Sin libros de texto y con docencia personalizada: el sistema educativo finlandés aterriza en Asturias

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

La consejera de Educación, Lydia Espina, y el alcalde de Siero, Ángel García, en el IES La Fresneda, en una imagen de archivo
La consejera de Educación, Lydia Espina, y el alcalde de Siero, Ángel García, en el IES La Fresneda, en una imagen de archivo

El IES La Fresneda es el primer centro escolar asturiano en impartir este modelo académico que tiene como objetivo «formar a los alumnos para la vida», así como mejorar su rendimiento

15 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin libros de texto, con talleres de formación, docencia personalizada, música como alarma y aulas acristaladas y separadas por pizarras móviles interactivas, así ha arrancado el curso escolar para los 111 estudiantes -repartidos entre 1º de ESO y 1º de Bachillerato- y los 29 profesores del IES La Fresneda. Este nuevo centro académico de Siero será el abanderado de impartir en Asturias un sistema educativo cuyo principal objetivo es «formar a los alumnos para la vida, para los problemas del siglo XXI». Para ello, el Instituto seguirá el método BYOD (Bring Your Own Device), en el que el propio alumno utiliza como herramienta de trabajo un dispositivo electrónico. Un novedoso modelo de enseñanza  que ya se lleva a cabo en países europeos como Finlandia, Alemania o Inglaterra, además de en las principales ciudades españolas, y que servirá como precedente en la región.

Formación por ámbitos

«La educación se había quedado atrás y con la pandemia quedó más que demostrado. Sin embargo, este modelo educativo nos va a permitir adaptarnos a los tiempos y que así el alumnado salga preparado», asegura Isabel Rivera, directora del centro. Bajo esta premisa, la docente especifica que para cumplir con dichos objetivos pondrán a cabo tres líneas de actuación. Por un lado, se trabajará por ámbitos. «Las materias estarán agrupadas en cuatro grupos: sociolingüístico (lengua, idiomas, economía…); ciencias para la vida (biología, física y química, educación física…); cultural (plástica, religión, filosofía…) y científico-técnico (matemáticas y tecnología) para así poder dedicarnos exclusivamente a las competencias», detalla

En esta misma línea, Rivera resalta que «se trata de no solo darle tanta importancia a los conocimientos como en la formación tradicional sino a las capacidades del alumnado, que sepan aplicar bien esa teoría. Esos contenidos, por supuesto son necesarios, pero nos interesan las herramientas». Como ejemplo la directora pone las tablas de multiplicar. «Tienen que aprenderlas, pero también tienen que saber los problemas a los que se pueden enfrentar si usan las mismas».  Una oferta formativa que se complementa con la enseñanza bilingüe. Al menos, dos asignaturas -Biología y Educación Plástica Visual y Audiovisual-, podrán ser impartidas en inglés, y con dos modalidades de Bachillerato: Ciencias y Tecnología, y Humanidades y Ciencias Sociales. Además, la optativa de segundo idioma extranjero será el alemán.

Talleres para reforzar la formación

De la misma manera y para reforzar ese aprendizaje por ámbitos se llevarán a cabo proyectos, así como talleres formativos de diversa índole. Por el momento, «ya hemos hecho una actividad de televisión. A modo de telediario los alumnos les han explicado ‘al mundo’ cómo ha sido la entrada al centro y el inicio del curso escolar. También hicieron papiroflexia y se crearon sus propios chalecos reflectantes para ver el área que se pierde con el patrón», resalta la directora.  Asimismo, se van a llevar a cabo tertulias dialógicas para que se conozcan entre ellos y actividades de orientación.

