No hay brecha de género en Pisa: los alumnos y las alumnas asturianas consiguen los mismos resultados

Susana D. Machargo

ASTURIAS

XOAN A. SOLER

La consejería destaca que el informe muestra un sistema educativo asturiano equitativo y homogéneo

04 dic 2019 . Actualizado a las 18:26 h.

Asturias cuenta con un sistema educativo equitativo y homogéneo, en el que los alumnos y las alumnas interiorizan las competencias en ciencias y matemáticas por igual, eliminado la brecha de género, y en el que apenas hay diferencias entre las redes pública, concertada y privada. No obstante, hay datos para la reflexión. Los repetidores se están quedando muy atrás. Sus conocimientos demuestran que tienen unos dos cursos de retraso con respecto a sus compañeros. Además, los estudiantes escolarizados a edades más tempranas, es decir, en el primer ciclo de Infantil obtienen mejores resultados que aquellos que se incorporan a las aulas más tarde. Estos son algunos de los resultados obtenidos por los jóvenes asturianos de 15 años que han participado en el informe internacional Pisa 2018, que ha analizado la educación en un total de 79 países. Los datos asturianos se mantienen por encima de la media nacional y por encima de la media de la OCDE pero han empeorado ligeramente con respecto a ediciones anteriores. La Consejería de Educación ha señalado que este retroceso no es estadísticamente significativo y utiliza este estudio como una herramienta útil para saber dónde flaquea y qué tiene que mejorar. 

La consejera del Principado del área, Carmen Suárez, ha explicado que lo que mide Pisa son en realidad competencias de los alumnos de 15 años, si tienen las habilidades necesarias para enfrentarse a la vida adulta y progresar de manera adecuada. No es un examen de conocimientos al uso, distribuido por asignaturas, lo que permite detectar otros aspectos interesantes para los gestores de la educación. Suárez ha puesto algún ejemplo clarificador. Este informe ha detectado dificultades a la hora de transferir los conocimientos a otros contextos, cuando el aprendizaje se aplica a otros ámbitos de la vida. Eso para la consejera es vital y revela la necesidad de ir modernizando el sistema educativo asturiano hacia un modelo más basado en competencias y no en una estructura clásica de asignaturas.

Suárez ha estado acompañada en la presentación por la directora general de Evaluación, Paula García, y por Rubén Fernández, del Servicio de Evaluación, que ha sido el encargado de desgranar los datos.

El contexto y la motivación

Al margen de las competencias puras, que revelan esa madurez en el aprendizaje de los estudiantes, el informe Pisa tiene un amplio apartado referido al contexto, en el que se miden todo tipo de indicadores que influyen en la educación, desde el origen, al indicador socioeconómico de la familia, el género,... Y otro capítulo más en el que se analizan las características personales del alumnado, una autoevaluación en la que revela su motiva y su grado de confianza. Con todos estos datos se puede comprobar el grado de influencia que tiene cada apartado.

La repetición y la escolarización temprana, como se ha dicho, influyen. Del mismo modo que lo hacen los flujos migratorios. Los inmigrantes de 15 años escolarizados en Asturias sacan unos resultados mucho peores que sus compañeros nacidos en España. Ronda los 50 puntos tanto en las competencias de matemáticas como en la de ciencias, lo que equivale a ir un curso de retrasados. Con respecto a la actitud, el absentismo y la falta de puntualidad son dos indicadores a tener en cuenta. Entre los que no faltaron nunca a clase y los que lo hicieron más de cuatro veces en las dos semanas anteriores al desarrollo de la prueba, hay diferencias significativas. En matemáticas, los que más piraron tienen unas competencias de un curso menos. En ciencias es incluso mayor. La brecha es de casi 140 puntos entre los jóvenes que quieren hacer una carrera universitaria y aquellos que temen no terminar ni siquiera la Secundaria. La ansiedad y el miedo al fracaso trazan una gráfica singular. Tan malo es no tener nada como pasarse. La tensión media es en la que se aprecian los mejores datos.   

