Las fiestas privadas llevan al límite a los policías locales de Asturias

Carmen Liedo REDACCION

ASTURIAS

Policía Local Langreo.Dos policías locales patrullan entre las terrazas de la calle Celestino Cabeza, en la zona peatonal del centro del distrito de La Felguera
Dos policías locales patrullan entre las terrazas de la calle Celestino Cabeza, en la zona peatonal del centro del distrito de La Felguera

Los vecinos son los que denuncian y ponen sobre aviso a los cuerpos de seguridad de la celebración de reuniones de más personas de las permitidas en pisos y casas

23 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La vuelta de Asturias a una fase 2 modificada para tratar de contener el incremento de casos positivos de COVID-19 ha conllevado que las reuniones se limiten a un máximo de seis personas en toda la región y que se aconseje reducir al máximo los encuentros familiares no fundamentales. Con anterioridad el límite se había establecido en un máximo de diez personas para la ocupación de mesas en bares y restaurantes, y con los límites llega la picaresca para tratar de sortearlos. Las fiestas privadas en casas y pisos y los botellones han estado a la orden del día durante el verano y ahora continúan ante una situación ante la que mucha gente no se resigna.

Quienes dan cuenta de que «se están produciendo muchos casos» de fiestas que reúne a más gente de la permitida son las policías locales de Asturias, que en los últimos tiempos se han visto sobrecargadas de trabajo al tener que intervenir para disolver esos encuentros. Según traslada Ildefonso Rodríguez del Río, secretario general del Sindicato Independiente de la Policía Local de Asturias (SIPLA), en la mayoría de los casos son los propios vecinos los que avisan y ponen sobre aviso a los cuerpos de seguridad de la celebración de esas reuniones de más personas de las permitidas, que suelen llamar al escuchar ruidos y alboroto de gente.

«La gente trata de eludir la ley y buscan una válvula de escape a las restricciones», señala Rodríguez del Río, que añade que en las ciudades de Asturias los agentes locales están teniendo que actuar mucha más frecuencia ante denuncias de fiestas privadas que en los municipios más pequeños. «Después del estado de alarma y cuando la afluencia de turistas era alta, las intervenciones se multiplicaron por diez», comenta, advirtiendo de que para atender todos los casos que se están produciendo siguen siendo «los mismos agentes» porque «no se han reforzado» las plantillas, por lo que todas las actuaciones ante fiestas privadas en casas, pisos o locales recae sobre las policías locales generando que tengan «sobrecarga de trabajo».

Más efectivos y más pruebas PCR

«Necesitamos que se incorporen nuevos efectivos», reclama el secretario general del SIPLA, que añade que además de intervenir ante fiestas privadas también tienen que actuar con personas que han dado positivo en COVID-19 y no quieren cumplir la cuarentena y el aislamiento impuesto para evitar que sigan contagiando a otras personas.

«Así que nos jugamos el tipo todos los días, cuando tenemos que detener a gente contagiada o cuando tenemos que acceder a lugares o espacios cerrados, donde asumimos riesgos mayores», manifiesta Ildefonso Rodríguez del Río, que reivindica también que a los agentes de las policías locales de Asturias les realicen pruebas PCR con más asiduidad para evitar que ellos también puedan ser transmisores del virus. Como ejemplo pone que en Gijón sólo se les ha realizado una prueba en todo este tiempo, mientras que a algunos funcionarios del Principado ya les han realizado hasta cinco. Y advierte de lo que puede suponer tener que cerrar comisarías por contagios, como meses atrás sucedió con el cierre de jefaturas de Policía Nacional.

Las policías locales de Asturias también han tenido que incrementar su presencia en los momentos de entradas y salidas de los centros escolares, momentos en los que apunta que tienen que estar allí para hacer que se cumplan las normativas establecidas por los colegios para esta situación excepcional.