Terremotos en Asturias: ¿qué está pasando en el subsuelo del Cantábrico?

ASTURIAS

Equipo investigador de sismología de la Facultad de Geología, Universidad de Oviedo: Carlos López Fernández, Javier Olona, Gabriela Fernández Viejo, y Sergio Llana Fúnez
Equipo investigador de sismología de la Facultad de Geología, Universidad de Oviedo: Carlos López Fernández, Javier Olona, Gabriela Fernández Viejo, y Sergio Llana Fúnez UNIVERSIDAD DE OVIEDO

Científicos asturianos registran 15 seísmos en menos de un mes en la plataforma marina y alertan sobre la necesidad de medir más los temblores. Envían una carta a la Xunta para que implante una red sismográfica

08 nov 2021 . Actualizado a las 17:54 h.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo especializados en el estudio de terremotos reclama a la Xunta de Galicia una red de vigilancia sísmica de la que también se beneficiaría Asturias. Según uno de los firmantes de la carta que han remitido al gobierno gallego, el profesor Carlos López Fernández, esa red «tendría aplicaciones prácticas directas, podría salvar vidas» tanto en la comunidad vecina como en el occidente asturiano, la zona más activa sísmicamente. También suscriben la petición Gabriela Fernández Viejo, Sergio Llana Fúnez y Jorge Acevedo Sánchez.

El pasado 29 de octubre registraron un terremoto de magnitud 4,2. Y ¿qué significa esto, es poco o es mucho? «En esta zona teníamos constancia de dos anteriores, en los años 1962 y 1995, de magnitud parecida», señala. «Es un lugar con mucha actividad que nosotros asociamos a una intersección de fallas, donde es más fácil que ocurran». El seísmo se sintió en Galicia y en el occidente asturiano, ya que fue bastante superficial en términos geológicos, a unos 10 kilómetros de profundidad.

Mapa de seísmos registrados por la Universidad de Oviedo (en rojo) y la red permanente estatal (en verde) en el noroeste de la península ibérica
Mapa de seísmos registrados por la Universidad de Oviedo (en rojo) y la red permanente estatal (en verde) en el noroeste de la península ibérica UNIVERSIDAD DE OVIEDO

Según López, desde mediados de octubre se han registrado al menos 15 terremotos con origen en la plataforma marina a unos 30 kilómetros al norte de Burela (Lugo). «En ese punto hay un escalón grande, donde la profundidad cae bruscamente hasta los 3.000 ó 4.000 metros bajo el nivel del mar», señala el profesor. «Es lo que llamamos un clúster de terremotos» que no suelen alcanzar tanta magnitud. El máximo histórico del noroeste en tierra, dice Carlos López, ocurrió en 1997, en Becerreceá (Lugo), y fue de magnitud 5,1 en la escala Richter. En realidad, fue tan intenso como el de Lorca (Murcia), pero no causó apenas daños.

El suroccidente del Principado es el lugar con mayor actividad, pero los científicos no saben por qué. Tienen alguna teoría sobre su origen en cuanto al cruce de fallas norte-sur con otras este-oeste, pero «sin aparatos de medición, es como tener muchas dioptrías en la vista e intentar mirar algo sin gafas». La red sísimica, dicen, no tendría aplicaciones solo teóricas. En Asturias solo existe un medidor, en Arriondas, y el otro más cercano se sitúa en A Pontenova (Lugo). Otras comunidades como Euskadi tienen ya sus propias redes, independientemente de la nacional. «Hace un año pedimos fondos para un proyecto de investigación al Ministerio para alquilar unos medidores que se colocan en el fondo del mar, pero no nos los dieron por falta de fondos. Y tenemos muchas ganas de saber qué pasa; no sabemos si hay mucho o poco».

Un investigador de la Universidad de Oviedo opera un sismógrafo portátil
Un investigador de la Universidad de Oviedo opera un sismógrafo portátil

El coste de los aparatos, dicen, es bajo. Usarlos tiene sus repercusiones. Por ejemplo, en el año 2002 se promulgó una la norma de construcción sismorresistente para edificios (medidas para evitar daños por terremotos). Gracias a las mediciones que alertan de la sismicidad, «en Galicia, pero solo en Lugo y parte de Orense, desde 2015 es obligatorio, así como en parte del occidente asturiano»

¿Tsunamis en el norte?

En este sentido, el profesor López es bastante tajante: en el noroeste de la península no se dan las condiciones geológicas para que se produzca una ola gigante, aunque hubiera un seísmo potente en las cotas. «Para que eso se produzca, se necesita una falla con salto vertical o un deslizamiento marino», señala. «La probabilidad de que ocurra es bajísima, por no decir nula», añade, ya que «no cabe esperar que un terremoto produzca un deslizamiento del talud».