Faustino Blanco: «Fernando Simón ha sido un héroe en muchas ocasiones»

Luis Ordóñez
L. Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

Faustino Blanco
Faustino Blanco Tomás Mugueta

El exconsejero de Salud vivió en primera línea desde el Ministerio de Sanidad el estallido de la pandemia en España. De regreso a Asturias ha asumido la dirección de la FINBA

07 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Faustino Blanco, exconsejero de Salud en Asturias y también exdirector general de Salud Pública en los días en que estalló la pandemia en Asturias es una de las personas que vivió en primera línea de batalla las jornadas más duras de la expansión del coronavirus en España. Tras dejar el Ministerio regresó a Asturias para ser nombrado director de la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria del Principado de Asturias, la FINBA.

-Fue de las personas que vivió más de cerca los primeros días de la pandemia en el país ¿cómo los recuerda?

-El recuerdo que queda de esto es la enorme preocupación que se tuvo, una situación que era desconocida, que venía de una zona muy lejana que era China. El análisis de riesgo existía pero pensábamos que esa distancia nos permitiría verla en perspectiva. Después entra la realidad y es que era muy compleja; Italia empieza a alertar de que la situación que tienen en el país es muy difícil, nosotros tenemos una relación con Italia muy importante en términos de tránsito de población, llegan a España entre 8.000 y 12.000 italianos al día en condiciones normales. Todo eso empieza a escribir esta historia, dura, durísima porque se aprecia un daño inmediato y teníamos que tomar decisiones sobre algo que era desconocido. Teníamos experiencia con otras pandemias pero, como llegó ésta a Europa no existía nada parecido. Este virus agitó el mundo, no es algo propio de nuestro país, sino que puso al mundo en una alerta que pocas veces se pudo imaginar nadie. Tomar decisiones en ese ambiente de desconocimiento era tremendamente complejo y difícil, tenías que sujetarte siempre a un criterio que era la mejor evidencia científica que tuviéramos, las evidencias que hubiera en entornos próximos y tratar de aplicarlos a nuestra realidad. Dolor, dificultad, preocupación. Cuando tomas decisiones que afectan a un país contienen errores, seguro, pero desde luego nos movía el principio de responsabilidad y de honestidad, buscando sobre todo la transparencia porque si no da confianza un gobierno a sus ciudadanos se añaden más dificultades.

-Quizá en una grado mayor que en otros países, la gestión de la pandemia, más allá del debate sobre la gestión, se ha politizado, desde el 8M al tiempo en que se tardó en hacer obligatorias las mascarillas.

-El abordaje de esta pandemia estaba escribiendo una historia nueva, en la medida en que la evidencia nos iba marcando caminos que recorrer y se hicieron con toda la diligencia. Sí es verdad que parece que aquí hay un debate político excesivo, también lo ha habido en otros países pero quizá no con la expresividad de aquí. Pero también debo decir, a favor del entendimiento, que en el consejo interterritorial en el que están representados todos los gobiernos de las autonomías y de las ciudades de Ceuta y Melilla, y que son además de distinto signo político, siempre hubo un alto grado de consenso, altísimo, casi se puede decir que se tomaban las decisiones por consenso. Otra cosa es la expresividad política de esas decisiones, que se veía cuando los gobiernos tenían que implementar las medidas, si había que singularizar algo, que a veces es razonable porque no todos los territorios son iguales, y entonces sí a veces se veía que se intentaba sacar ventaja política. Eso es lo que me parece más rechazable cuando estamos ante algo que nos concierne a todos y produce daño global y no tiene fronteras el virus. Eso ha sido doloroso pero me quedaría más con el alto grado de consenso que con ese disenso, que si bien era explícito en los medios se correspondía mucho más a esa intencionalidad que tampoco la quisiera remarcar porque nos hace más pequeños.

-¿Es por esa complejidad por la que se tardó en hacer obligatorias las mascarillas?

-Uno tiene que tomar decisiones que sean efectivas y posibles. A nadie se le escapa que nos pilla la pandemia con dificultades de equipos y cuando tienes déficit tienes que ser muy selectivo en la toma de decisiones, en dónde están las prioridades. En la medida en que estos temas se fueron resolviendo, y ese fue uno de los principales caballos de batalla, eso nos permitía ir tomando otras decisiones para normalizar entre la ciudadanía actos de responsabilidad como este. Hoy en día, aunque ya hay una expectativa de esperanza, debemos mantener la responsabilidad individual, con el uso de la mascarilla, también el lavado de manos y la distancia social y procurar cuidar la burbuja social. Eso no se consigue por un acto admnistrativo, se consigue después de trasladar a los ciudadanos información.

