Los fármacos para dejar de fumar no son gratis en Asturias por un retraso informático

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

El Principado espera que la adaptación del software de la receta electrónica esté lista en cuestión de semanas. Las farmacias cuentan con stock suficiente

21 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No es una pastilla mágica. Está prescrita para aquellos pacientes que suman más de un fracaso en su intento de dejar de fumar y que han pasado por un proceso pautado que incluye otro tipo de terapias. Desde el pasado 1 de enero, tanto el Champix como el Zyntabac, que son los nombres con los que se comercializan la vareniclina y el bupropion, están dentro del catálogo de medicamentos financiados por la sanidad pública. Hasta ahora se vendía bajo receta pero el paciente los pagaba de manera íntegra y no son baratos. Fue una decisión de la ya exministra Luisa Carcedo en su lucha contra el tabaquismo. Sin embargo, en Asturias esa gratuidad todavía no es real. El Principado se encuentra en la actualidad inmerso en una adaptación de los procedimientos tecnológicos, es decir, están adaptando los software informáticos para incluirlos en la receta electrónica. ¿Cuándo estará listo? La previsión es que sea en breve, en cuestión de unas semanas. Así lo han confirmado fuentes de la Consejería de Salud.

No es la única comunidad autónoma a la que la medida ha pillado a contrapié. La noticia de que ambos fármacos se iban a financiar se adelantó a finales del mes de septiembre y en ese momento todas las partes se pusieron a trabajar. Los laboratorios, por ejemplo, tuvieron que adaptar los formatos. Los Gobiernos, sus sistemas. Asturias no ha llegado a tiempo. En Aragón tampoco fue efectivo hasta hace unos días. En Galicia, se comenzó a vender 10 días después. Poco a poco todos los territorios se van enganchando.

Todo listo  

Mientras tanto, crecen las consultas en las farmacias de los pacientes interesados en saber cómo va a funcionar y los laboratorios ya están sirviendo los nuevos formatos de los dos medicamentos, con el pertinente cupón que se retira cuando está financiado por la sanidad pública. La Cooperativa Farmacéutica Asturiana, Cofas, explica que no tiene ningún problema de aprovisionamiento con el Champix. Las reservas de Zyntabac, en cambio, son algo más escasas, con un stock que sí podría terminarse en cuestión de semanas. No obstante, Zyntabac es el que menos se prescribe de los dos.

Jaime Ortega-Meder es vocal del Colegio de Farmacéuticos de Asturias y un convencido de los efectos positivos que tiene sobre la población la labor de la farmacia comunitaria. El tabaquismo es uno de los campos en los que trabaja a diario. Ortega-Meder explica que muchos pacientes están preguntando cómo va a funcionar la financiación de los fármacos. No están bien informados y creen que va a estar al alcance de cualquiera que pretenda dejar la nicotina. Los profesionales farmacéuticos les están explicando que no es así y solo están remitiendo a las consultas de Atención Primaria a aquellos que cumplen el perfil, que son fumadores de consumo moderado y alto, que tienen una seria intención de dejarlo y que ya lo han intentado antes. Con el resto prueban otro tipo de terapias iniciales, que van desde los parches a los chicles, en función de cada caso. 

No es nada nuevo. Es el procedimiento con el que llevan tiempo funcionado. Cuentan con un protocolo que cumplen escrupulosamente y que incluye el denominado test de Fagerström, un completo cuestionario que permite conocer el nivel de adicción a la nicotina. Los farmacéuticos hacen hincapié en la necesidad de hacer un seguimiento. Así que charlan habitualmente con sus pacientes que quieren dejar de fumar, les previenen de los efectos secundarios de cada terapia, les dan consejos sobre nuevos hábitos, tratan de prevenir recaídas. «Estamos a pie de calle, así que podemos tener un contacto directo», explica Jaime Ortega-Meder, que mantiene relación con algunos usuarios que han seguido todo el proceso y que ya se pueden denominar exfumadores. «Hasta que no pasa, como mínimo, un año, no los podemos considerar deshabituados», precisa.

Los que cumplen los parámetros para comenzar el tratamiento con Champix o el Zyntabac son remitidos a los médicos de Atención Primaria, que son los encargados de prescribir. Antes del 1 de enero ya era así. Ambos productos se han comercializado siempre con receta médica porque es necesario tener en cuenta el cuadro clínico de los pacientes, ver si interfiere con su medicación o si no es aconsejable por sus antecedentes. Por poner un ejemplo, no está recomendado en pacientes con complicaciones neurológicas previas, explica. La novedad es la financiación un aspecto crucial en productos con un precio elevado. En función de la dosis y del número de pastillas, puede llegar a superar los 100 euros, por lo que el ahorro será importante.