Sin respuestas sobre el primer contagio en la residencia de Grado

La Voz

ASTURIAS

El director de la residencia del ERA de Grado, Carlos Briansó Cárcamo.
El director de la residencia del ERA de Grado, Carlos Briansó Cárcamo. ep

El geriátrico fue uno de los mayores focos en en auge de la pandemia en Asturias. El gerente de la privada Viella acusa al Principado de favorecer a los centros públicos y confiscarle material

07 jul 2020 . Actualizado a las 17:30 h.

El director de la residencia del ERA de Grado, Carlos Briansó Cárcamo, ha asegurado este martes que «el virus entró en la residencia pero no saben cómo llegó» y ha explicado que considerar que fue el trabajador que había estado en contacto con el equipo de la Fundación Masaveu que dio positivo en coronavirus quien lo llevó es «especular».

«Podemos especular que este profesional estaba contagiado antes o se contagió allí. Lo que sabíamos entonces era que una persona sin síntomas no contagiaba», ha manifestado el gerente de esta residencia.

Esta residencia de mayores fue una de las más afectadas por la crisis del coronavirus llegando a tener 78 afectados y 26 residentes fallecidos.

Preguntado por parte de los grupos de la oposición sobre la responsabilidad de estos fallecimientos en este centro, ha indicado que «sería muy cómodo trasladar las responsabilidades más arriba y llegar a Madrid», pero ha indicado que «como gerente, tenía libertad para decirle a ese trabajador que no fuese al día siguiente».

«Yo no soy epidemiólogo. No nos consta que se trabajador metiese el virus. Hay quince días para incubar la enfermedad, del 4 al 14 hubo más de 10 ingresos en el hospital por consultas normales. Ahora es obvio y muy fácil decir que deberíamos haber actuado antes. El día 4 de marzo yo tuve una actividad en el centro y el día 8 también, ahora obviamente sé que fue un error», ha explicado.

Ha relatado como a lo largo de la gestión de la pandemia y desde el primer momento en el que se detectan los positivos la relación con la gerencia del ERA «fue constante a cualquier hora del día o de la noche».

Así ha destacado que, por desgracia su residencia se convirtió en un ejemplo de la que todo el sistema iba aprendiendo. «Llegó un equipo de enfermeros a invadirnos. La medicalización del centro supuso un cambio radical en la residencia que se convirtió en una planta COVID de un hospital, en una planta UCI», ha relatado.

También se ha referido a la positiva aportación de TRAGSA y de la UME en cuanto a las labores de limpieza y ha destacado la colaboración y disposición del Ayuntamiento de Grado.

Críticas de una residencia privada

Por su parte, el gerente del centro Residencial Viella, José Emilio Fernández Núñez ha denunciado este martes en la Junta General el trato recibido por los centros de mayores privados por parte de la Administración durante la gestión del coronavirus y ha indicado que «hubo un trato de favor a las residencias públicas».

José Emilio Fernández Núñez, gerente del Residencial Viella.
José Emilio Fernández Núñez, gerente del Residencial Viella. ep

«Mis usuarios son tan españoles y asturianos como los del ERA y no recibieron el mismo trato», ha denunciado Fernández Núñez en su intervención ante la Comisión de Estudio de la gestión de la crisis sanitaria COVID-19. En dicho centro residencial se registraron doce fallecimientos.

El compareciente ha explicado que es gerente de dos residencias, una de ellas con plazas concertadas, para la que el ERA le facilitó material --insuficiente de haberse registrado positivos-- aún sin contar con ningún infectado; mientras que en la otra residencia, en la íntegramente privada, «no sólo no le facilitaron material de seguridad, sino que le confiscaron el que había adquirido».

«Me confiscaron el material que yo había comprado para dárselo a centros del ERA. Compramos material y el mismo fue intervenido en su totalidad por el SESPA en el centro de distribución, tengo pruebas de ello porque me enviaron una foto de mi material con la cinta del SESPA. Quiero dejar claro que estos usuarios no son paquetes, son personas y debería tratarse a todos por igual», ha insistido.

Ha manifestado que quizás el SESPA hizo bien en confiscar el material de seguridad, pero lo que no hizo bien fue su redistribución, ya que «dejó vendidos» a los centros privados, mientras que los públicos y concertados se vieron favorecidos.

Ha explicado que desde que se detectó el primer positivo en un residente de su centro tardaron 13 días en recibir material de seguridad y estuvieron trabajando cuatro personas con un sólo EPI durante una semana «lavándolo y desinfectándolo».

Además ha explicado que en su residencia privada tuvo once trabajadores con PCR positiva, sin que «el ERA le reforzase plantilla tal y como ocurría en los centros público» por lo que era «una labor prácticamente imposible lograr personal».

«Mi peluquera estuvo trabajando como auxiliar porque era imposible contratar profesionales», ha explicado Fernández Núñez que también ha criticado que desde el ERA se llevaron sin su consentimiento y su opinión absolutamente desfavorable a cuatro usuarios positivos, dos de ellos a la Clínica Asturias, mientras que a otros dos «los tuvieron dando vueltas en ambulancias y hasta cuatro horas después no los ubicaron».

Ha criticado además que no se permitiese a los familiares sacar a los usuarios de las residencias y ha indicado que en su centro no se ha encerrado a ningún residente en su habitación porque «considera que es algo inhumano encerrarles como perros». «Mi coordinadora no estuvo a la altura en ningún momento. Nosotros no sabíamos en tres o cuatro días como estaban los usuarios que sacaron de nuestro centro», ha dicho, según recogió Europa Press.