-Fernando Simón ha sido la cara visible del Gobierno en la pandemia, ha recibido también muchas críticas.

-Es lo que pasa cuando el debate es adversarial; errores los hay, pero sobre todo en una persona de alta exposición, se magnifican. Creo que lo que hay que reseñar de Fernando Simón es el papel tan difícil que tiene, una figura que traslada a la población que el mensaje procede del ámbito profesional sin rehuir la responsabilidad política, ese Fernando Simón es el que debe quedar. Ha sido un héroe en muchas ocasiones y lo que no puede ser es que ahora mismo se le quiera presentar como un pim pam pum. Yo le respeto reconociendo que cometió errores, como todos. Sólo comete errores quien asume una responsabilidad, de nosotros se espera que tomemos decisiones, determinación y rigor.

-Asturias salió de la primera ola en primavera como una comunidad destacada, pero no ha sido así en la segunda ¿qué se ha hecho mal?

-No se puede hacer un juicio en tiempo real, ya veremos si hubo equivocaciones. En la primera oleada Asturias hizo un enorme trabajo, demostró que el sistema tenía músculo, que tenía agilidad para abordar el problema y las decisiones que se tomaron estaban en la línea del conocimiento que se tenía en aquel momento. También es cierto que tiene singularidades Asturias, es periférica, es un territorio muy definido más fácil de confinar, pero también hay que señalar que tenemos una población muy vulnerable por la propia demografía y, sin embargo, se contuvo. Y la razón es tener un sistema sanitario sólido y también unos servicios sociales que trabajan de forma coordinada con el sector sanitario. ¿Qué pasa en esta segunda ola? Pues lo que le ha pasado a Alemania o a Italia. Los ciclos no tienen el mismo ritmo en todos los sitios. Cuando empezó la segunda ola en España parecía que Italia estaba exenta y se ponía como ejemplo y poco tiempo después tanto Italia como Alemania, como Holanda tuvieron su segunda oleada y les dio duro. Yo creo que Asturias está en ese espacio, pero nuevamente se tomaron decisiones, importantes y exigentes, y estamos doblegando la curva así que, pendientes de analizar lo que pudiera ser mejorables, yo creo que se puede decir que de nuevo Asturias asumió su responsabilidad. Fueron decisiones asumidas desde la presidencia, y eso les da mucha fuerza, y creo que fueron acertadas. Incluso cuando el presidente planteó un confinamiento, y no entró en la agenda, se siguieron tomando decisiones porque el momento lo exigía y estamos viendo ahora que estamos trabajando para doblegar la curva.

-Las medidas aprobadas en Asturias son muy restrictivas, más que en otros territorios ¿es por esas singularidades?

-Es que las singularidades hacen que sean estrictas, no digo más ni menos. Creo que en todo el territorio se tomaron decisiones muy equiparables, no creo que haya mucha diferencia entre lo que se ha hecho en Aragón o Andalucía o Castilla y León que es más próxima a Asturias. Ha habido un debate político en algún caso concreto que yo no quiero hacer mucho énfasis en él porque todo el mundo lo conoce pero creo que en Asturias todo el mundo debería saber que tenemos una demografía tremenda y que la solidaridad intergeneracional tiene que demostrarse en situaciones como esta. Somos muy vulnerables, tenemos una población muy anciana y está clarísimo que si hablamos de letalidad de este virus hablamos de poblaciones por encima de los 65 años, con una letalidad por encima de los 70 y 80 que a mí me resulta muy duro ver. Todo esto justifica la exigencia de las medidas que ha hecho este gobierno del Principado que creo que han sido pertinentes y adecuadas al momento.

-El FINBA es parte de su legado como consejero ¿se lo ha encontrado muy cambiado?     

