«Tenía controlada a su mujer», dice el investigador jefe del caso Ardines sobre el supuesto inductor del crimen

La Voz REDACCION

ASTURIAS

Adrián Fernandez (2i), bogado de la defensa; Fernando Barutell (i), abogado de la esposa de uno de los sicarios del caso, y Luis Mendiguren (c), abogado de Luis y Jesús Muguruza, entre otros, ante los acusados durante la vista oral ante jurado popular por el por el asesinato del concejal de IU en Llanes Javier Ardines
Adrián Fernandez (2i), bogado de la defensa; Fernando Barutell (i), abogado de la esposa de uno de los sicarios del caso, y Luis Mendiguren (c), abogado de Luis y Jesús Muguruza, entre otros, ante los acusados durante la vista oral ante jurado popular por el por el asesinato del concejal de IU en Llanes Javier Ardines Eloy Alonso

También explica que de las conversaciones intervenidas se deduce que era «agresivo» y que la esposa «ya no aguantaba más»

05 nov 2021 . Actualizado a las 22:07 h.

«Tenía controlada a su mujer» hasta el punto de que incluso le colocó balizas localizadoras en su vehículo. «Tenía la obsesión con todo el tema de los cuernos», ha asegurado esta mañana el jefe de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Gijón, que se hizo cargo de la investigación del crimen del concejal de IU de Llanes Javier Ardines, sobre Pedro N. A., acusado de urdir el crimen.

De las conversaciones intervenidas durante la investigación, según ha añadido, también se interpreta que «la mujer ya no aguantaba más y se deduce que era agresivo». En ese sentido, ha narrado un episodio en el que «le mea una camisa» y otro en el que la llama «zorra», según recoge Europa Press.

El jefe de la investigación, el primero de los cuatro agentes en declarar en esta tercera sesión del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Oviedo, ha respondido a las partes durante cuatro horas y media y seguirá haciéndolo el próximo lunes, cuando se reanude la sesión. El agente ha dejado claro que Pedro N. A., acusado como inductor del crimen, es «un hombre controlador» y ha asegurado que los celos por su obsesión por las relaciones sexuales que este mantenía con su esposa fueron el motivo de un crimen «planificado».

Ha rebatido, por lo tanto, la versión que del propio Pedro N.A. había sostenido cuando declaró en un tono tranquilo que no era controlador e incluso había pensado en divorciarse de su esposa tras descubrir la infidelidad, y de esta manera se desvinculó de cualquier trama para matar al edil, según informa Efe.

El agente ha detallado los mensajes de WhatsApp y de redes sociales que Pedro N.A. escribió tras descubrir que su esposa le engañaba y las llamadas que realizó posteriormente a la mujer y a la hija del edil asesinado, en las que, tras enviarles una grabación que hizo a escondidas en un restaurante con la que confirmó sus sospechas, se mostraba «abatido y como víctima».

Grabaciones

En la sala se han reproducido parte de las llamadas en las que Pedro N.A. explicaba que creía que podía superar la infidelidad, pero después admitía que no podía más y reconocía que se sentía roto cada vez que oía «con cascos y en silencio» la grabación realizada a Ardines y a su esposa.

La grabación consta de tres partes diferentes: una primera en la que la esposa de Pedro N.A. le cuenta a Ardines que su marido no le dejaba desplazarse antes a Belmonte de Pría, donde residía el edil, para ir a votar; una segunda en la que le explica que oficialmente el viaje era «ir a calentar la casa» y a continuación ella, entre risas, le dice «si supiera cómo la caliento», y una tercera, ya intrascendente, cuando el presunto inductor regresa con ellos a la mesa tras ausentarse momentáneamente al baño.

En el audio también se escucha cómo Ardines y la mujer de Pedro N.A. reconocen que llevaban años «librando» pero que tendrán que tener cuidado para no ser descubiertos, aunque creen que no levantan sospechas por la relación de amistad que mantienen los dos matrimonios.

Esta grabación, que se produjo el día 8 de diciembre, es «imposible» que se hiciese de manera fortuita y, según ha explicado el agente, Pedro N. A. la envía a la mujer y a la hija de Ardines «tras una discusión con su mujer al trasladarse esta a Asturias». En posteriores mensajes, el propio Pedro N. A. reconoce en un mensaje que «él hizo esa grabación de manera intencionada al sospechar de la relación entre ambos».

Búsquedas en internet

El agente ha explicado que la celopatía de Pedro N.A. está relacionada con su búsqueda de información en internet de métodos de vigilancia y control y sobre establecimientos de venta de cámaras y dispositivos de seguimiento. Asimismo, ha indicado que si la grabación sobre la relación de la mujer de Pedro N. A. con Ardines fue clave en la investigación, el otro momento clave de la misma es el viaje del 27 de julio que Nieva hace a Llanes para «planificar el crimen».

Respecto a la fecha del asesinato, el testigo ha explicado de manera extensa cómo se investigaron todas las llamadas y el posicionamiento de los teléfonos de los diferentes acusados. Así ha destacado que el 16 de agosto uno de los supuestos sicarios llegó a llamar «hasta 100 veces» al supuesto intermediario, lo que indica «una necesidad imperiosa de contactar con él». Ha indicado además que ese mismo presunto sicario reconoció haber recogido y viajado con el segundo presunto sicario a Asturias.

ADN de una segunda mujer

A preguntas de la Fiscal también ha aclarado el motivo por el que en la escena del crimen y en la ropa y uñas de la víctima aparecen restos biológicos de otra mujer. Ha explicado que, descartar las vías política, laboral, familiar y vecinal como móvil del crimen, siguieron la pista sentimental donde hallaron que la víctima tenía dos relaciones extraconyugales: una con la esposa de Pedro N.A. y otra con una joven con la que tuvo relaciones sexuales la víspera del crimen.

Al interrogar a K.B., esposa de Pedro N.A. y prima segunda de la mujer de Ardines, ella reconoció que tuvo «un tonteo» con el concejal a los 17 años y que a partir de los 18 años mantuvieron relaciones sexuales que se llevaban a cabo cuando aprovechaban fines de semana o vacaciones, siendo la última vez en septiembre de 2017.

Los agentes encontraron restos biológicos de ADN de la otra joven con la que han relacionado a la víctima en el vehículo de Ardines, en sus uñas y en la valla de obra con la que le prepararon una emboscada.

En los interrogatorios, la joven reconoció que la víspera del crimen por la tarde habían mantenido relaciones sexuales, por lo que los agentes consideran que el hallazgo de su ADN se debió a «transferencia» de perfil genético realizada por el propio Ardines, y no porque ella hubiera estado en el lugar del crimen.