Un exalumno del catedrático sancionado: a mi compañera inmigrante le dijo «Conteste la pregunta en un idioma de humano normal»

Guillermo Guiter
Guillermo Guiter REDACCIÓN

ASTURIAS

Campus de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oviedo
Campus de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oviedo

El afectado, que dice ser uno de los denunciantes, cuenta su experiencia en la clase del profesor de Odontología suspendido de empleo y sueldo

12 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Usted es idiota» o «¿Qué clase de mujer es usted, que no sabe cocinar?» son algunas de las frases que el catedrático de Odontología de la Universidad de Oviedo, Ángel A. A. regalaba a sus alumnos. Así al menos lo asegura en sus redes sociales quien dice ser uno de los afectados, Pablo Castro, que asegura ser denunciante de los hechos junto a otros tres jóvenes. Según Castro, el expediente considera estos insultos a compañeros como «hechos probados», aunque según él, se habrían producido muchas otras situaciones similares o peores en la clase del profesor.

Así, señala Castro, Ángel A. «se refería a alumnos con alguna peculiaridad, discapacidad o limitación que los distinguía. A un alumno con discapacidad auditiva le dice cosas como ‘con usted es como predicar en el desierto’ o ‘a usted no le pregunto porque ni me oye’». A otra alumna que se encontraba en muletas, dice Castro, «no le permitió sentarse en la primera fila del aula y le dijo: ‘no puede sentarse aquí porque es repetidora’».

«Algunos tomaban ansiolíticos para ir a sus clases»

Los denunciantes señalan que las actitudes del catedrático «provocaron malestar, ansiedad, miedo hasta el punto que al menos dos alumnos tomaban ansiolíticos para ir a sus clases». Otros, como él, se vieron obligados a trasladarse a otra universidad para continuar sus estudios. Castro señala que el expediente abierto por la universidad sancionó en el mes de octubre a Ángel A. A. con suspensión de empleo y sueldo de 3 meses por tratos vejatorios y otros 20 días por usar espacios y horas de clase para solicitar a los alumnos «que firmasen un escrito redactado por su abogada donde decía que era un docente ejemplar y que nuestra denuncia era falsa, llevando a los alumnos uno a uno a un despacho aparte junto con otro profesor».

Para este denunciante, la resolución del expediente disciplinario impuesto al catedrático de Prótesis, es «a todas luces insuficiente desde mi punto de vista y el de los afectados», que contaron, dice, con otras 22 firmas de apoyo, todos ellos exalumnos de la universidad, puesto que pocos de los matriculados en sus clases se atrevían a enfrentarse a la situación por miedo a las represalias.

El instructor del caso, un catedrático de Derecho Penal, consideró probados los hechos mencionados, razón por la que se impuso la sanción a Ángel A. A. Sin embargo, Pablo Castro indica otros incidentes en los él mismo estuvo presente, y que presuntamente indican la escasa empatía del profesor, considerados hechos no probados en el expediente:  «¿Quién es el más gordo de clase? y a la respuesta afirmativa de un alumno, ‘usted ya se sabe, el siguiente’», «usted es una mujer florero», «conteste a la pregunta en un idioma de humano normal (a una alumna de origen cubano)» o «las mujeres, como siempre, se equivocan», son algunas de las agresiones verbales, siempre según el testimonio de Castro.

Para mayor enfado del exalumno afectado y otros estudiantes, Ángel A. A. consiguió la pasada semana colocarse como director de la Clínica Universitaria de Odontología «gracias a la ayuda de otro profesor amigo íntimo que hizo caso omiso a todas las advertencias y quejas». Nadie más se presentó a la elección de ese cargo.