¿Por qué se hundieron los concejos más pujantes del siglo XIX?

Carmen Liedo

ASTURIAS

Reproducción de una imagen antigua del puerto de Luarca
Reproducción de una imagen antigua del puerto de Luarca Memoria Gráfica de Luarca

Valdés, Cangas del Narcea, Tineo, Grao o Piloña eran algunos de los municipios con más población hace más de un siglo, pero su censo ha caído entre un 40 y un 62 por ciento

30 dic 2019 . Actualizado a las 19:16 h.

A finales del siglo XIX el puerto de Luarca (Valdés) era el más importante del occidente de Asturias pese a sus problemas de calado. «Era un puerto de abastecimiento y hacía que el municipio cabecera de la comarca aglutinara todo el comercio», explica Germán Lorenzo Fernández Rodríguez Gelo, profesor de instituto jubilado y gran conocedor de la historia del que fuera el tercer municipio de Asturias con más población en 1877: Valdés. Según cuenta, «a principios del siglo XX en su puerto entraban más de 200 barcos al año. Ya en los años 60, entraba sólo un barco». En su opinión, la mejora de las comunicaciones por carretera «hizo que el puerto entrara en decadencia» y a partir de esa década, en la que llegó a tener más de 25.000 vecinos, comenzó un imparable descenso de la población que el censo de 2011 cifraba en 13.064 vecinos.

El concejo valdesano (de 23.944 a 13.064 habitantes) no ha sido el único que ha perdido habitantes comparando los censos de 1877 y 2011. Cangas del Narcea (de 23.202 a 14.088 vecinos), Tineo (de22.939 a 10.647 vecinos), Grado (de 20.604 a 10.765) o Piloña (de 20.456 a 7.794 vecinos) fueron concejos pujantes hace más de un siglo que se han ido hundiendo demográficamente hablando con el transcurso de los años al perder entre un 40 y un 62 por ciento de la población. Todos ellos estaban por encima de los 20.000 habitantes y superaban por mucho a Mieres y Langreo, municipios que con la industrialización pasaron a estar en el top cinco, junto con Oviedo, Gijón y Avilés.

 Factores locales y tendencias locales como causas

Pero ¿cuáles son las razones del hundimiento demográfico de los que fueran los municipios más pujantes a finales del siglo XIX? Desde el Observatorio del Territorio manifiestan que las causas que podrían explicar la evolución demográfica de los municipios desde 1877 «son muy diversas, algunas de ellas vinculadas a factores locales y otras a tendencias globales». 

Lo primero que apuntan desde el Observatorio, que forma parte del Grupo de Investigación del Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, es que «en un periodo de tiempo tan amplio se ha producido una transformación económica, social, cultural, etc., muy profunda, con efectos directos sobre la natalidad, la mortalidad, la emigración o la inmigración, alterando no  solo la cantidad población de los municipios, sino también la estructura de la misma». Así, precisan fuentes de este departamento que «a finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX se produjo una importante emigración, especialmente desde Asturias y Galicia, hacia otras partes del España (fuera de Asturias) y también hacia otros países, con especial atención a Latinoamérica». Según concretan, «esta salida de efectivos tuvo mayor incidencia en las zonas rurales».

Industrialización y abandono del medio rural

Otro hecho que tienen muy en cuenta es que a lo largo del siglo XX «se consolida el proceso de industrialización que se inicia a mediados del siglo XIX en España». Esto supone que se inicie «un proceso de abandono del medio rural y de concentración de la población en las áreas urbanas e industriales», con lo que las capitales de provincia, en general, funcionaron durante este tiempo como espacios de atracción de población. Los municipios que desarrollan actividad económica son aquellos en los que se produce concentración progresiva de la población. «En el caso de Asturias, la actividad minera e industrial se concentró en las cuencas mineras del Caudal y del Nalón, así como en el entorno de los municipios de Oviedo, Gijón y Avilés, por lo que son estos territorios los que crecen en población, en detrimento de las zonas rurales, siendo esta una de las causas que explican el desequilibrio territorial actual de la región», señalan desde el Observatorio del Territorio.

Además, tienen en cuenta el importante crecimiento vegetativo de la propia población, con unas tasas de natalidad relativamente altas y una mortalidad cada vez menor; y que el éxodo rural se lleva a cabo por parte de la población joven, en edad de trabajar. De modo que hace más de un siglo comienza «un vaciado progresivo de los municipios rurales que además es selectivo porque quien se queda es la gente mayor y, en relación con el sexo, salen hacia las ciudades más mujeres que hombres. Esto hace que unas décadas más tardes el medio rural tenga unas tasas de envejecimiento mucho mayores que los espacios más urbanos», argumentan los investigadores de este departamento de la Universidad de Oviedo.

Jorge Muñiz Sánchez, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, coincide en que las nuevas actividades que surgen en Asturias con la industrialización hacen que la población disminuya en las alas de la región. «Esa pérdida de población es mayor a partir de la Guerra Civil», precisa el mismo, que pone de relieve también la «importante emigración» de habitantes de zonas en las que el desarrollo económico era más limitado. «La industria posibilita que la gente se quede en su lugar de origen porque se puede compatibilizar con actividades agrícolas y ganaderas», indica Muñiz, que apostilla que ante un retroceso generalizado de la población, «en la zona centro resisten porque recibe población de las alas».

Concentración de la población, una tendencia mundial

No obvian desde el Observatorio del Territorio que «la concentración de la población en ciudades es una tendencia general a nivel mundial» y que según datos de la ONU, «actualmente las ciudades albergan al 55 por ciento de la población mundial y la previsión es que en 2050 alberguen al 68 por ciento, de modo que el proceso de desplazar la residencia desde las áreas rurales a las urbanas es un fenómeno mundial que tiende a consolidarse».