El asturiano que pasó de trabajar en la construcción a cuidar a enfermos de covid: «El mejor cambio que hice en mi vida»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

El lavianés Celso González que pasó de trabajar a la construcción a cuidar a enfermos de coronavirus
El lavianés Celso González que pasó de trabajar a la construcción a cuidar a enfermos de coronavirus

El lavianés Celso González estudió auxiliar de enfermería y asegura que trabajar en primera línea de batalla «fue una situación muy dura porque acabas cogiendo cariño a los pacientes»

20 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia por el coronavirus no solo ha traído consigo problemas y desgracias, sino que también ha permitido contar buenas noticias. La actual situación sanitaria ha sacado a relucir historias de superación y también de generosidad, de solidaridad, como es el caso de Celso González. Este lavianés, de 42 años y afincado en Ciaño, después de trabajar más de 10 años en una empresa de construcción, pasó a ponerse un Equipo de Protección Individual (EPI) para luchar en primera línea contra la enfermedad como auxiliar de enfermería. «Fue el mejor cambio que hice en mi vida. Siempre me gustó la sanidad y tratar con la gente mayor, incluso hasta monté una asociación», asegura.

Un accidente laboral en el año 2010 fue el detonante para que González pudiese cumplir su sueño. Tras quedar de baja por el incidente estaba preocupado por si no podía volver a trabajar. Pero, «me llegó la oportunidad de hacer un módulo de Auxiliar de Enfermería aquí en Ciaño y dije, por qué no», cuenta. Un curso que le sirvió muchísimo. No solo lo animó mentalmente puesto que le iba a abrir más vías laborales, sino que aprendió y a adquirió valores como persona. «No me arrepiento de haberlo hecho sino de haberlo hecho tarde, ya que cuando yo estudié esta formación ya existía», reconoce.

En el momento que lo llamaron para trabajar unos meses en el Centro de Referencia Estatal para personas con Discapacidades Neurológicas (CREDINE), uno de los centros asturianos que fue habilitado para enfermos de coronavirus, «fue un sueño». Pero, también reconoce que «estaba nervioso» ya que se embarcaba de lleno en la profesión y apenas contaba con experiencia. «Solo había trabajado unos días en Sanatorio Adaro y el hospital. Pero no tenía nada que ver porque aquí había que estar constantemente controlando a los pacientes y acatar, por supuesto, todas las medidas de prevención. Aunque sí que en su momento estuve en contacto con personas con enfermedades contagiosas», asegura. 

Pese a la satisfacción de poder ejercer de lo que más le gustaba, fue una situación muy dura. «Era gente mayor y les acabas cogiendo cariño, se hacían querer y podías aprender de ellos». Por eso, «te daba pena cuando hacías un cambio de turno, volvías y veías que alguien no estaba y preguntabas si le dieron el alta y te contestaban que había fallecido… era un bajón tremendo», asegura. Además, añade que también le dolía cuando veía que el paciente estaba muy enfermo y, por ende, cada vez se iba apagando poco a poco. «Me gusta que haya menos personas ingresadas, pero eso no quiere decir que tengan que salir en una caja. Deberían de estar en sus domicilios y bien», relata González.

Aun así, está bastante contento y repetiría siempre la experiencia. «El trabajo sanitario es más cercano, animas a la gente… doy el trato que me gustaría recibir a mí y es un empleo muy bonito. No hay mejor cosa que tratar a la gente como se merece. El que está enfermo bastante ya tiene con él», señala. Al mismo tiempo, da gracias de que «la pandemia puso en valor el papel de los sanitarios». También reconoce que, en su caso, le sirvió para darse cuenta de que «muchas veces como pacientes o acompañantes no respetamos el trabajo del personal médico cuando siempre velan por nuestra salud o la de nuestros seres queridos». Sin embargo, lamenta que se «hubiese cebado tanto con la gente mayor».

Por eso, pide responsabilidad social y paciencia. «Todavía falta mucho para acabar con el coronavirus, pero la ciencia está haciendo todo lo posible para que esto se solucione pronto», asegura. Mientras tanto insta a cumplir las medidas sanitarias como, por ejemplo, el uso de las mascarillas. «Son molestas pero ayudan a prevenir contagios», recalca. Asimismo, insiste en que el coronavirus es una realidad que se está llevando por delante la vida de muchas personas. De esta manera, lamenta que «hasta que la gente no se ven enfermos o que pierden a alguien muy cercano no se dan cuenta» y clama porque «se abran los ojos».