El peregrino de Vegadeo de los 13.000 kilómetros con la mochila a cuestas

La Voz VEGADEO / LA VOZ

ASTURIAS

A sus 72 años de edad, Ramón Bedia completó su 18 Camino de Santiago

06 sep 2021 . Actualizado a las 13:47 h.

No es raro encontrarse a diario caminando por alguna de las carreteras de Vegadeo o de Castropol a Ramón Bedia, un veigueño que a sus 72 años este verano completó su 18 Camino de Santiago, superando con creces los 13.000 kilómetros con la mochila a cuestas. En su afán y espíritu de peregrino, ese que se inocula en la sangre y ya nunca se pierde una vez realizas el primer camino, nada para a Ramón. Cada día por la mañana anda 14 kilómetros, para mantenerse en forma.

El primero lo recorrió en el 2004, desde Saint Jean Pie de Port, una salida mítica, la más frecuentada y popular al otro lado de los Pirineos, cuya primera etapa concluye en Roncesvalles. Ya entonces, Ramón era un gran aficionado a caminar. Fueron sus compañeros de trabajo en una entidad bancaria quienes le fueron metiendo el gusanillo del Camino de Santiago en la cabeza, de modo que cuando se prejubiló, en 2002, se puso a entrenar. Dos años después lograría su primera Compostela.

A principios del pasado mes de enero, días después de haber completado su camino de Santiago número 17, uniéndose al escaso grupo de peregrinos que en 2020 recorrió una casi desértica ruta jacobea por la pandemia, declaraba a una redactora de La Voz de Galicia: «Es verdad que engancha. Me gustaba el ambiente, la gente, la camaradería y todo lo que se genera a su alrededor. Ahora ya es un reto personal, a ver hasta dónde aguanto. Pensé en el 2010 en que el siguiente Xacobeo lo iba a vivir desde la cocina, pero ahora me veo capaz».

Dicho y hecho. Meses después, en julio, alcanzaría el objetivo, porque a sus 72 años ha dejado claro que está en plena forma para seguir peregrinando. En esta ocasión llegó a Compostela atravesando prácticamente todo Portugal.

 Desde su primera Compostela, en 2004, a la última, en 2021, las cosas han cambiado mucho, desde las comunicaciones personales (de las llamadas desde cabinas telefónicas o postales al teléfono móvil) a la infraestructura de las rutas jacobeas.

Ramón habla de la esencia del peregrinaje, del sufrimiento que implica caminar en cualquier circunstancia, con sol o lluvia, con frío o calor; hacerlo en soledad, con constancia y ritmo, y realza la importancia de prepararse físicamente para alcanzar la meta. Una meta que el ya visualiza en el que sería su camino número 19. Porque a sus 72 años y tras más de 13.000 kilómetros con la mochila a cuestas, no se le han acabado las ganas ni la ilusión y tiene en mente su nuevo reto: peregrinar el próximo año, en 2022, por una de las rutas más desconocidas, que parte de Salamanca: «Es el camino de Torres y discurre por Portugal. No lo tengo muy mirado aún, pero como será el año que viene, tengo tiempo por delante». Porque Ramón se ve con fuerzas para seguir sumando caminos: «Si dios quiere sí. Me encuentro bien, así que seguiré con ello en cuanto pueda. Desde que peregrinas una vez esto te engancha y yo no lo puedes dejar», dice con una sonrisa, sin perder el buen humor.