El cambio de paradigma entre los médicos de Urgencias del HUCA

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Óscar, Julia y Víctor, enfermeros del servicio de Urgencias del HUCA
Óscar, Julia y Víctor, enfermeros del servicio de Urgencias del HUCA

Pablo Herrero señala que, en lo más crudo de la primera oleada de la COVID 19, tenían un 60% del servicio de Urgencias del HUCA dedicado a pacientes con sospecha de infección

03 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Como médico de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), Pablo Herrero cree que su día a día se alteró por completo con la llegada de la pandemia. La asistencia en este servicio «cambió al 100%. Tuvimos que adaptarnos a la situación y hubo que separar circuitos de atención. Eso nos llevó a trasladar nuestra Unidad de Observación a una planta de hospitalización para poder usar esos espacios como zona de primera asistencia».

Se dividió el servicio en una parte de sucio donde se atendía a los pacientes con clínica infecciosa y otra limpia para el resto de los pacientes. Esta separación «suponía un incremento del trabajo para todos y un aumento de responsabilidad para el personal de enfermería del servicio, que no solo tenía que hacer el triaje de los pacientes para establecer su prioridad de atención, sino que tenía que inferir la sospecha diagnostica, algo que no siempre es sencillo». Pablo Herrero señala que, en los momentos más crudos de la pandemia, tenían «un 60% del servicio» dedicado a pacientes con sospecha de infección por el coronavirus. Ahora es «de un 12%».

«En Urgencias siempre se primaba la atención al paciente por encima de la seguridad del profesional. Casi todos los médicos de mi servicio hemos intubado en algún momento a un paciente grave o en parada cardiorrespiratoria sin colocarnos una mascarilla para no perder tiempo ante tal emergencia. Ahora, en cambio, perdemos unos segundos en ponernos un EPI para, después, atender al paciente», resalta. Ese cambio de paradigma «no ha sido fácil de implantar, pero ha demostrado su eficacia, dado que los contactos en el servicio de Urgencias han sido anecdóticos».

«Además, desde el servicio y por iniciativa de nuestro jefe, el doctor Luis Antuña, asumimos la gestión y organización de las tomas de muestras domiciliarias. Al principio fue con una enfermera, Julia, y un enfermero, Óscar, que se encargaban de ir a las casas de los pacientes sospechosos o con contacto estrecho con positivos a cogerles las muestras de los exudados. Ese grupo aumentó hasta un total de 16 personas que recogían las muestras en los tres turnos de mañana, tarde y noche», concluye.