Enseñanza personalizada

Otra de las bases de este singular modelo educativo es que este se va a impartir mediante la coeducación y por ello la parte destinada a la docencia está estructurada en superaulas, de un tamaño superior a dos aulas convencionales. «Va a haber dos o más profesores por clase que van a facilitar la enseñanza personalizada, es decir, que el aprendizaje se va a adaptar a las necesidades del alumno. Además, como tenemos muy pocos escolares, la ratio de trabajo está muy bien, porque aproximadamente será un par de escolares por docente y nos permitirá mejorar la tasa de rendimiento del alumnado, otro de nuestros principales objetivos», señala Rivera antes de indicar que «el personal docente nos sentimos muy privilegiados, aunque es cierto que este sistema implica mucho trabajo porque es ver cómo aplicar la teoría. Además, al mismo tiempo, iremos evaluando qué va bien y qué es lo que va mal para así poder cambiar y mejorar ciertos aspectos, ya que el año que viene se incorporarán nuevos cursos».

No obstante, pese a que «educar es un reto», la nueva directora asegura que «vamos a hacer formación del profesorado para aprender cómo se trabaja en proyectos con los alumnos, así como las metodologías que se deben a aplicar en las actividades. En nuestro centro, tanto el personal docente como el alumnado está implicado en el mismo trabajo. No solo una persona es el sabio y el resto aprende de él, sino que el escolar también es protagonista de la educación». Por ello, una de las medidas que se van a adoptar para implicar a los escolares es la creación de un consejo de alumnos que contará con su correspondiente presidente, secretario, vocales y asignación económica mensual.  Así «sabrán que los tenemos en cuenta, que estamos abierto a cualquier petición, al mismo tiempo que aprenden a, por ejemplo, cómo se levantan actas de una reunión o cómo el tesorero de una entidad tiene que llevar a cabo las cuentas de la misma».

Además, el centro cuenta con un espacio de convivencia enfocado al bienestar del alumnado y que «servirá para evitar conflictos, saber cómo manejarlos y tratar cualquier otro tipo de cosa que pueda pasar». También cuenta con lugares puramente educativos como el denominado «fuego de campamento» o el foro destinado al trabajo en equipo que permitirán la aplicación de un proyecto pedagógico innovador

Educación sostenible

También «educar en valores» es otro de los objetivos del IES La Fresneda. «Queremos que nuestros alumnos estén totalmente dedicados a la sostenibilidad, al reciclaje, a la basura y al papel cero. Tienen que cuidar del planeta porque son la generación de futuro», apunta Isabel Rivera antes de indicar orgullosa que «va a ser fácil porque en el primer día ya hubo estudiantes que vinieron en bicicleta. Yo siempre utilizo este medio de transporte para darles ejemplo. Otros traían botellas de metal para beber, ya que estas permiten rellenar el agua, y para el recreo pedimos utilizar un túper en vez de papel aluminio. Se trata de pequeños gestos que ayuden a frenar el cambio climático».

Un propósito que el centro también «se presta a ello porque ya de por sí es sostenible, puesto que es pionero en España en tener las cuatro hojas verdes». El edificio, según detalla Efe, cuenta con la certificación verde GBC España que garantiza que ha sido edificado bajo premisas respetuosas con el medio ambiente, al incorporar tres tipos de medidas diferentes: las pasivas, como la orientación y las protecciones solares; las envolventes, como la fachada ventilada, la cubierta de alta reflectancia o la carpintería con vidrios triples; y las activas, compuestas por la iluminación LED, los sistemas de ahorro de agua o los sensores de temperatura.

«Queremos hacer de nuestros alumnos ciudadanos críticos del mundo»

No obstante, desde la dirección no solo quieren fomentar ese desarrollo sostenible, sino que entre las líneas pedagógicas del centro también se encuentra llevar a cabo un programa de vida saludable, de igualdad de género y por supuesto de atención a la diversidad. «La inclusión está en nuestra educación. Queremos hacer de nuestros alumnos ciudadanos críticos del mundo. No solo mostrarles cómo está realmente la vida desde el aspecto académico, sino que aprenden los valores. Que sepan lo que está bien y lo que está mal», sentencia Isabel Rivera.