El mundo de la animación se rinde a los Junquera brothers

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Luis (segundo por la derecha, de pie) y Enol Junquera (agachado) con parte del equipo del estudio Angry Metal
Luis (segundo por la derecha, de pie) y Enol Junquera (agachado) con parte del equipo del estudio Angry Metal

Desde su estudio Angry Metal, ubicado en Gijón, Luis y Enol Junquera trabajan para productores de todo el mundo: «Trabajamos desde Asturias porque somos muy cabezones y nos gusta vivir aquí»

02 mar 2022 . Actualizado a las 09:08 h.

Luis y Enol Junquera son dos hermanos que han puesto una de esas, por desgracia, raras picas en Flandes dentro de la industria en Asturias. Su estudio de animación Angry Metal, radicado en Gijón, se está haciendo un hueco a nivel internacional, trabajando para productores de todo el mundo y con proyectos que basculan entre la animación pura y dura, el videojuego y otros formatos relacionados. Su colaboración con el productor Adi Shankar (Dredd, Castlevania,…) les ha abierto muchas puertas. Todo ello, además, desde una región como Asturias, en la que las ayudas a este segmento de actividad ligado a la creación y a la animación brillan por su ausencia.

Enol Junquera explica que a él y a su hermano siempre les llamó la atención «el mundo del cine, daba igual imagen real que animación. Lo que pasa es que el cine nos atraía para poder contar las historias que quisiéramos. Cuando éramos más niños hacíamos muchos cortometrajes con amigos, guiones que nos hacíamos nosotros mismos y todo con cuatro duros. Era divertido y podías contar tus historias. La animación llegó cuando nos dimos cuenta de la limitación que era no tener dinero para contar lo que querías en imagen real».

En este sentido, «no puedes hacer una historia espacial con tus amigos. Con la animación, sin embargo, si consigues un tono y un estilo puedes contar cualquier cosa que quisieras». «Tienes 25 años y un amigo te dice que acaba de leer un comic de El Castigador y que podíamos hacerlo. Con esa edad ya te preguntas quién de tus amigos aparenta cuarenta años como Frank Castle, cómo lo sitúo en la ciudad de Nueva York, cómo filmo una persecución de coches,… como habíamos estudiado animación nos dimos cuenta de que a través de ella era como podíamos hacerlo», apunta Luis Junquera.

Su hermano destaca que no habían estado antes en ninguna empresa, por lo que Angry Metal «surgió de la necesidad de trabajar y de que un productor nos dijera que nos podía conseguir financiación para un metraje largo y tenía que estar acabado en un plazo. Nos dimos cuenta de que para conseguir todo ese material en un año necesitábamos contratar gente y un equipo. Nació antes el proyecto que la empresa».

Nacimiento del proyecto

Enol explica que antes de nacer el proyecto, sus cortometrajes se iban refinando y profesionalizando cada vez más, «pero sin una empresa detrás. Acabamos asociados con este productor y ya el siguiente paso era hacer un proyecto con financiación, que requería un estudio, pero no lo abrimos para buscar clientes, sino que fue el proyecto lo que motivó su apertura». Actualmente cuentan con ocho profesionales en plantilla, si bien no todos comparten el mismo estudio.

«Siempre necesitas que unos aprendan de otros. Estar todos bajo el mismo techo lo veíamos como algo necesario, pero poco a poco vas conociendo gente y a lo mejor tienes una persona en Valencia y te funciona muy bien. Ya no es cosa de estar en el mismo sitio, sino de que su estilo coincida con el que lleva la empresa o demanda el estudio», destaca Luis Junquera.

Comenta que aquel embrionario corto sobre El Castigador «salió a la vez que el cortometraje Dirty Laundry, de Adi Shankar. Entonces estuvimos hablando con él, le gustaba nuestro trabajo y salió la idea de hacer algo juntos. Como acababa de estrenar la peli de Dredd nos propuso hacer una serie de dibujos animados basada en el personaje. En cuanto lo dijo empezamos a leer cómics y vimos que el personaje del Juez Muerte era el más simpático y el que nos daba pie a hacer más cosas, con mucho humor negro, combinando muchas historias como la de Vienna, sobrina de Juez Dredd». En definitiva, daba la opción de adoptar «un tono de humor macabro a lo Mundodisco que nos parecía divertido explorar». Enol Junquera apunta que «Adi Shankar, que produjo Dredd y la secuela que nunca salió, nos propuso hacerlo porque quería profundizar y extender ese universo».

A la hora de referirse a sus influencias, Luis cita a  «Genndy Tartakovsky y Satoshi Kon, que son los dos principales, uno por el lado occidental y otro por el oriental». Su último trabajo, The end of Pokemon, es una relectura oscura, ácida y crepuscular del mundo de los Pokemon, en el que Ash lucha por liberar a todas esas criaturas son cazadas y forzadas a pelear para divertir a los humanos. Destaca que «ese plano oscuro y el humor nos sale natural».