Sin brecha de género

No hay brecha de género en Pisa. Este es otro de los datos singulares de este informe internacional. Hace apenas unos días el Consejo Escolar del Principado presentaba su propio trabajado sobre el sistema educativo asturiano. La diferencia entre los alumnos y las alumnas en promoción y titulación era evidente en todas las etapas. Sin embargo, a la hora de plasmar esos conocimientos en competencias reales no parecer exitir ningún salto. Eso dice, al menos, Pisa. Carmen Suárez ha insistido en que no es un examen al uso en el se comprueba el dominio de una materia concreta. Es una prueba en la que se analiza la madurez del alumno y el conocimiento aplicado. La consejera ha reconocido que es algo interesante y que podría ser objeto de una futura investigación.

No hay datos de comprensión lectora, el tercer pilar de Pisa junto con las matemáticas y las ciencias. Carmen Suárez ha explicado que el Ministerio de Educación ha decidido aplazar la presentación de esta parte para analizar «una alteración de datos» detectada. Comunidades como Madrid han denunciado que en su caso hay aspectos que no cuadran. No ha sucedido así en el Principado. La consejera ha señalado que no tiene en sus manos este apartado del estudio pero que el ministerio le ha trasladado dos aspectos interesantes. El primero es que no se han encontrado anomalías en las pruebas de Asturias. El segundo consiste en que los indicadores en su conjunto «son buenos». Es algo que no sorprende ni a Carmen Suárez ni tampoco a Rubén Suárez. Para conseguir buenos resultados en matemáticas o en ciencias es necesario un alto grado de comprensión de los enunciados, así que el éxito de estos capítulos ya lleva aparejado un buen manejo de la tercera competencia.

Campos a mejorar

La conclusión del Principado es positiva pero no complaciente. La consejera afirma que la región cuenta «con unos centros equitativos y con una enseñanza de calidad» pero también ha detectado cuatro campos en los que el margen de mejora es grande. El primero es la escolarización en Infantil. Si sentarse en las aulas antes estimula el aprendizaje, es necesario ampliar la oferta de plazas. La lectura es fundamental, así que hay que centrarse en ella. «Para resolver un problema hay que comprender el enunciado», ha argumentado. El tercer punto es el trabajo por competencias materias. «Las materias son los vehículos para adquirir conocimientos pero necesitamos una metodología más activa y en ese terreno no hemos avanzado lo suficiente», ha reconocido.

El cuarto aspecto es el fracaso de la repetición. Este es un tema especialmente sensible para la responsable de Educación, al que ya se refirió durante la presentación del informe del Consejo Escolar. «Si incide negativamente en las competencias del alumno, está claro que la repetición no aporta. Más bien al contrario», ha explicado. Esto no supone aprobar por aprobar a estudiantes que no alcanzan los mínimos sino abrir nuevas líneas de trabajo, donde el alumnado vaya aprendiendo su ritmo, de acuerdo a sus condiciones y necesidad, con una progresión lineal. «Esto también forma parte de la atención a la diversidad», ha asegurado. Son estrategias metodológicas alternativas, con un aprendizaje más integrador que requieren también de la formación del profesorado. 

El objetivo sería dejar atrás al menor número posible. Según este informe de 2018, hay un 21,7% de los alumnos que no llegan al mínimo en matemáticas y hay un 17,6% al que le sucede lo mismo en ciencias. Son los que no llegan al nivel 2, que es el aprobado para los especialistas de Pisa. Es en ellos en quien quiere centrarse la administración

Contexto internacional

El estudio Pisa ha contado con la colaboración de 55 centros y 2.096 alumnos lo que supone una muestra representativa al 98%. Desde que en el año 2006 el Principado reclamó una ampliación significativa de los datos, es una radiografía casi perfecta. Carmen Suárez ha señalado que Pisa no lo es todo ni tampoco el único referente pero sí aporta información de utilidad. Sirve, por ejemplo, para colocarse en el contexto nacional e internacional. ¿Cuánto sabe los alumnos asturianos de 15 años? ¿Más o menos que un madrileño, un finlandés o un coreano?

Los alumnos asturianos han conseguido un promedio de 491 en matemáticas, diez puntos más que la tasa nacional y dos por encima de la OCDE. Japón, Reino Unido o Canadá están mejor que el Principado, que logra una puntuación al mismo nivel que 17 países, entre ellos Italia o Alemania. En ciencias, la puntuación es de 496 puntos, siete más que la OCDE y 13 por encima de la media nacional. Solo ocho estados han conseguido mejores datos. La región está al nivel de 16 países. No obstante, el Principado reconoce que los datos a imitar son los que consiguieron los alumnos asturiano en la edición de 2012. Desde entonces, la curva ha ido descendiendo.