Rutas para no perder el paso en Asturias

La Voz

ASTURIAS

El Principado ofrece sendas cortas, vinculadas a monumentos naturales como las cascadas, ideales para recorrer en los días del año con menos luz

29 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La naturaleza ofrece durante el otoño algo que no es posible encontrar en otra época del año. El sonido de las hojas bajo tus botas, la paleta de colores ocres y tierra, la imagen de los árboles casi desnudos y el murmullo del agua que vuelve a tomar grutas y saltos de los que se retira en verano. Todos estos regalos para los sentidos son protagonistas del otoño. Así que en las jornadas con menos luz del año  merece la pena planificar excursiones para ver con nuevos ojos rincones de Asturias ya conocidos o para descubrir otros que hemos pasado por alto. Hay una red de sendas y de rutas cortas y de una dificultad baja que son perfectas para la estación, para no correr riesgos con el anochecer y para planificar excusiones con la familia o con los amigos, sin necesidad de ser un experimentado montañero. 

Puedes seguirnos en este camino que iniciamos ahora para mostrarte solo un pequeño aperitivo de todas las posibilidades que te ofrece el Principado y que puedes consultar en la web de Turismo del Principado. Son rutas sencillas pero la naturaleza es siempre imprevisible, así que comprueba que todo esté en orden. Asegúrate de que tu ropa y tu calzado son los adecuados y de que has metido comida y bebida suficiente en la mochila, además de un pequeño botiquín y el teléfono. El móvil te servirá para avisar en caso de que surja alguna complicación pero también para dejar constancia de la belleza de los parajes que has recorrido. Dos últimos consejos de montañeros avezados: consulta siempre la previsión meteorológica antes de salir y si eres novato, procura elegir recorridos de no mucho más de dos horas y 300 metros de desnivel.

 El paraíso del agua

Nos ponemos en marcha. Asturias es el Paraíso Natural; lo dice su eslogan turístico, con más de 30 años de vigencia, y también el elevado grado de protección de su naturaleza. Quizá nunca habías pensado que también es el paraíso del agua. El verde de su suelo lo alimentan ríos y cascadas en prácticamente todo el territorio. Estas semanas son una época ideal para descubrir esos saltos de agua en todo su esplendor, tras las lluvias de las primeras semanas del otoño. Hay una serie de rutas que te ofrecen precisamente esa recompensa, una cascada. En muchas ocasiones su sonido te anuncia que estás llegando a la meta.

La cascada de Oneta, en Villayón, son en realidad tres. Es un conjunto escalonado que salpica el río Acebo y que está aderezado de rocas y pozas. Cada una responde a su propio nombre. Firbia es la principal y la más accesible. Por debajo, de menor altura, caen Ulloa y Maseirua. Nuestro camino comienza en la localidad que da nombre a esta ruta, Oneta. Es una de las más cortas que te proponemos, con solo 1.500 metros de longitud y un molino como regalo adicional. A apenas 300 metros del final tienes que desviarte para ver la primera cascada. Después regresas al sendero principal. Tras completar un zigzagueante recorrido a través de un bosque, llegarás al final. En total, apenas te llevará una hora.

Más hacia el occidente, en pleno corazón de los Oscos, brota la Seimeira, una cascada ubicada muy cerca de Santalla. El camino es de 3,5 kilómetros y te ofrece a mitad de camino la experiencia de cruzar una aldea abandonada y abrazada por la naturaleza, la de Ancadeira, y también el paso por un evocador valle llamado del Desterrado. Te puedes tomar tu tiempo y tardar más de dos horas en recorrer la senda, desde la salida en la localidad de Pumares, incluso tomar una hijuela y llegar hasta el pueblo de Busqueimado.

Más cerca de la zona centro de Asturias se encuentra Xurbeo, un salto de agua situado a apenas un kilómetro del pueblo de Murias, en el concejo de Aller, y que combina alicientes como la belleza y su fácil acceso. El agua del río Negro corre entre castaños y robles, además del bosque de ribera. Completar esta senda de algo menos de un kilómetro y medio, te llevará algo más de una hora. Es ancha, está bien indicada y tendrás que cruzar varios puentes sobre el cauce. Si esta descripción no ha terminado de convencerte, puedes contemplar la galería de fotos que acompañan esta información.

La cascada del Tabayón del Mongayu mana del Parque Natural de Redes, en el concejo de Caso. Para contemplar la caída de 60 metros del agua, tendrás que recorrer un camino más largo. Esta ruta circular tiene una longitud de casi 12 kilómetros y una duración cercana a las cuatro horas, por lo que sería necesario planificar mejor la hora de salida. Merece la pena. Como senderista cruzarás hayedos, bosques de robles centenarios y de acebos, collados, puentes de madera y majadas. Te alimentarán la vista míticas cumbres como las del Cuetu Negru y el Cantu l´Osu, que vigilan todo lo que pasa sus pies. El punto de partido y llegada es la localidad de Tarna, ideal para el avituallamiento previo y el descanso posterior.

Otras alternativas

No tiene cascadas pero sí mucha agua, es corta y, de fácil acceso, ideal para recorrer con niños, la olla de San Vicente, en el concejo de Amieva, ya en el oriente de Asturias. En el último tramo del Dobra, un río corto de apenas 23 kilómetros, comienza esta ruta marcada por las aguas cristalinas. El recorrido con niños pequeños se realiza en una hora. El punto de salida está junto a un restaurante situado en el margen de la carretera N-625, en dirección al puerto del Pontón, tras cruzar la localidad de Tornín. 

Si los niños son todavía pequeños o si estás buscando un camino adaptado para disfrutar de la naturaleza en compañía de personas con movilidad reducida, entonces quizá tu opción sea la ruta accesible de la localidad de Campiellos, en el concejo de Sobrescobio. Tiene una longitud aproximada de 680 metros y los vecinos lo conocen como el camín del Rebollal. Atravesarás un pequeño bosque de castaños y robles, desde el que divisarás Rusecu/Rioseco. Cuenta con un mirador final habilitado con paneles informativos, textos y dibujos en Braille.

También para una ruta en familia, aunque un poco más exigente, puedes elegir el Camín Encantau, de Llanes. Es circular, parte de la localidad de La Venta y sus 8,6 kilómetros se cubre en unas tres horas. En su caso, su encanto tiene una doble vertiente. Además del contacto con bosques, zonas de pastos y hórreos, el camino está enriquecido con seres de la mitología asturiana y personajes infantiles, como el nuberu o el hombre del saco. 

¿Quieres más agua? El Cantábrico es otra de tus opciones. La senda entre la playa del Aguilar y San Esteban de Pravia, también conocida como ruta de los Miradores, se encarama sobre la costa central. La vista del litoral, los acantilados y las playas de piedra jalonan el camino. Puedes empezar la ruta en ambos puntos. Son solo seis kilómetros de longitud que se pueden cubrir en unas dos horas. La máxima dificultad está justo en el extremo de San Esteban, donde hay que subir o bajar -en función del sentido que elijas- 420 escalones. También miras al mar si sales del paseo del Muro de San Lorenzo en Gijón/Xixón en dirección a la playa de la Ñora. El camino es totalmente accesible. 

Si estás en Oviedo/Uviéu y no quieres alejarte demasiado del centro urbano, entonces tu opción es la senda de Fuso de la Reina, de 8,9 kilómetros y dos horas de duración. Ante ti encontrarán túneles, los ríos Gafo y Nalón, el más caudaloso de la región, antiguas estaciones de ferrocarril y hasta un campo de golf. Esa Asturias verde que te invita a pasear incluso en las jornadas con menos horas de luz del año sale a tu encuentro.