El trapicheo de minimóviles se dispara en la cárcel de Asturias

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Los móviles carcelarios tienen el tamaño de un mechero
Los móviles carcelarios tienen el tamaño de un mechero

Estos dispositivos tienen el tamaño de un mechero, cuestan veinte euros en Internet y en prisión multiplican por diez su valor

10 feb 2020 . Actualizado a las 11:07 h.

Tienen apenas el tamaño de un mechero, del tapón de un bolígrafo o del dedo meñique; se pueden esconder prácticamente en cualquier sitio y son muy complicados de detectar. En Internet pueden encontrarse mini móviles en incontables tiendas y páginas web por apenas 20 euros. Estos dispositivos, que únicamente permiten marcar, llamar y colgar como todo su catálogo de funcionalidades, no son especialmente populares en la calle y su público objetivo conforma un nicho más bien reducido. Sin embargo, dentro de la prisión se convierten en un codiciado objeto de deseo, un lujo y, en muchos casos, una fuente de lucro irregular, en la medida de que en prisión las llamadas solo pueden realizarse en cabina y con muchas limitaciones.

En el Centro Penitenciario de Asturias se decomisaron 44 de estos teléfonos en 2019, frente a los 31 del año anterior. Fuentes del Ministerio de Interior explican que este aumento de los decomisos en la cárcel de Asturias no se debe necesariamente a que haya un mayor menudeo de este tipo de aparatos dentro de los muros. En este sentido «obedece a que ahora tenemos mejores medios técnicos para detectarlos e incautarlos».

Del mismo modo, desde Interior se señala que también influye el hecho de que «existe un mayor mercado donde se facilita la venta online en Internet». Recientemente el diputado de EH Bildu Jon Iñárritu solicitaba en el Congreso los datos relativos a la retirada de estos móviles en las cárceles españolas. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Interior, en el 2019 se decomisaron 2.672 teléfonos en el sistema penitenciario nacional, el doble que en 2017, con 1.383.

El pequeño tamaño de estos teléfonos hace que sean muy difíciles de detectar. El gran negocio dentro de prisión en torno a estos dispositivos es la compraventa, en la que se llega a multiplicar por diez o más el precio que estos móviles tienen en la red, o el alquiler para su uso por otros presos por horas o llamadas.

Proliferación entre los reclusos

Fuentes de ACAIP-UGT en Asturias no coinciden con la tesis de Interior que apunta a una mejora de las técnicas de detección como explicación del aumento del decomiso de móviles. «No se trata ni de mejores técnicas ni de formación. Los mini móviles tienen poco más del tamaño del tapón de un bolígrafo, totalmente de plástico y no pitan en los detectores. Va habiendo más decomisos porque proliferaron entre la población reclusa», apuntan.

En este sentido explican que estos dispositivos «en Internet los compras a un precio y dentro de la prisión multiplican su valor hasta diez veces y no solamente está el precio de venta, sino también el de alquiler, ya que entre ellos se lo van pasando y el que lo alquila lo hace por horas o por llamadas». Así «dentro de la prisión si tienes un móvil de estos eres el rey, porque te puede generar mucho dinero».

Por desgracia estos profesionales indican que, de momento, «no hay ningún sistema que los detecte. Cuando los cogemos en una requisa suele ser durante un cacheo por palpación. Al ser tan pequeños pueden esconderlos casi en cualquier sitio, incluso en las zonas anal o vaginal». Tampoco son partidarios de sistemas como los inhibidores de señal, ya que «funcionan con los móviles mal usados y también con los que se utilizan para un buen fin».

La solución para hacer frente a este tipo de mercadeo dentro de la prisión pasa, desde su punto de vista, por «tener suficiente personal; cuantos más seamos más decomisos se pueden realizar y con mejores resultados», ya que con los medios de los que disponen a día de hoy «no hay ni tiempo para realizar una requisa en condiciones». Cuando se dan, se debe, sobre todo, a la «pericia y experiencia de las personas que trabajamos aquí en Asturias». «Teniendo un déficit de 1.500 funcionarios en todo el territorio nacional y más de 90 aquí en Asturias muy poco se nos puede exigir», concluye.