Amelia Valcárcel desata la polémica al minimizar la persecución talibán a los homosexuales

Juan M. Arribas

ASTURIAS

STRINGER

19 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Feminista histórica, catedrática de Filosofía Moral, miembro del Consejo de Estado y también auténtico peso pesado de influencia ideológica en el seno del partido socialista, Amelia Valcárcel se ha visto envuelta en no pocas polémicas de forma reciente por su posicionamiento feroz contra las leyes de ampliación del reconocimiento a los derechos civiles de las personas transexuales. Se trata de un debate muy intenso, y muy polarizado, en el seno del feminismo pero que en muchas ocasiones ha cruzado las líneas de la discusión teórica para entrar en las descalificaciones personales.

La última de estas polémicas se zanjó con una suspensión temporal de su cuenta de Facebook después de que publicara en su muro que la llegada de los talibanes al poder en Afganistán no suponía un peligro para «los varones homosexuales» ya que, según afirmó, la homosexualidad masculina «está normalizada» como «en la Grecia clásica».

La propia Valcárcel anunció la suspensión de su cuenta de Facebook desde otra red social, en esta ocasión Twitter, y la polémica se ha mantenido candente.

Pero lo cierto es que la homosexualidad está lejos de ser aceptada socialmente en Afganistán, ni por los talibanes ni por cualquier otro tipo de gobierno que se haya establecido en la región. Un informe del Departamento de Justicia de EE.UU ya recogía en 2009 el relato de ejecuciones a personas homosexuales, práctica considerada un auténtico tabú en todo el país y del que no se habla abiertamente de ninguna manera. Con todo, el informe detalla que la literalidad de la interpretación de la sharia que imponen los talibanes se refiere a actos de adulterio y sodomía, que la relaciones consensuadas entre adultos siempre se mantiene en gran secreto y con extremo temor a ser denunciadas y que buena parte de los ejecutados por prácticas homosexuales eran en realidad víctimas de abuso de carácter pederasta.

Porque tampoco es rigurosamente cierto que la homosexualidad estuviera normalizada e la Grecia Clásica. Las actitudes hacia la homosexualidad varían en distintos periodos de la antigüedad en Grecia y Roma, a veces severamente condenadas, en ocasiones aceptadas, pero no como práctica usual, y mayormente como relaciones de pedofilia de hombres adultos con jóvenes menores. 

Algo similar sucede en el Afganistán rural, con la práctica denominada Bacha bazi que en realidad es un tipo de esclavitud infantil y prostitución de menores por la que hombres poderosos fuerzan a adolescentes para realizar bailes, canciones, también co frecuencia abusos de índole sexual, vistiendo atuendos femeninos.

Muchos de los partidarios de Amelia Valcárcel se han referido a esta tradición para defender que se refería a ella a la hora de hacer estas valoraciones pero la polémica ha continuado. También muchos de los que atacan a la filósofa asturiana critican el hecho de que su afirmación parece hacer equivalente la homosexualidad a la pederastia.

Apenas hace un mes, el juez talibán Gul Rahim, declaró al periódico alemán Bild, que los homosexuales bajo el nuevo régimen recibirían dos tipos de penas «ser lapididados o ser despeñados desde un muro de al menos tres metros de alto».