Dueños de bares y restaurantes creen que «todas estas limitaciones no sirven de nada si no se extienden a otros sectores», como las empresas de transporte de viajeros y las grandes superficies
21 dic 2020 . Actualizado a las 10:14 h.La reapertura en Asturias de negocios no esenciales para la temporada navideña no está suponiendo, en muchos casos, una tabla de salvación para establecimientos de sectores como la hostelería. Más bien se percibe como un modo de minimizar unas pérdidas que empiezan a ser insostenibles para un nutrido número de locales.
Hostelería con Conciencia hace su valoración de la primera semana de apertura y, desde la plataforma, el balance es de todo menos entusiasta. Saben que es «prematuro comparar la campaña actual con respecto a la de la Navidad pasada, pero es importante analizar hacia dónde apunta la tendencia del consumo, que se ha visto mermado inevitablemente por las restricciones y limitaciones impuestas por las autoridades del Principado».
En primer lugar, señalan que «la hostelería es una actividad con múltiples realidades y que cada negocio ha tenido una reapertura diferenciada y asimétrica». Mientras los negocios con terraza «han descendido su facturación en torno a un 20%, los locales sin terraza han visto cómo su volumen de ventas descendía un 50%, ya que el consumo en barra es una parte importante en este tipo de negocios».
El peor dato, «con un 70% de caída en la facturación», se lo llevan «los establecimientos con servicio de restaurante y que carecen de terraza, debido a que la restricción horaria perjudica la hora de las cenas. En algunos casos, las prohibiciones han llegado a imposibilitar la apertura, al limitar la actividad hasta cifras inviables». Desde Hostelería con Conciencia calculan que, solo en su asociación, «un 30% de negocios no pudo volver a la actividad».
Por otra parte, son conscientes de la situación de tensión en que la pandemia ha situado a la sociedad y al sistema sanitario. Insisten en que acatan «las medidas que se han tomado desde las autoridades sanitarias». Es por eso que hacen visible su preocupación y malestar con algunos compañeros del sector, que «han decidido hacer mala praxis y seguir el camino fácil de priorizar la caja a la salud».
Desde el colectivo exigen «a las autoridades competentes que hagan valer las nuevas restricciones penalizando a quien las incumpla frente a quienes acatamos con esfuerzo y con conciencia los límites impuestos. La salud está por delante de la facturación». Por último, consideran que «todas estas limitaciones no sirven de nada si no se extienden a otros sectores. Las empresas de transporte de viajeros y las grandes superficies son lugares de confluencia donde las distancias y las restricciones de aforo parecen olvidarse».
«La salud de los clientes, usuarios y sus trabajadores deberían de estar por encima de los intereses económicos de cualquier negocio pequeño, mediano o grande», concluyen.