El problema que Barbón ha detectado en el PSOE asturiano

Juan M. Arribas

ASTURIAS

Barbón e Iván Fernández Ardura
Barbón e Iván Fernández Ardura

29 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Adrián Barbón ha iniciado en Gijón el proceso de recogida de avales para volver a ser elegido secretario general de los socialistas asturianos. Hace cuatro años, en otras circunstancias, hizo lo mismo, con Gijón como epicentro. Pero la situación es muy diferente: no tendrá rival (en 2017 fue Josechu Pérez), además  aupado por su triunfo electoral en 2019 y por la gestión en la pandemia, con Asturias como primera comunidad que vuelve a la nueva normalidad. Durante su mandato no ha habido tiempo para más, absorbido por una crisis sanitaria impensable.

El acto de ayer es un pistoletazo de salida pero es algo más que eso. En el PSOE asturiano han detectado que este año y medio de pandemia ha desmovilizado a los militantes: en el partido han percibido que los confinamientos, la imposibilidad de organizar actos y reuniones han dejado «una cierta apatía en la militancia», según una fuente socialista. Este último trimestre de regreso a la actividad más normalizada,  el congreso del 17, 18 y 19 de diciembre y los congresos locales del 2022 se plantean como los acelerantes (o la gasolina) de la movilización. De hecho, el año que viene se plantea ya como un año preelectoral, de puesta en marcha de la maquinaria de cara a los comicios de la primavera del 2023.

El otro reto que se plantea Barbón no es nuevo: captar el voto de los jóvenes, que optaron en otras elecciones por apoyar a Podemos. La idea es renovar el partido, hacerlo atractivo para los jóvenes, abordar el alto paro juvenil, la emancipación o la búsqueda de vivienda. Profundizar en las redes sociales (Barbón da ejemplo a diario) y a través de las redes adaptar el partido a un lenguaje más moderno, con una mayor formación de la militancia. «Somos el partido de futuro de Asturias», enfatizó ayer. Por lo demás, Barbón sigue con su estrategia de ignorar a Vox (no blanquear su mensaje) y de zurrar dialécticamente al PP en cuanto hay ocasión. Como muestra un botón: «A mí no me eligió nadie desde un despacho de Madrid», dijo en alusión a la presidenta del PP asturiano, Teresa Mallada. Parece que, con la pandemia controlada de momento, vuelve la política.