«En Asturias no hay un protocolo en la enseñanza secundaria para el alumnado trans y es muy necesario»

Carmen Liedo REDACCION

ASTURIAS

Cartel de la campaña lanzada en 2020 para combatir el bullying contra el alumnado LGTBI
Cartel de la campaña lanzada en 2020 para combatir el bullying contra el alumnado LGTBI

Xega asegura que cada vez más jóvenes de entre 14 y 20 años demandan empezar el proceso para la rectificación registral

05 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El paso de la Ley Trans hace unos días por el Consejo de Ministros ha sido un paso importante para el colectivo LGTBI. También lo ha sido en Asturias que se constituyera el Observatorio contra la LGTBIfobia para seguir normalizando la diversidad sexual. Ambos avances han sido reconocidos como «muy importantes» por la asociación Xega (asociación asturiana de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales), pero su portavoz, Yosune Álvarez, es consciente de que «aún queda trayectoria» para que cada persona pueda ser quien quiera ser y que la sociedad la trate con su identidad real y no con la identidad asignada.

Para que así sea, aún hay que dar respuesta a multitud de carencias que aún se plantean para el colectivo LGTBI. Álvarez pone sobre la mesa que en Asturias «no hay un protocolo en la enseñanza secundaria para el alumnado trans y es muy necesario», comenta la portavoz de Xega, que señala que para adolescentes y jóvenes «no es tan importante lo que diga su DNI, sino que en su día a día se refieran a ellos, no con la identidad asignada, sino por su identidad real. Es importante ese reconocimiento social en el día a día». Pone como ejemplo el hecho de que en los institutos no haya iniciativas para la diversidad sexual para que los alumnos trans acudan al lavabo en el que se encuentren más cómodos.

A este respecto, desde Xega aseguran que cada vez más jóvenes de entre 14 y 20 años demandan empezar el proceso para la rectificación registral, un cambio «que se va a facilitar mucho y que va a adelantar los procesos legales» cuando se apruebe la Ley presentada por la ministra Irene Montero porque va a evitar trámites y la obligatoriedad de hormonarse para acceder a esa modificación. 

La Unidad, un apoyo que no sea obligatorio

«Es necesario que la Unidad de Tratamiento de Identidad de Género siga en funcionamiento para dar apoyo a las personas trans, pero no como requisito para llegar al cambio registral», señala Yosune Álvarez, que comenta que hay personas dentro del colectivo LGTBI «que no consideran necesario el tema hormonal para hacer la rectificación registral» y que no por ello debe dudarse de que quiera hacer el cambio. «No son caprichos, pero en el proceso de dar visibilidad a la orientación sexual, o lo que denominarse salir del armario, se pasa por dudas, miedos y situaciones familiares que cada persona lleva a su manera».

«Una mujer que es lesbiana lo cuenta cuando considera, pero a una persona trans le afecta en todo lo relativo a su vida porque la exposición a la que está sometida es un goteo continuo y eso llega a pesar mucho», manifiesta la portavoz del colectivo Xega, que apostilla que facilitar el proceso es apoyar «la supervivencia» porque todos los procedimientos para dar visibilidad a la orientación sexual «son muy respetables».

Yosune Álvarez también considera que los adolescentes están ante una gran oportunidad «porque crecen con derechos ganados». Así, comenta que hay una generación que ya ha crecido con la Ley del Matrimonio Homosexual, aprobada en 2005, y por tanto «ya es algo normalizado». Lo mismo espera que suceda con la Ley Trans, porque además recuerda que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejan a los países proyectos de salud comunitaria porque «cuando se puede vivir plenamente la afectividad, mejora la salud», apostilla la portavoz de Xega, que concluye que «una educación sexual integral ocasionaría menos problemas a la gente por no poder expresar abiertamente su afectividad».