5.000 autónomos siguen con «cero ingresos» seis meses después del estado de alarma

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Los ocho miembros del Grupo Tekila durante una de sus actuaciones
Los ocho miembros del Grupo Tekila durante una de sus actuaciones

El colectivo ATA en Asturias calcula que solo uno de cada cuatro han tenido derecho a ayudas y reclama que no se cobre la cuota a quienes no han podido volver a trabajar

12 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba como pandemia el brote de COVID-19. Tres días después, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decretaba el estado de alarma en España que supuso el confinamiento de la población. A partir de ese momento, la vida de todos cambió en el ámbito personal y en el laboral, para algunas personas tanto que aún hoy siguen con su vida trastocada y grandes incertidumbres.

Un sector muy tocado por las consecuencias de la pandemia es, precisamente, el de los autónomos. De los 72.857 afiliados por cuenta propia en la Seguridad Social que había en Asturias a fecha 30 de junio, la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) calcula que el 8 por ciento continúa sin poder retomar su actividad. Es decir, unas 5.000 personas en autoempleo llevan seis meses con «cero ingresos» en sus negocios mientras tienen que seguir haciendo frente a los gastos que se derivan del mismo.

Patricia Oreña, presidenta de ATA Asturias, puntualiza para visibilizar la mala situación por la que están pasando muchos autónomos de la región que solo uno de cada cuatro han cobrado algún tipo de ayuda durante esos meses «por las características de su negocio». Así, la misma considera que las prestaciones «no han funcionado bien» y que lo trabajadores por cuenta propia han tenido que tirar de recursos propios para hacer frente a una situación para muchos cada vez más insostenible. Por ello, la misma reclama que el cese de actividad, que culminará el 30 de septiembre, se prorrogue hasta el mes de abril y que no se cobren las cuotas de cotización a los autónomos que no hayan podido retomar la actividad «porque no lo podrán pagar». 

Oreña lamenta que desde el Gobierno central se hayan puesto en marcha planes e iniciativas para los trabajadores por cuenta ajena, como el plan Me Cuida, y que del mismo se haya excluido a los autónomos cuando es un colectivo que supone el 20 por ciento del PIB. En su opinión, esa exclusión puede derivar en que muchos negocios tengan que cerrar. «Somos el sector de arréglatelas como puedas, el cajero automático del Gobierno», critica Patricia Oreña, que no acepta que se plantee el cese de actividad como una concesión de la administración «cuando es un derecho que tenemos los autónomos».

«Se calcula que cada autónomo ha tenido entre marzo y julio unas pérdidas de 12.000 euros por la merma de ingresos. Además, ha tenido unos 2.000 euros de inversión en medidas de seguridad, como mascarillas, geles y mamparas, para adaptar sus negocios. Sin embargo, en el mejor de los casos, las percepciones que ha tenido en ese tiempo entre todas las ayudas no llegan a los 3.000 euros», explica la presidenta de ATA, que hace hincapié en que «aunque la actividad se haya retomado, recuperación no ha habido».

«La cosa está mal», incide Patricia Oreña, que asegura que en el sector de trabajadores por cuenta propia se tiene la sensación «de que hablamos y nadie nos atiende ni nos escucha», y lo dice «porque me llama la gente enfadada» y en ocasiones trasladándole casos surrealistas. Como ejemplo pone el caso de una trabajadora autónoma que se encontraba en situación de baja por maternidad y ahora se le ha denegado el cese de actividad. «Igual que sacan decretos para cambiar unas cosas, pueden sacarlos para otras», reivindica la presidenta de ATA que, no obstante, se muestra consciente de que «la voluntad es muy importante para cambiar las cosas y en España parece no haberla», apostilla.

Estos son los sectores autónomos que siguen parados

Patricia Oreña traslada que hay sectores de trabajadores autónomos que por las características de sus negocios y por las imposiciones de las normativas no han podido retomar la actividad ni en las fases de desescalada del confinamiento ni desde que se instaurara el 21 de junio la nueva normalidad.

La misma enumera a la gente vinculada a la cultura y al espectáculo, como pueden ser cantantes, técnicos, feriantes u organizadores de fiestas; a quienes tienen negocios de ocio infantil, como ludotecas o parques de juego; los negocios de escape room; las academias de refuerzo; las agencias de viaje; o algunos pequeños negocios, como peluquerías, que por las dimensiones del establecimiento no pueden cumplir la distancia de seguridad y no les resulta rentable estar abiertos. También enumera la presidenta de ATA al colectivo de actores autónomos, que cifra en Asturias en unos 300 artistas.

«Esa gente sigue sin poder retomar sin actividad», comenta Oreña, preocupada porque haya negocios que no puedan superar las consecuencias económicas en las que para ellos ha derivado la crisis sanitaria de la COVID-19.