-Yo no quisiera decir que es un legado mío, creo que es una apuesta del Gobierno de aquel momento, por el que siento una enorme satisfacción. Seis años después de constituirse FINBA hablamos de ella y de su instituto, una realidad que tenemos que proyectar hacia adelante. Me encontré una organización bastante consolidada, siempre hay incertidumbre cuando algo se inicia, y ahora necesitamos considerar algunas decisiones, un impulso definitivo que son las acreditaciones del instituto de investigación, del ISPA. Esa prioridad va a ser absoluta y yo me voy a dedicar a ella con toda la capacidad del equipo que lo ha llevado hasta ahora. Quiero añadir un plus a todo eso, que este proyecto debe mirar a todos los entornos y especialmente a uno que es el sistema sanitario. Primero por la proximidad al HUCA pero para todo el sistema y que desde allí se vea la FINBA y su instituto como su instrumento de generación de conocimiento y por tanto de apoyo a los profesionales. Tenemos un personal clínico excelente y esto le puede dar el marchamo de investigador que necesitamos.

-Hablamos de la acreditación del Instituto Carlos III, ¿ha habido retrasos, qué plazo se marca para conseguirla?

-Yo ya me encontré el tema muy avanzado y de hecho le dije al equipo que vengo aquí a construir desde los realizado, no vengo a rediseñar nada. Vamos a construir a partir de lo hecho, que es bueno. En las reuniones que he tenido con el equipo que trabaja en la acreditación les he pedido que le den impulso y que si hay que poner elementos adicionales lo haremos. La previsión es hacer la presentación de la documentación en el plazo más breve posible, no quiero ponerme un plazo que me estrangule pero podemos decir que entre este mes y enero puede estar todo realizado. A partir de esa entrada en la evaluación sigue un proceso porque la documentación se presenta y se tiene que auditar.

-La FINBA cuenta con investigadores de todas las instituciones científicas: Universidad de Oviedo, CSIC, HUCA y red hospitalaria, sin embargo, no parece que tenga un peso significativo en el ecosistema científico, ¿qué le falta?

-Creo que hay muchos grupos de investigación que trabajan en el entorno FINBA e ISPA, ahora mismo en el entorno de esta institución hay unos 800 investigadores, es decir, hablamos de algo que ya tiene solidez. Lo que tenemos que hacer ahora es eso que llamamos generar el ecosistema y creo que es algo que se está produciendo, tiene un ritmo, no se trata de precipitarse para aparentar sino parecer lo que realmente somos. A mí me parece muy importante generar un entorno donde el investigador se sienta realmente arropado y atendido. Que tenga un sentido de pertenencia y que no vea esto como un instrumento más con una carga burocrática. El instituto debe de tener instrumentos ágiles para que esa gestión dé respuestas a las demandas de los profesionales, que realmente les sirva para desarrollarse. Yo quisiera que la atención primaria mirara a este entorno, nosotros vamos a mirarles con detenimiento a ellos. La pandemia ha demostrado la importancia del papel de la atención primaria dentro del sistema sanitario y esa importancia no es sólo asistencial sino que debe tener un aspecto de investigación aplicada.

-¿En que se especializará la fundación?

-Eso está clarísimo, el instituto tiene una estrategia y un plan muy definido. El plan estratégico tiene un horizonte de 2021 a 2025 pero es dinámico, tenemos que revisarlo y actualizarlo constantemente porque si no lo hacemos no seremos competitivos y la ciencia hoy es competitiva. Si queremos aproximarnos al Carlos III y entornos europeos de investigación debemos de tener una identidad para presentarnos con solvencia, pensando en la financiación. Tenemos una dirección científica que es fuerte, que está enraizada con el entorno al que se dirige, y los retos pasan por salud y envejecimiento, cáncer además de medioambiente y salud. En esos campos haremos más acento porque en la medida en que tengamos nuestra especialización seremos más competitivos.

-¿Espera ampliar el número de patronos?

-Tenemos que hacer que la fundación sea lo suficientemente atractiva para que incluso nos demanden entrar. Una parte de mi trabajo tiene que ser atraer ese patrocinio, con distintas fórmulas, desde los patronos a los benefactores. Estoy haciéndome el escenario de dónde ir, dónde recuperar. Sin cambiar los objetivos que nos mueven como organización de investigación médica y sanitaria, y es algo que debe marcar las instituciones de Asturias, también hoy en día la colaboración público-privada es algo que casi nadie discute, a los patronos tiene que resultarles atractivo por su responsabilidad social al tiempo que el área de o biosanitario o lo biomédico es a la vez un área de importante actividad económica, así que lógicamente aquello que se pueda trasladar en productos y servicios debemos impulsarlo, pero sin pervertir la misión principal que es atender a las necesidades de los asturianos