Los «vecinos» asturianos de Franco en Mingorrubio

ASTURIAS

Panteón de la familia Franco en Mingorrubio, en la localidad madrileña de El Pardo, donde está enterrada Carmen Polo
Panteón de la familia Franco en Mingorrubio, en la localidad madrileña de El Pardo, donde está enterrada Carmen Polo SERGIO PÉREZ | REUTERS

El cementerio que albergará los restos del dictador tras salir del Valle de Caídos cuenta con panteones de diversas sagas ligadas al régimen

22 oct 2019 . Actualizado a las 12:38 h.

Próxima estación, Mingorrubio. Ya hay fecha y hora para la salida definitiva de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos; el jueves por la mañana y probablemente en helicóptero. Los restos del dictador reposarán en el panteón familiar del cementerio de Mingorrubio, al lado de los restos de su esposa, y también de numerosos jerarcas fraquistas que crearon en este pequeño municipio madrileño su último lugar de descanso. En este camposanto se encuentran lápidas con nombres ilustres en tiempos del anterior régimen y algunos de la transición a la democracia, también de grandes sagas empresariales (en algunos casos ligadas a la dictadura) y otro dictador de renombre, el dominicano Rafael Leonidas Trujillo, cuyo intento de asesinato reimaginó Vargas Llosa en «La fiesta del chivo».

El cementerio de Migorrubio se creó por una decisión misteriosa del régimen franquista. En 1969 siendo alcalde de Madrid Carlos Arias Navarro, el hombre que seis años después sollozaría en televisión, la muerte del dictador; una orden sin nombre llegó al Ayuntamiento para su construcción hablando de «urgencia en la realización del proyecto, ya que circunstancias imprevisibles demandan una inmediata ejecución», lo que ha disparado las especulaciones de que fuera ahí precisamente y no en el Valle de los Caídos donde Franco quería su tumba. El proyecto costó 11 millones de pesetas de la época y corrieron a cargo del fondo municipal destinado a los ocupar a los parados, que se emplearon en la obra.

Las lápidas de Mingorrubio albergan nombres de altos cargos del franquismo como el primo y secretario Francisco Franco Salgado-Araujo; también Luis Carrero Blanco, varios ministros franquistas, Joaquin Calvo Sotelo, el constructor José Banús o el arquitecto Luis Gutiérrez Soto. Y entre ellos algunos ligados de una u otra manera a Asturias.

La primera de ellas y de forma destacada, la propia esposa de Franco, Carmen Polo, natural de Oviedo y cuya familia aún tiene varias posesiones en el Principado, algunas de oferta. Franco era denominado en Oviedo «el comandantín» en la época en la que cortejaba a Carmen Polo antes de casarse, en la iglesia de San Juan El Real, en la capital asturiana. Carmen Polo acompañó a su marido en sus múltiples destinos militares, especialmente en África, y Canarias desde donde se planificó el golpe de estado que derivaría en la Guerra Civil. Algunas crónicas se relata que fue ella la que ofreció su brazo a Unamuno en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, cuando cruzó con Millan Astray y otros sublevados sus palabras de «venceréis pero no convenceréis».  Fue madre de la única hija de Franco. Llamada «la señora» en los documentales del NO-DO y «la collares» en ámbitos populares por su afición a las joyas, no siempre remuneradas. Sobrevivió a la larga vida del dictador, y falleció de una bronconeumonía en 1988, para ser enterrada en el panteón de Mingorrubio.

Mingurrubio acoge también panteones de destacadas sagas empresariales, entre ellas las diversas ramas de los Fierro que tienen antiguos vínculos con Asturias. Tres panteones dintinguen a los Torróntegui Fierro, los García de la Noceda Fierro o los Fierro Jiménez Lopera, entre quienes se encuentra el que fuera presidente del Banco Ibérico y vicepresidente del Banco Central.

El ABC del 28 de junio de 1967 recogía la noticia del enlace, en la basílica de Covadonga, de «la señorita Chiqui Riva Fernández con don Alfonso García de la Noceda Fierro».

Los Fierro tienen sus orígenes más antiguos en linajes de arrieros a caballo entre Asturias y León que a  lo largo del siglo XIX terminan levantando imperios comerciales. El patriarca, Ildefonso Fierro Ordoñez, falleció en 1961 y a su entierro acudió Carrero Blanco y seis ministros franquistas, los de Exteriores, Hacienda, Gobernación, Obras Públicas, Comercio y Ejército. No era para menos porque a su muerte acaparaba un notable patrimono y negocios en fósforos, minería, transporte marítimo, finanzas y construcción; además de sociedades en ámbitos tan variados como los seguros, los perfumes o la fabricación de accesorios para aviones.

Mucho tiempo atrás, en 1882, había nacido en Lugueros, una pequeña localidad de la comarca de los Argüellos, en la frontera de León con Asturias. A los 18 años se trasladó con su padre a Avilés donde estudió comercio. En los comienzos del siglo XX hizo fortuna con el transporte marítimo, singularmente de mineral desde Asturias, aprovechando además las trabas para grandes potencias europeas que suposo la Primera Guerra Mundial. Tuvieron múltiples negocios en Asturias donde fundaron una financiera, minas en Mieres y Tineo, fábricas en San Esteban de Pravia, propiedades inmobiliarias en Oviedo. Fue en años posteriores y tras la Guerra Civil en que su base de negocios se amplió al fósforo.