Vesuvius despide a un centenar de trabajadores pese a anunciar resultados récord

ASTURIAS

Trabajadores de la factoría de Vesuvius en Langreo protestan en el interior de la empresa tras el anuncio del cierre
Trabajadores de la factoría de Vesuvius en Langreo protestan en el interior de la empresa tras el anuncio del cierre J.L.Cereijido

El comité de empresa destaca que el convenio se firmó en mayo sin «un atisbo ni una palabra con respecto a cierre o crisis»

06 sep 2019 . Actualizado a las 10:57 h.

Nada podía hacer esperar ni en enero, cuando se empezó a negociar, ni en mayo, cuando de firmó el convenio vigente con los trabajadores, que al final del verano la empresa Vesuvius anunciaría su intención de echar el cierre y despedir a la totalidad de la plantilla, de 111 operarios en Asturias. Nada podía despertar ni una sospecha porque la compañía, una multinacional anglo norteamerica con sede en el Reino Unido, había concluido el balance del último año presumiendo de beneficios. «Cuando lo firmamos no había ningún atisbo, ni hubo una palabra con respecto a cierre o crisis. Al revés, todo lo contrario, había desarrollos para inversiones y demás», explica el presidente del comité de empresa de la factoría en Langreo, Juan Manuel Suárez Baragaño.

Y no se trata sólo de lo que se dijera en aquellas reuniones con los trabajadores sino en lo publicado por la notas de prensa de la propia compañía. En su balance de 2018, la multinacional destaca que tuvo un «rendimiento récord en todas las regiones y unidades de negocio». Allí resalta un aumento del 6,8% de sus ingresos respecto al año anterior y se recogen las palabras del director ejecutivo de la empresa, Patrick André, según el cual, tras un año de «desempeño récord» de cara al siguiente periodo «mirando hacia el futuro, planeamos continuar aumentando nuestros ingresos y acelerar e intensificar los esfuerzos para optimizar nuestros costos, para apoyar nuestro impulso hacia un mayor crecimiento rentable. Por estas razones, y a pesar de un entorno de mercado menos favorable, la Junta confía en que, en comparación con 2018, se realizarán más progresos en 2019».

Pero la compañía sólo trasladó malas noticias a sus trabajadores de Asturias con la llegada de septiembre. El ERE planteado está enfocado en cerrar la actividad manofacturera en la que se ocupa más del 90% de la plantilla. «En principio no hay nombres y apellidos pero la idea es todo el personal de producción y la gente de oficinas que esté ligada a producción», señaló Súarez Baragaño, quien destacó también que, a día de hoy, «la fábrica estaba en beneficios» y pese al argumento lanzado por la compañía, que se escudó en la incertidumbre internacional del sector,, insistió en que«hay mecanismos suficientes para paliar un bache temporal que nosotros entendemos que es lo que está pasando el acero». 

Como en un ciclo fatal, la fábrica de Asturias ya afrontó una situación similar hace exactamente diez años. En 2009 tuvo que afrontar un intento de cierre que se saldó con un recorte negociado de plantilla (basado principalmente en prejubilaciones y bajas incentivadas) tras dos meses de conflictos. Lo que siguió fue un alza de la producción y de paz social en la que la factoría llegó incluso a aumentar el empleo. 

«Hace 10 años tres meses y nueve días que nos vinieron con otro conflicto, lo solucionamos y nunca más tuvimos que gastar un día de regulación y nunca dimos pérdidas en la compañía. Somos referentes en temas de eficiencia, en bajo abstentismo y en temas de calidad», señaló el presidente del comité de empresa.

Con una facturación anual superior a los 44 millones de euros, Vesuvius Ibérica, que engloba a las plantas de Asturias y Burgos, se dedica a la fabricación y comercialización de productos refractarios y cerámicas de uso siderúrgico, especialmente. La compañía, que cuenta con 24 filiales y 33 oficinas de venta en Europa y cotiza en la bolsa de Londres, está presente en España desde 1989 y actualmente cuenta con cuatro fábricas -tiene otras dos en el País Vasco- con un total de 200 empleados. Vesuvius está presente en 41 países de los seis continentes y cuenta con 59 fábricas repartidas por todo el mundo y 89 oficinas de venta y una plantilla mundial de 10.809 personas, 4.360 de ellas ubicada en Europa.

Para el secretario general de la Federación de Industria de CCOO de Asturias, Damian Manzano, se trata de «una deslocalización de libro». El dirigente sindical, que mantuvo un encuentro por la tarde con los trabajadores de la fábrica langreana, destacó que «la empresa, que aquí en Asturias está en beneficios, en este ejercicio y en los anteriores; ha tenido carga de trabajo, tiene una situación buena y lo que quieren es trasladar la producción a plantas que tienen en países del este u otros, es una multinacional y lo que quieren es reducir costes laborales».

Manzano advirtió de que «vamos a responder con la movilización» y planteó como primera exigencia a la compañía que no inicie el proceso de presentar el Expediente de Regulación de Empleo, anunciado para el próximo 12 de septiembre. También señaló que ya han solicitado una reunión con la administración autonómica porque «lo que están haciendo en estas comarcas es una aberración. Una empresa que se adaptó a los metodos de producción; esto es una desfachatez».

En términos similares, Suárez Baragaño apuntó que «nosotros no vamos a permitir eso viendo los beneficios que tiene la compañía y cómo está quedando la cuenca, no vamos a permitir que marchen con cien puestos de trabajo». El presidente del comité de empresa emplazó a la compañía a reconsiderar su posición e indicó que «nos ponemos a disposición de la empresa para sentarnos en una mesa y buscar una solución sin ninguna salida traumática, cualquier medida que se pudiera dar manteniendo el empleo y la producción».