Un pastor y quesero de 25 años, en la Junta: «No deseo vivir de ayudas ni de daños, sino de lo que me dan los animales»

ASTURIAS

José Luis Alonso en la Junta del Principado
José Luis Alonso en la Junta del Principado

José Luis Alonso denuncia la mala situación que atraviesan los ganaderos por los ataques del lobo en la Junta General del Principado

08 dic 2020 . Actualizado a las 18:00 h.

«Yo quiero soluciones ya. ¿Qué es que los lobos alimentan a más familias que las que mantengo yo? Solo quiero que mi rebaño y el de mis compañeros estén libres, como estuvo hace treinta años. Antes vivían y había muchísima más gente. El futuro estaba fijo, ahora ya no hay nada. Y todo por culpa del lobo y la mala administración». Así denuncia José Luis Alonso, elaborador de Gamonéu del puerto, la mala situación que atraviesan los ganaderos por los ataques del lobo en la Junta General del Principado.

«No deseo vivir de ayudas ni de daños, sino de lo que me dan los animales. Pero, las cosas se están yendo de las manos», advierte el joven, quien asegura que, si tiene que depender de ese dinero, entonces mañana mismo llama a un camión y carga todo el ganado. «A mí lo que de verdad me afecta es el destrozo que me hacen al rebaño y, después, la miseria que nos pagan. Yo quiero que el rebaño se respete. No quiero matanzas en él. Tengo que ganar el sueldo, de una manera u otra, pero con los animales», defiende Alonso.

A sus veinticinco años se embarcó en la compra de una quesería que estuvo muchos años cerrada y que «me valió una millonada» para recuperar esa labor de antaño. Con esfuerzo y sacrificio el joven vive a duras penas del beneficio que le proporciona su rebaño de ovejas. Pero, no quiere que el lobo le acabe echando de Picos, donde en un futuro quiere seguir y formar una familia. «Aquí hay muchísimos lobos, que no nos tapen los ojos de que no hay. No me cabe en la cabeza de que estén en peligro de extinción», explica Alonso.

Por eso, considera que «la solución más viable y efectiva es matar. Que me mate a mí una oveja no duele, pero matar un lobo sí. Estoy seguro que le cae más pena a un paisano que mata a un lobo, que a un paisano que mata a otro paisano. Hay que hacer censos y dejar de engañar a la gente», sentencia Alonso, quien más de una ocasión se vio perjudicado por los ataques del lobo. «Están los daños de la primavera de 2017 y 2018 sin pagar. Yo tengo que cumplir siempre el pago de impuestos, así que ellos hagan lo mismo», añade.

Lo cierto es, que este joven pastor debido a su propia experiencia, intenta prevenir los estragos que causa el lobo en la ganadería.  A diario guarda el rebaño, pero no tiene tiempo suficiente para estar todo el día pendiente de él. «Yo tengo que estar haciendo el queso, estar ordeñando y también tengo que estar a la vez cuidando las ovejas. O uno u otro. Yo no tengo porque pagarle a nadie para que me atienda el ganado. Esto se supone que es para vivir uno. Antes así se hacía, y yo quiero hacer ese trabajo tradicional que se hacía antes. No tengo porque cambiar nada», explica Alonso.

«La culpa de esta situación es de la administración y de los que defiende al lobo. Tienen que pagar los animales a precios justos y dar las subvenciones a su debido tiempo. Además de condicionar los montes, entre otras cosas», denuncia Alonso y, al mismo tiempo, asegura que cree más en los Reyes Magos que en los propios políticos que «lo único que hacen es prometer». 

«Yo ahora mismo no quiero quitar la ilusión a nadie. Cuando yo empecé estábamos así y hubo gente que me animaba porque el relevo generacional es muy importante. Pero, ahora mismo no animo a nadie. Según están las cosas cuesta mucho seguir», advierte. Por eso, exige al consejero explicaciones y hechos. «Nada de pasarme la mano por encima como me hizo alguna vez y decirme: vamos a hacer que te paguen los animales bien. A mi no me hagas eso, quiero que cumplas lo que prometes. Yo porque me paguen los animales bien no voy a vivir, yo vivo con lo que me dan», sentencia.