Cámaras en el monte y drones: Asturias baraja usar la tecnología para prevenir incendios

Carmen Liedo

ASTURIAS

Imagen de archivo de un incendio forestal en la provincia de Ourense
Imagen de archivo de un incendio forestal en la provincia de Ourense Santi M. Amil

El Principado cuenta con una primera línea de batalla contra el fuego de más de 660 efectivos

08 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Plan de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales del Principado de Asturias (INFOPA) volverá a activarse en fase de alerta el próximo 15 de julio al considerarse en dicho plan que desde esa fecha y hasta el 15 de octubre es una época de peligro medio de incendios al ser meses de altas temperaturas y sequía del combustible vegetal después de la época estival. Teniendo el cuenta esto, desde hace unas semanas la región cuenta con refuerzos tanto en el servicio de prevención de incendios como en el de extinción, medios que destina el Ministerio de Transición Ecológica y que se gestionan desde la administración autonómica sumándose a los aquí disponibles. Así, Asturias puede desplegar en esta época más de 660 efectivos para hacer frente a los incendios forestales. Y es que si bien, como se decía anteriormente, el INFOPA quedará activado permanentemente en fase de alerta, esta fase puede evolucionar «hacia otras situaciones operativas, en función de las condiciones meteorológicas o de las circunstancias de riesgo», por lo que «durante esta época los medios permanecen en estado de alerta y siempre disponibles y localizables», además de realizarse «vigilancia continua», se indica en el plan. Otro ámbito en el que trabaja el Principado es el uso de tecnología para controlar los montes y disuadir a los incendiarios. La instalación de cámaras y el uso de drones son las principales vías que baraja.

El Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) es el que más efectivos puede movilizar al contar con una plantilla de intervención de 361 efectivos. Normalmente, los 19 parques existentes en la región suman una media diaria de entre 70 y 75 efectivos en total.

Además, durante todo el año están contratadas una serie de empresas forestales para cubrir las 33 zonas en las que está dividido el mapa de Asturias. Para cada uno de esos lotes ha de destinarse una cuadrilla compuesta por cuatro personas. Esto supone un dispositivo de otros 132 efectivos. Todos ellos cuentan con el curso básico de extinción de incendios forestales y las empresas suelen aportar también maquinaria.

A su vez, el Ministerio de Transición Ecológica destina en esta época del año a Asturias Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF), con base en Tineo e Ibias, que suman 14 operarios, dos capataces, un técnico y otras cinco personas para los dos helicópteros de las BRIF, y es que en cada uno de ellos van dos pilotos, además de un mecánico en uno ellos por ser un aparato de gran capacidad.

Un servicio que también depende del ministerio pero que gestiona la Dirección General de Montes es el de Prevención de Incendios Forestales, que habitualmente está compuesto por 45 personas y en la época estival se refuerza con cinco efectivos más, según apuntan desde el Gobierno autonómico. Su cometido es acondicionar los espacios forestales, abrir pasos y desbrozar, aunque dan avisos de incidencias que se encuentran en los montes y bosques y en caso de incendio se ponen a disposición de Bomberos de Asturias si estos necesitan ayuda.

Por parte de la administración regional se destina personal para la Guardería Forestal. Este servicio está formado por 96 agentes, que trabajan de forma individual o en equipos y que tienen a su cargo un territorio. Los guardas se distribuyen en 14 comarcas forestales y, cada una, esta? a cargo de un guarda mayor. Las funciones de la Guardería Forestal tienen por objeto prevenir las infracciones y evitar los daños en la riqueza forestal de nuestra comunidad autónoma.

Tecnología para vigilar los montes

Por otro lado, el Principado está trabajando en la implantación de medidas tecnológicas para vigilar los montes, como puede ser la colocación de cámaras en determinadas zonas de los montes, lo cual puede ser un elemento disuasorio para los incendiarios. Otra medida que también baraja, aunque no está tan avanzada, sería la utilización de drones para una pronta detección de los incendios.