«Señor Sánchez, como se repitan las elecciones, vas a repartir tú la propaganda»

E. G. B. REDACCIÓN

ASTURIAS

Papeletas electorales, en el coche antes del reparto
Papeletas electorales, en el coche antes del reparto

Una cartera asturiana relata cómo viven los trabajadores de Correos la fiesta de la democracia

10 nov 2019 . Actualizado a las 17:54 h.

Mucho estrés, mucho trabajo y poco tiempo sería un buen resumen de cómo viven los trabajadores de Correos las jornadas previas a la celebración de unas elecciones. Hasta no hace mucho ocurría en principio cada cuatro años, pero estas generales son las cuartas en cuatro años. Y solo hay que ver la imagen que abre estas líneas, con todas las cajas y sacas de una jornada cualquiera en esta última campaña electoral, para apreciar la carga de trabajo extra que implican. «Llevo unos días pensando en hacer un breve resumen de cómo vivimos los trabajadores de Correos las elecciones». Así comienza el relato de una cartera asturiana que explica cómo, a medida que iba acercando el 10N, «te empieza a dar ese nerviosismo extraño, sobre todo en los que no tenemos plaza y seguramente llevemos en la zona más bien poco».

Cuenta que lo primero en llegar a sus manos es el censo, «esas hojas pequeñas que el 90% de la población tira a la basura sin perder un minuto en mirarlas». Aún así, «empiezas a colocarlas y, a principio mola, pero cuando llevas más de 700 hojas, que se pegan unas a otras, perdiendo dos minutos en cada una para confirmar que solo colocas una y no las del pueblo entero, pierden su encanto».

Toca repartirlas, pero acaba la jornada y «vuelves a la oficina sin haber entregado ni la mitad porque perdiste media mañana en colocarlo todo». Es entonces cuando le pregunta a su jefa de «forma inocente» cuánto tiempo tiene para repartirlo todo. «Mañana tiene que estar todo», le responde «con cara picaresca». Parece imposible pero lo logra «y ya sientes esa adrenalina: se acercan las papeletas», en referencia a la propaganda electoral que los partidos políticos envían a los electores que no han renunciando expresamente a recibirlas.

Las primeras en llegar a sus manos, como indica en su relato esta cartera asturiana, son las de Unidas Podemos, bien colocadas. Y aquí quiere decir que están ordenadas para que el reparto sea más fácil. «Las entregas más bien rápido» e incluso dice que casi se le olvida que lleva acumulando correo ordinario dos días hasta que un vecino del pueblo en el que reparte le pregunta por una carta, importante. «Te pones a buscarla y, entre tanta carta, tardas 20 minutos» porque «en plenas elecciones se juntaron la luz, la propaganda del venca, el agua y los recibos del banco».

«Al llegar a la papeleta número 500 tienes la mano como si fueras un pitufo»

En otra jornada de trabajo, a las 7.30 horas de la mañana, «entras a la oficina y hay follón, muchas cajas. ¡Han llegado más papeletas!» Son las del PSOE, pero no son las de la zona que tiene asignada que no tardan en llegar. «Entras ya con nervios, de las pocas veces que llegas antes de la hora, y te enfrentas a siete cajas cargadas de propaganda. ¿Por dónde empezar?» Se pone con las del PSOE, «muy parecido a Podemos» en cuestión de orden, así que no hay queja, y después con las del PP, «que empieza bien hasta que en la número 500 te das cuenta de que tienes la mano como si fuera un pitufo, porque sí, señores del PP, vuestras papeletas destiñen y mucho».

Pasa a las de Ciudadanos, «y desde la primera haces una pregunta deseando que Albert Rivera y el resto te conteste: ¿qué necesidad hay de no utilizar sobres normales? Cada vez que metes una en el buzón, tardas un minuto. Se doblan como papel de fumar. A la 300 decides que como entren, así que pido disculpas a los vecinos de mi zona por si alguna llegó en mal estado».

Y aún le queda Vox, con «esas papeletas tan ¿llamativas?» (una forma de bandera española) que no van por orden y tiene que repartir en una y otra punta de la zona: «Cuando te pones a entregarlas te encuentras casos muy curiosos. Desde aquel vecino que rompió con entusiasmo la de Podemos, que hizo lo mismo con PSOE, PP y Ciudadanos, diciendo más cagamentos de los que conocía, hasta que llegó Vox y, con un disimulo bastante malo, la mira con ojitos y poquito a poco se la guarda».

Y, todo este reparto de papeletas electorales por las casas, mientras llueve y hace frío. «Mañana tiene que estar todo», le recuerdan. «Y te ves repartiendo después de acabar, repartiendo fines de semana , repartiendo a cualquiera hora libre que puedas tener porque justo el último día, como no es suficiente la propaganda, te llegan más de 30 notificaciones». Pero consigue repartirlo todo y «te sientes tan bien que se te olvida que tienes un montón de correo ordinario atrasado. Bueno, no se te olvida, te lo recuerda el mismo vecino que bajó durante todas las elecciones, buscando esa carta importante».

Hoy, domingo, «podría ser perfecto, pero no. A las 8.30 horas en la oficina». Hay que llevar los votos por correo. Y, por todo ello, tiene un mensaje para el presidente en funciones: «Señor Sánchez, como se repitan las elecciones, vas a ir tú a repartir la propaganda».