Asturianos en Ceuta: «Marruecos ha puesto buses gratuitos para traer gente a la frontera»

ASTURIAS

Cientos de personas se dirigen hacia la frontera con Ceuta desde Fnideq, la antigua Castillejos
Cientos de personas se dirigen hacia la frontera con Ceuta desde Fnideq, la antigua Castillejos Mohamed Siali | Efe

Varios residentes relatan de primera mano la actualidad en la ciudad autónoma, marcada por la crisis migratoria en la frontera con Marruecos

20 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El ingreso por covid-19 en un hospital de Logroño de Brahim Gali, de 73 años -líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui- ha sido el desencadenante aparente de una crisis migratoria sin precedentes en España. El gesto, que no fue del agrado de Marruecos, ha provocado un enfrentamiento entre ambos países que ha desembocado en la entrada masiva de unos 8.000 inmigrantes a Ceuta a través del espigón de El Tarajal, uno de los puntos clave en la frontera con el país marroquí. «La situación está más controlada, pero no normalizada». Es el mensaje de varios residentes asturianos en la ciudad autónoma. «El poder marroquí ha incentivado a sus nacionales con un llamamiento de que la frontera con España estaba abierta, incluso poniendo autobuses gratuitos desde ciudades como Tánger o Tetuán», asegura José Antonio Saiz, afincado en Ceuta desde el año 88.

Durante las jornadas del lunes y martes de esta semana la sensación en Ceuta a pie de calle era de «incertidumbre, preocupación y tensión». Natural de Avilés, Saiz, de 59 años, lleva viviendo en la ciudad autónoma más de tres décadas junto a su mujer y sus dos hijos. «Las imágenes son muy impactantes, pero te puedo garantizar que la situación a día de hoy es de absoluta tranquilidad», afirma. Ana Viña, de 41 años, y su marido, Fran García, de Luanco y Avilés respectivamente, residen en Ceuta desde hace cinco años con su bebé de apenas un año. Ella trabaja en la aduana y él es funcionario. Aseguran que «la realidad es más grave de lo que se ve, en el sentido de que Ceuta es muy pequeño y tanta cantidad de gente fue una avalancha». Por su parte, Susana Hevia, de 42 años, natural de Nava, lleva trece en la ciudad trabajando como presentadora en Radiotelevisión Ceuta (RTVCE). La comunicadora coincide en que «ahora la situación está mucho más contralada, pero no normalizada», subrayando que «en los medios a nivel nacional se están viendo imágenes sobre todo de puntos calientes».

Por la izquierda, Susana Hevia, Fran García, Ana Viña y José Antonio Saiz
Por la izquierda, Susana Hevia, Fran García, Ana Viña y José Antonio Saiz

Si bien durante las jornadas del lunes y el martes, entre los ceutís reinó la incertidumbre y la tensión, «la sensación del miércoles por la mañana fue muy diferente. El martes parecía que la situación se podía desbocar por completo», asegura José Antonio Saiz. Datos gubernamentales cifran en más del 60% las personas que han regresado a Marruecos tras entrar en territorio español. «En la ciudad somos conscientes de que va a haber un grupo de personas que no estaban antes y van a estar ahora. Personalmente no me crea ninguna preocupación, pero es verdad que no van a tener trabajo ni dónde vivir, lo que genera cierta incertidumbre en parte de la población», explica Saiz, que subraya que su objetivo no es quedarse en Ceuta sino que «es un sitio de paso para irse a la Península o donde sea». Además, dado que su mujer y su hija trabajan en el hospital, asegura que el martes pasaron por el servicio de urgencias muchas personas con golpes, luxaciones o cosas algo más graves». «La imagen que se transmitió era más de lo que realmente era. Es cierto que había mucha gente joven por la calle, pero en ningún momento veías una actitud agresiva. Es difícil de comprender, pero estaban como de visita», remata Saiz.

«Se ve un poco más de control, que era lo que no se veía el lunes y el martes»

Desde el punto de vista de la luanquina Ana Viña, el martes cuando salió a vacunar a su pequeño sintió una sensación de tristeza. «Solo se veían grupos de chavales deambulando por la ciudad». También cree que «esto se veía venir, pero no con esta magnitud de gente. Hace mucho tiempo que Marruecos está abriendo y cerrando la frontera, intentando hacer un poco lo que le da la gana». Por su parte, la comunicadora naveta Susana Hevia explica que ahora «las autoridades marroquíes han dejado a un lado esa pasividad que tenían para controlar la frontera, sigue también la labor de contención del ejército y se ha reforzado la presencia de guardias civiles y Policía Nacional. Se ve un poco más de control, que era lo que no se veía el lunes y el martes».

Teniendo en cuenta que Ceuta cuenta con un territorio de 19 kilómetros cuadrados en el que viven 85.000 personas, «fue como si en Madrid entraran en pocas horas medio millón». Como anécdota, Hevia cuenta que el martes, cuando salió a trabajar sobre las ocho de la mañana, «en un trayecto de aproximadamente doce minutos me encontré con cientos de personas en grupos de diez o 15, la mayoría sin mascarilla», cuenta Hevia. Este último asunto, el de posibles contagios por covid, es otra preocupación para los ceutís. Asimismo, Hevia facilita algunos datos como que «en 48 horas, el servicio de emergencias recibió 1.716 llamadas, que han derivaron en 416 incidencias» o que la tasa de asistencia a la escuela rondó el 20% el martes en la ciudad autónoma. Por último, cabe destacar que los residentes coinciden en que no ha habido un perfil definido entre las personas que cruzaron la frontera, siendo de todo tipo y clase social. En definitiva, aseguran que «Ceuta se ha visto afectada por un conflicto político entre España y Marruecos».