Cuatro menores de 25 años decididos a ser sus propios jefes

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Trabajadores autónomos de menos de 25 años
Trabajadores autónomos de menos de 25 años

Provenir de familia de autónomos, querer dar continuidad al negocio familiar y el factor vocacional, claves para ser trabajador por cuenta propia

07 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué anima a alguien que está comenzando su vida laboral a ser trabajador por cuenta propia, a emprender un negocio y querer ser su propio jefe? Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, a fecha 30 de septiembre de 2019 había en Asturias 611 jóvenes afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), una cifra que no ha parado de descender en la última década. Son pocos pero abarcan los ámbitos más variados de la economía asturiana, desde la ganadería hasta el sector audiovisual, pasando por negocios de estética o de moda. En algunos casos provenir de familia de autónomos conlleva que los jóvenes se sientan atraídos por el emprendimiento, también el querer dar continuidad y ampliar el negocio familiar, aunque no falta el factor vocacional para haya jóvenes que se decidan a ser trabajadores por cuenta propia.

Andrea, una autónoma con dos líneas de negocio

A sus 24 años, Andrea Álvarez es una veterana como trabajadora por cuenta propia. Se dio de alta en el RETA a los 19 años cuando decidió montar su negocio de depilación con láser. «Hasta entonces había sido camarera, pero no quería seguir en ese sector», explica esta joven de Arriondas, que siempre tuvo claro que prefería trabajar para sí misma. En su familia siempre había habido negocios y conocía el mundo de los autónomos, así que se decidió a emprender. «Con el láser nunca tuve problema y siempre he trabajado muchísimo», comenta Andrea, que hace un tiempo se animó a abrir otra línea de negocio y poner una tienda de ropa, Cariátides, donde percibe más que «unos meses te puede ir mejor y otros peor». Aún así, está satisfecha con ser trabajadora por cuenta propia, «porque aunque ser autónoma conlleva mucho desembolso por la renta del local, la cuota de autónomos, los impuestos, los gastos de servicios básicos, etc…, también tienes ventajas: te fijas tu horario, decides hacia dónde quieres dirigir el negocio y puedes obtener buenos ingresos», señala Andrea, que ha logrado organizarse para mantener ambas líneas con negocio, incluso, online. La experiencia que traslada como autónoma es positiva, aunque advierte a los jóvenes que quieran emprender que «hay que tenerlo muy claro y estar muy convencido» por la responsabilidad que conlleva para con uno mismo.

Pablo, amplitud de miras para el negocio familiar

Cuando Pablo Cuervo terminó sus estudios en comunicación, imagen y sonido «sabía que iba a ser autónomo». La productora familiar, Utopía Vídeo, le daba la base para iniciarse en el mundo laboral como trabajador por cuenta propia. «Tenía cosas avanzadas para un sector como este: tenía equipos, clientes…», comenta este joven de 24 años que decidió ponerse al frente del negocio y ampliar horizontes ofreciendo nuevos servicios con los que ganar visibilidad. «Quería renovar la imagen de una empresa que estaba en activo desde hace más de 30 años, así que acudí a Clinic Joven Emprenda de Valnalón para que me orientaran, y ahora la empresa tiene más opciones de trabajo», asegura el mismo. Manifiesta que se siente cómodo trabajando por su cuenta, aunque también ha realizado trabajos por cuenta ajena como actor, figurante o modelo que considera que pueden ser beneficiosos para la productora. También reconoce que para quienes no tengan los recursos necesarios para emprender, en un sector como el suyo «es complicado y se encuentran con un muro» por la inversión que requiere ese tipo de negocio. Por eso entiende que muchos jóvenes prefieran seguir formándose y estudiando en vez de optar por el autoempleo.

Amanda y su sueño de tener un negocio de uñas

Amanda Valera tiene 23 años, terminó sus estudios de ESO, hizo un módulo de informática de grado medio e, incluso, llegó a trabajar de camarera por cuenta ajena. Sin embargo, su vocación y su sueño era tener un negocio de estética de uñas, así que el pasado mes de agosto se decidió a abrir en Sama (Langreo) Amanda Nail’s y ser su propia jefa. La experiencia que traslada como autónoma es positiva, porque «trabajar en algo que no te hace feliz es muy complicado», así que anima a otros jóvenes «a que cumplan su sueño» y emprendan pese «a que se pagan muchos impuestos». Además, apunta que la parte administrativa y de trámites, que puede parecer la más engorrosa a la hora de iniciar un negocio, siempre se puede poner en manos de una asesoría, como hizo ella.

Víctor, un joven apasionado por la ganadería

Víctor Velilla lo tiene claro: «a mí me gusta esto y no me veo sentado en un despacho, encerrado en una fábrica o mandándome otro». Tal es así que después de estudiar un módulo de mantenimiento electromecánico, que compaginaba con la ayuda que prestaba en la ganadería familiar, hace unos meses decidía darse de alta en la Seguridad Social como trabajador autónomo y ampliar horizontes en ese negocio a sus 23 años. Comenta que a las dificultades que puede tener ser trabajador por cuenta propia, hay que añadir las particularidades del sector ganadero: «cada vez está más complicado por la fauna salvaje, los acotamientos, las dificultades del mercado ganadero, cuando hace frío, cuando calor, cuando llueve…». Aún así, apostilla que lo que le anima es «mi pasión por la ganadería y el medio rural». Además considera que puede hacer evolucionar a la Ganadería Velilla, donde han apostado por la modernización del negocio comercializando la carne a través de internet. «Mis padres tienen una carnicería y un supermercado, pero surgió la idea de poner en marcha una web a través de la cual vender carne que tiene el sello IGP. Ofrecemos calidad a precio asequible», comenta el mismo antes de apuntar que su mayor clientela está fuera de la región. «Fue una apuesta arriesgada, pero la gente que ha probado ha repetido», señala este joven desde Cuadroveña (Arriondas).