Arturo Obegero: «Desfilar en París tras llevar solo 9 meses con mi propia marca... la cosa empieza a ponerse seria»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

El joven diseñador asturiano, Arturo Obegero
El joven diseñador asturiano, Arturo Obegero

El joven diseñador tapiego, que diseña desde su pequeño piso de París, ha dado el gran salto y presentará sus propuestas en la Semana de la Moda

23 ene 2021 . Actualizado a las 13:28 h.

De ahorrar para poder estudiar a crear su primera colección, de trabajar en la casa de moda más antigua de París a montar su propio taller en casa, de lanzar su propia marca a desfilar al cabo de unos meses con Dior o Louis Vuitton. Así es como el diseñador tapiego, Arturo Obegero, ha ido cosiendo poco a poco su éxito. La joven promesa participa por segunda vez en la Semana de la Moda de París, donde presentará su nueva colección junto con las grandes firmas.

-¿Cómo surge su pasión por la moda?

-Siempre intento buscar las razones de mi pasión por la moda. En mi familia nadie se dedicaba a ello, pero un cúmulo de cosas hizo que desde pequeño me gustase este mundo. Desde niño bailaba con mis amigos y preparábamos coreografías por los festivales y ahí quedó un poso en mi mente sobre las puestas en escena y los estilismos del teatro. Poco a poco fue surgiendo la idea. Con la llegada de Internet, descubrí al diseñador Alexander McQueen y me apasionaba su trabajo. Además, mi tía Lola me regaló un libro de Yves Saint Laurent, que acabó conquistándome por completo. También siento una gran influencia por mi pueblo natal, Tapia. Y es que si Tapia no te inspira algo es que no tienes nada dentro. Esos atardeceres de mil colores, esos grises y azules durante el invierno, las olas del mar rompiendo contra las rocas… Es una belleza, que es pura poesía. Por eso, con 13 años y con la ayuda de mi madre cree un sobre con dinero. Como vengo de una familia que no tiene grandes recursos, decidí ahorrar para poder cumplir mi sueño. Nada más que terminé en el instituto fui a La Coruña para estudiar en la Escuela Superior de Moda y Diseño Goymar. Fueron tres años de carrera y como siempre tuve la espina de ir a Central Saint Martins en Londres, donde estudiaron los diseñadores más potentes y que también admiro, envié mi porfolio porque en Galicia la formación era mucho más comercial. Ahí todo gira en torno a Inditex. Me cogieron y conseguí graduarme en el máster. Pero, mientras tanto, todos los veranos trabajaba de camarero en Tapia para conseguir dinero y poder costearme mis propios gastos.   

-Tras salir de la prestigiosa escuela, se le rifaron muchas casas de moda. ¿Por qué optó por Lanvin?

-Tras graduarme en el 2018, no sabía qué hacer, si trabajar o seguir estudiando, y envié mi currículum a varias casas de moda. Saint Laurent y Lanvin fueron las primeras en escribirme para notificarme que estaban interesados en que formase parte del equipo. Me integré en Lanvin porque era muy prometedor, ya que se trata de la casa de moda más antigua de París. Además, me enseñaron a cómo funciona la gran industria de la moda. Pero, solo estuve un año porque decidí sacar mi propia firma. No quería tener cincuenta años y seguir trabajando en el mismo sitio. Así que me lancé. No es que no piense las cosas, pero no se puede dar muchas vueltas a la cabeza porque sino te agobias. Es cierto que tuve suerte, pero, también, mucho trabajo. Saqué la marca durante el confinamiento y, aunque no es una buena época, tuve una respuesta muy buena. Tanto de la prensa, como de los clientes… hay feedback. Esto me permite pagar las siguientes colecciones.

-Entonces, ahora, ¿cómo lleva el proceso de elaboración de sus propias prendas?

-Ahora lo hago todo en mi piso de París. Tengo una habitación pequeña en la que tengo una mesa; una máquina de coser, que no es industrial porque son muy caras sino que es más bien pequeña y una plancha. Aquí realizo el patronaje, confecciono, coso, en definitiva, todo. La producción es la única externalizada, que me la lleva a cabo una telera parisina. El resto está hecho con mis propias manos.

-Poco a poco ha ido cosiendo su éxito. El sábado va a participar por segundo año en la Semana de la Moda hombre de Paris. ¿A nivel personal y profesional, qué supone desfilar, aunque sea de manera telemática, con grandes firmas?

-Pues estoy un poco nervioso y aún no soy consciente de la realidad. Formar parte del calendario oficial después de llevar solo nueve meses con mi propia marca es un apoyo. Ahora es cuando empieza a ponerse seria la cosa. Es el momento de dar un paso adelante y empezar a jugar de verdad. No es que no lo viniese haciendo, sino que no a este nivel. Yo no tengo los presupuestos que tiene Dior u otras marcas más jóvenes, sino que estoy donde estoy gracias a mi familia. A mi madre y mi hermano que me ayudan. Por eso hago lo mejor con lo que tengo.

