce por las sustancias tóxicas de la bacteria llamada Clostridium botulinum.

En el caso de las latas de atún de la cadena DIA, el botulismo se ha transmitido a través de los alimentos (también se puede transmitir a través de heridas). Las bacterias se reproducen y producen la sustancia tóxica en ambientes con poco oxígeno, como las conservas. En todo caso, es más habitual en procesos de enlatado de conservas caseras.

Los síntomas del botulismo empiezan entre 12 y 36 horas después de la ingesta del alimento en mal estado.

El pronóstico varía en función de la cantidad de toxinas ingeridas y en la rapidez con la que se reciba atención médica.

Los afectados pueden la boca seca, problemas para hablar o tragar, náuseas, fatiga, visión borrosa, vómitos e incluso parálisis.

Los expertos recomiendan acudir a un médico si se tienen sospechas de haber sufrido una intoxicación de este tipo. Y es que no se percibe a simple vista si un alimento puede estar afectado. Que se detecte el brote con rapidez hace que los alimentos contaminados se retiren rápido de la cadena alimentaria.

La prevención tiene que ver con seguir las reglas de higiene a la hora de preparar y almacenar comida.