La eléctrica mantendrá en el grupo 1 de Aboño su proceso de transformación para la quema de gases siderúrgicos y el grupo 2 seguirá como apoyo «ante cualquier indisponibilidad». La empresa asegura que las medidas no supondrán pérdida de empleo
14 jul 2020 . Actualizado a las 16:00 h.El sector del carbón estaba herido de muerto y acaba de recibir la puntilla. EDP acelera sus planes de descarbonización y su decisión tendrá consecuencias inmediatas para Asturias. La eléctrica solicitará el cierre del grupo 3 de Soto de Ribera en «las próximas fechas» y anuncia que mantendrá su actividad -con las novedades anunciadas hace medio año- en Aboño. La medida se enmarca dentro de una estrategia global que desarrollará en España y Portugal y la empresa asegura que los cambios no supondrán destrucción de empleo en Asturias. La decisión de EDP se suma a las dos clausuras de térmicas ya anunciadas en la región, la de Lada en Langreo, propiedad de Iberdrola, y la de Soto de la Barca, en Tineo, de Naturgy.
En el caso de las centrales de España, la compañía ha señalado que solicitará «en las próximas fechas» el cierre de Soto 3. En el caso de Aboño 1, la compañía «continúa con su proceso de transformación para la quema de gases siderúrgicos para 2022 y Aboño 2 se mantendrá como apoyo a cualquier indisponibilidad». Esta decisión -encuadrada en la estrategia de descarbonización del grupo EDP- se adopta en un contexto en el que la producción de energía «depende cada vez más de fuentes renovables». En Sines (Portugal) la eléctrica ya ha entregado a la Dirección General de Energía y Geología su declaración de renuncia a la licencia de producción para que pueda concluir su actividad en enero de 2021.
La empresa justifica su decisión por «el incremento constante de los costes de producción con carbón y la mayor competitividad del precio del gas natural y las centrales de ciclo combinado», factores que, en conjunto, provocan que «las perspectivas de viabilidad de las centrales de carbón hayan disminuido de forma drástica». De hecho, la eléctrica ha recordado que Soto 3 «no produce energía desde hace más de un año» y la central de Sines «está parada desde el 25 de enero, tras un año en el que la generación de energía eléctrica con carbón cayó a mínimos históricos».
Planes de futuro
En Soto de Ribera, EDP ha asegurado que está estudiando alternativcas con el objetivo de desarrollar «un proyecto innovador de almacenamiento de energía». Para la central de Aboño, EDP ya anunció en diciembre del año pasado que ha pedido la licencia «para la transformación de su grupo 1 en una central que utilice sólo gases siderúrgicos a partir de 2022». Aboño 2 se mantendrá como apoyo a cualquier indisponibilidad contribuyendo así a una economía más circular. «Este es el primer proyecto de transición justa que se desarrolla en una central de carbón en España», ha defendido la eléctrica, que se ha comprometido a que los cambios en las centrales de Aboño y Soto «no supondrán pérdida de empleo».
En Sines, EDP está validando el desarrollo de un proyecto de producción de hidrógeno verde, en consorcio con otras empresas. El proyecto se incluye en el plan de interés común europeo y tiene potencial de exportación por vía marítima. Esta alternativa en estudio para la producción de una fuente de energía limpia puede representar un nuevo ciclo para la región y para la economía portuguesa, ha afirmado la empresa.
Transición energética
EDP ha defendido su decisión y ha asegurado que continúa «validando y promoviendo proyectos alineados con la transición energética en todas las regiones donde tuvo centrales de producción con carbón». Estas potenciales inversiones podrán aún ser incluidas, según la eléctrica, en el fondo para la Transición Justa «con el objetivo de ayudar a las regiones a reconvertir su economía, cuidado del medioambiente y promover la actividad económica».
«EDP mantiene una posición de liderazgo en la transición energética, con una estrategia enfocada en la descarbonización y en el crecimiento sostenido en renovables. Con la aceleración de ese proceso, sobre todo en el último año, asistimos a una inevitable reducción de las perspectivas de rentabilidad de las centrales de carbón y la pérdida de competitividad de ese mercado. Frente a este escenario, EDP se refuerza con las elevadas inversiones en energía eólica y solar definidas en el plan estratégico», ha destacado Miguel Stilwell de Andrade, consejero delegado de EDP.
En opinión del reponsable de la compañía «estamos en el camino acertado para cumplir nuestros objetivos de sostenibilidad para 2030: tener el 90% de la producción con origen renovable y reducir en un 90% las emisiones específicas con respecto a 2005». Por último, ha detalladoque «la decisión de anticipar el cierre de las centrales de carbón se deriva de los bajos precios del gas y los elevados precios del CO2, así como de la estrategia enfocada en renovables y, alineada con las metas europeas de neutralidad de carbono, además de la voluntad política de anticipar esos plazos».