-¿Con qué sorprenderá a los espectadores? ¿Puede adelantarnos algo?

-Sí. Debido a la pandemia hay que hacer un vídeo creativo en el que se cuente la historia de la marca o, bien, se explique la colección. Por eso, para esta ocasión, voy a presentar Puro Teatro. Con mi nueva colección quiero hacer un reflejo del mundo, de la actualidad, y de cómo me siento: un joven diseñador entrando en la industria de la moda. Personalmente, la industria de la moda me apasiona pero considero que puede llegar a ser muy superficial con las redes sociales. A veces un simple selfie se valora más que nuestro trabajo. Además, hay gente que no entiende de moda y habla de ella porqué es la moda. Hoy en día, parece que estamos en un teatro, en una actuación constante en la que buscamos el aplauso. Realicé todas las piezas de la nueva colección con cortinas de teatro de todo el mundo para así reflejar esta historia. Las cortinas siempre están en escena y se llevan lo mejor y lo peor del público. Además, siempre tienen la mejor vista. Ven a los bailarines todo el rato, a las personas que se sacrifican por sus metas, etc. Y todo esto me parece una idea romántica, innovadora y responsable. He creado exclusividad porque se trata de piezas únicas y especiales llenas de alma.

- Es decir, con esta colección transmite un potente mensaje

Sí. Los looks generados reflejan de manera más potente los sentimientos de cómo el mundo de la industria te apasiona, pero te paraliza un poco. Hay una cultura de la cancelación. Como hay que aparentar que todo es perfecto en redes, he creado prendas que no te dejan ver perfectamente, ya que te tapan el rostro o las manos. Son bonitas, pero a la vez reflejan sentimientos. Algo que me parece muy importante en este mundo. No solo hay que ser comercial sino hay que trasmitir un mensaje con cada una de las prendas. Está de moda saber estar de moda y ser diseñador, pero falta alma detrás.

-Por tanto, ¿cuál es su sello de identidad?

-Para mí, lo más importante está en el corte y la silueta. Me apasionan los pantalones altos y las camisas fluidas de seda supersensuales. Mis prendas son minimalismo puro, que ayudan a prolongar la figura, sobre todo en el cuerpo masculino son muy innovadoras. Además, siempre apuesto por el negro, ya que considero que es con el que más te puedes centrar en la silueta. Asimismo, como también me baso mucho en el flamenco, con este color puedes expresar lo alegre, lo vital, la formalidad… Es el color que más me inspira y el que para formarlo tienes que poner todos los colores. También en mis colecciones está presente Tapia y Asturias como, por ejemplo, con diseños inspirados en los pantalones de los gaiteros. Siempre barro para casa.

-¿Qué diseñadores son su influencia?

-Me inspiro, principalmente, en Cristobal Balenciaga. Los dos venimos de pequeños pueblos del norte de España, de sitios similares y, además, utiliza la cultura española en sus colecciones y se centra mucho en la silueta. Algo que a mí también me apasiona. También me fijo en Alexander McQueen, que es el mejor diseñador existido. Sus piezas estaban increíblemente confeccionadas y eran maravillosas. Además, contaba historias políticas sobre la moda, el cambio climático… La moda es contar no solo poner algo.

-Palmira fue su primera colección, ¿sigue estando presente en el resto de colecciones?

-Por su puesto. Fue la colección, que hice para el trabajo final de máster en Saint Martins. Ahí te sacan hasta la última esencia que se refleje en tu trabajo y, por tanto, son los pilares de tu futuro. El negro que tanto me caracteriza lo saqué de ahí. Pero, es cierto, que con cada colección me estoy empujando para avanzar e ir más allá. Estoy creciendo y dentro de mis códigos y estética quiero involucrar referencias y retarme. Palmira sigue presente con las camisas y los cortes altos. Además, es la única colección permanente en mi página web. Es mi uniforme y piezas esenciales, pero voy evolucionando y mejorando los patrones.

-¿Qué objetivos profesionales tiene?

-Crecer personalmente e involucrar a más gente en el equipo. Coser y crecer. Poco a poco quiero encontrar financiación y crear mi propio estudio. Quiero crecer orgánicamente y responsablemente. No estoy aquí para ser lo mejor durante dos semanas, quiero estar aquí para durar. No ser famoso por dos minutos, no me interesa ser un diseñador celebritie sino quiero que mi trabajo sea exitoso y se me reconozca. Por eso, vuelco todo mi talento en mi trabajo. Esto es muy caro y hay mucho trabajo detrás de una prenda y me gustaría volver un poco a reeducar esta cultura, para que la gente valore las prendas y, en definitiva, la moda.

-Por último, ¿cuál es su sueño en el mundo de la moda?

-Quiero ser el primer director creativo español de la casa Balenciaga, eso sí después del creador. Pero ahora para mí lo más importante es estar centrado en mi marca y sacar el dinero suficiente para poder seguir adelante.