Enol asevera que «crecimos con Pokemon y la gente que se fue haciendo adulta jugando con Pokemon Azul ahora ya tiene treinta años. Ya no querrá ver la cara de niño y los bichitos sonrientes. Querrá ver una adaptación a su edad». «Hay mucha influencia también del videojuego Hotline Miami, de hecho pensamos en hacer una adaptación que no se hizo. Lo que trabajamos lo aplicamos luego a The End of Pokemon», añade.

Su hermano indica, en esta línea, que «todas las influencias que han ido llegando se incorporan a las que tenías en la infancia. Hotline Miami, Akira,… no estás tan limitado como en la infancia y puedes aprovecharlo. Repetir los patrones de una saga de dibujos animados, década tras década a nivel comercial funciona, pero artísticamente es insustancial».

«Es como hacer una película del espacio y solo basarte en Star Wars y Star Trek. Básate en El Bueno, el Feo y El Malo y en cosas que no tengan que ver con ese mundo», apunta Enol. Luis Junquera cree que «en las nuevas películas de la saga de Star Wars, las que mejor están funcionando, como Rogue One, son las que están incorporando cosas diferentes, de los Siete Magníficos, del cine bélico». «Lo difícil es quitarte los complejos y meter elementos que en principio no tienen que ver», añade Luis, que abunda en la idea de que, por ejemplo, «Guillermo del Toro hizo La forma del agua, con un monstruo de las profundidades marinas. Y si la película funciona es porque está basada en musicales clásicos, melodramas… si se hubiese limitado a copiar La cosa del pantano otra vez, la gente no la hubiera recibido de la misma forma».

Apoyo institucional

Una de las dificultades que éste encuentra e el sector en la región es la falta de apoyos institucionales, no tanto en forma de subvenciones como de estímulos para la atracción de inversores. «Me parece muy optimista hablar de un sector de la animación en Asturias. No sé si existe otra productora como la nuestra, trabajando a nivel global. Ahora mismo el mercado es mundial. Restringirse a Asturias sería como decir que hay un consumo específico asturiano de material audiovisual de animación y una producción propia para él», indica.

«Estamos viendo que hacer animación en Asturias es mucho más caro que hacerlo en Irlanda, Canarias o en otras comunidades donde se prestan ayudas», lamenta y explica que ahora mismo el estudio está trabajando para sacar adelante «un videojuego y el productor con el que hablamos nos pregunta por qué no montamos la empresa en Londres, porque allí nos devolverían la inversión».

En esta línea considera que «un inversor va a preferir invertir en una empresa de Londres, por lo que partimos de una desventaja muy importante». «Cualquier productora francesa puede hacer un trabajo de la misma calidad que nosotros, pero les van a dar el trabajo a ellos porque el gobierno les proporciona ayudas», subraya. «No hay ayudas ni estímulos. Nosotros estamos aquí porque somos muy cabezones y nos gusta vivir en Asturias», insiste.

Enol Junquera no habla de «ayudas al fondo perdido ni de subvenciones. Hay que tener en cuenta que el de los videojuegos es uno de los sectores que más dinero mueve». «También cuando nació Angry Metal una de nuestras ideas era la de favorecer que se creara aquí una industria. Ojalá salieran otros estudios en Oviedo, Avilés y pudieran darnos feedback», apunta.

Su hermano aclara que «es un dinero que viene de fuera, en dólares, y que genera riqueza, porque el nuestro es un mercado global. Nosotros tenemos que ajustarnos a presupuestos muy bajos, porque cuando hemos hablado de presupuestos altos que superaban el millón nos preguntaban qué incentivos fiscales había en nuestra región y nosotros respondíamos que ninguno». Considera que, de haber más estímulos para atraer proyectos de fuera, «igual en vez de 30.000 facturaríamos un millón de euros al año y nacerían más productoras».

Enol Junquera cree, además, que en su segmento de actividad «no hace falta una gran producción, ya que trabajas con la creatividad de la gente». Otro de los clásicos problemas con los que se encuentran en su día a día es la falta de consideración que todavía tiene la animación entre un amplio sector de la población. «Nuestro padre a día de hoy nos pregunta por qué nos pagan, que quién va a ver lo que hacemos. Tenemos un chip en la cabeza de que esto no es serio ni una profesión per se. No es como cortarle el pelo a un señor y que te dé diez euros», dice Luis Junquera.

Angry Metal trabaja ahora en una serie de imagen real con escenas de animación y en su primer proyecto 100% propio. Luis Junquera explica, en relación a esto último, que «lo que da valor a una empresa realmente es poder tener tus propias licencias».

«Nuestro diseñador de personajes tenía una idea muy chula sobre perros antropomorfos en un mundo de ciencia ficción, donde los humanos han sido creados como robots para cumplir con la necesidad del perro de tener un mejor amigo. Es una historia con trasfondo político y de cine negro y pensamos que para un videojuego podía funcionar bastante bien. Hemos hablado con un productor y lo vemos como un producto transmedia», acota. Su expectativa pasa por que esta primera incursión en el mundo de los videojuegos esté lista en la primera mitad de 2021.